JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
Confirmaba
su alternativa Francisco José Espada esta tarde en la primera plaza del mundo
con la corrida de El Torero. Lo hacía junto a Joselito Adame y Ginés Marín como
compañeros de cartel. Ante una fea y mal presentada corrida de El Torero que además no valió para el toreo, Adame paseó premio del sexto, al que cuajó al natural y se tiró a matar sin muleta; sin lote Marín y herido Espada.
«Jilguero”
se llamaba el primero de la tarde, un negro listón nacido en diciembre de 2011,
con cinco años, con un peso de 545 kilos. Echando las manos por delante fue la
embestida del animal en el capote del madrileño antes de entrar al peto de El
Legionario, costándole también por su condición suelta. En el capote de José
Daniel Ruano mostró esa misma condición suelta, para que entrase en primer
lugar Agustín Serrano y clavando el tercero David Saugar «Pirri” en toda la
cara. Tras la ceremonia de confirmación, dejó un inicio comprometido
pasándoselo por la espalda ante la movilidad del animal. A mejor y a más fue el animal en la siguiente
serie, en la que entendió a la perfección el joven al de El Torero para dejarle
una gran tanda a diestras. Por la misma mano prosiguió faena, asentado y firme
un torero que prosiguió conectando con Madrid por ese lado. Cuando cogió la
zurda, también dejó su gran concepto. Con una tendencia a puntear al final
tenía el toro fue la tónica del final de trasteo, pero le faltó esa humillación
final al animal. Por manoletinas fue el epílogo del joven, siendo cogido
dramáticamente a la hora de entrar a matar en un instante de auténtica angustia.
Aunque el toro no metió el pitón sobre el joven, lo zarandeó fuertemente y el
golpe contra el suelo lo dejó inconsciente, siendo rápidamente trasladado a la
enfermería. Joselito Adame se hizo cargo del animal.
«Verbenero”, un negro
bragado meano, cuatreño, era el segundo de la tarde, más bajo que el anterior y
con 537 kilos, primero del lote de Joselito Adame. Al relance entró al caballo
que montaba Óscar Bernal y por gaoneras fue el quite de Marín. Por saltilleras
fue la respuesta de Joselito Adame ante un toro para nada sobrado de fuerzas. Un
importantísimo par, otro de los grandes que lleva esta feria, dejó Fernando
Sánchez en primer lugar. Con oficio y facilidad resolvió Joselito Adame,
poniéndole mucho al animal en todo momento a base de la técnica que su carrera
atesora. Le dio metros y aire al toro en el inicio muleteril, pero no respondió
el de El Torero, yendo siempre a menos. Pinchó delantero y metió la espada,
pero no fructificó labor.
«Pargo”
llevaba por nombre el cuarto, primero del lote de Ginés Marín, al que el
extremeño recibió a la verónica por pies juntos. Su padre Guillermo Marín picó
a un toro que se cayó en varias ocasiones y fue protestado fuertemente por el
tendido. Antonio Manuel Punta fue el encargado de lidiar al animal, para nada
sobrado de fuerzas, entrando Jesús Díez «Fini” en primer lugar a parear. No
cambió el presidente el toro a pesar de su evidente falta de fuerzas, no pudiendo
hacer nada Marín ante tal animal. Mató digno. Silencio.
«Oropéndolo”
se llamaba el cuarto, cinqueño, número 42, el de más peso de la corrida, con
580 kilos, segundo del lote de Joselito Adame. El torero hidrocálido lo saludó
como pudo a un animal que salió con pies y codicia. Se dejó pegar sin más en el
caballo que montaba Manuel José Bernal,. Con vistosidad colocó el primer par de
banderillas Miguel Martín ante la lidia de Tomás López y la gran efectividad
con conexión de Fernando Sánchez en su rehilete. Tuvo suavidad el toro,
respondiéndole a la proposición firme y entregada de un Joselito Adame que
midió mucho los tiempos del toro. A pesar de su faena, no tuvo conexión el aquicalidense
con el tendido. La espada requirió de descabello.
«Hurtador”
llevaba por nombre el quinto, un cinqueño con 531 kilos y segundo del lote de
Marín. Con una cornamenta que asustaba, acusaba una falta de visión de salida,
acercándolo Fini al caballo de Agustín Navarro. A pesar de la mala condición
mostrada por el toro también en el tercio de banderillas, brindó Marín al
público. Pero nada pudo hacer el extremeño ante otro toro sin opciones.
Imposible torear al animal, que siguió haciendo extraños con la vista. Mató
digno. Silencio.
«Omani”
llevaba por nombre el sexto de la tarde, el más armónico de la tarde. Óscar
Bernal se encargó del tercio de varas del animal, al que lidió Miguel Martín. El
toro respondió con clase ante el inicio por estatuarios de Adame, aunque no
demasiada raza. Buenas fueron las dos siguientes series por el pitón derecho,
en las que el torero hidrocálido conectó con el tendido. Por el izquierdo fue
el mexicano consiguiendo conectar cruzándose y si no embestía el animal sí lo
hizo Adame. Por bernadinas finiquitó faena, arriesgando una barbaridad, y la
sorpresa llegó cuando se tiró a matar sin muleta, consiguiendo a sangre y fuego
una oreja. En tres segundos cayó el animal, echándose justo encima de Joselito
Adame. Al calor de la afición paseó el premio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Las Ventas. Decimosexta de la feria de San Isidro. Corrida de
toros. 17272 espectadores.
Seis toros de El Torero, muy justos de presencia, feos de hechuras. Pasador y obediente sin finales el feble primero; pasador de línea recta sin poder el segundo; inválido el noble tercero; de mortecina nobleza el soso cuarto; manso con peligro el reservón quinto; de calidad sin poder ni gracia el flojo sexto.
Joselito Adame, silencio, silencio y oreja.
Francisco Espada, que confirmaba alternativa, herido.
Ginés
Marín, silencio y silencio.
PARTE
MÉDICO – FRANCISCO JOSÉ ESPADA
Traumatismo
cranoencefálico, con pérdida de conciencia de cinco minutos de duración.
Traumatismo facial pendiente de estudio radiológico.
Se
traslada al Hospital San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad.
Pronóstico
reservado que le impide continuar la lidia
Firmado:
Dr. García Padrós