JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA;
LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Se
ponía guapa la plaza de toros de Las Ventas para la corrida del día de San
Isidro este 15 de mayo. Curro Díaz, Paco Ureña y López Simón hacían el paseo
mayor a las siete en punto de la tarde con un encierro de Montalvo como materia
prima ganadera. Dos buenos toros hubo para Curro Díaz y López Simón en el Día del Patrón: tercero –que no lo entendió López Simón- y cuarto –con el que Curro Díaz escuchó leves pitos- destacaron en el encierro de Montalvo; Paco Ureña, con un fuerte percance, se llevó el peor lote.
Número
4 era el primero de la tarde, de nombre «Liricoso”, al que Curro Díaz saludó
con muchísimo gusto a la verónica, con una templada tranquilidad del jiennense
dejando un gran sabor en la bella media, en la que el animal perdió las
manos.Muy suelto salió del caballo, no quedándose en ninguno de los dos
encuentros, cambiando el presidente el tercio entre los pitos del respetable.
Al quite entró Paco Ureña, siendo posteriormente prendido Manuel Muñoz «Lebrija”,
teniéndolo el toro a merced y siendo trasladado a la enfermería inmediatamente.
Al Rey don Juan Carlos fue el brindis de Curro Díaz, que se puso directamente a
torear con muletazos torerísimos sacándose el animal a los mismos medios. Por
el derecho conectó en la siguiente serie, pero no la remató por el tornillazo
final con el que el toro llegaba al epílogo de la tanda. No caló el toreo al
natural del jiennense, aburriéndose y viniéndose a menos el de Montalvo para
sacárselos de uno en uno a partir de ese momento el de Linares. Un espadazo
defectuoso que escupió preludió a un golpe tremendo a la hora de entrar a matar
en la que el animal le puso el pitón en el pecho. Palmas.
«Rondador”
era el segundo de la tarde, negro listón, con 544 kilos de peso y nacido en
octubre de 2011. Bajo, bien hecho, con la seriedad de Madrid que hizo cosas
extrañas por el pitón derecho con la vista en el capote de Paco Ureña. Echó la
cara arriba en el peto de Pedro Iturralde, cayendo a la arena tras la primera
vara. Huidizo al caballo de Vicente González permaneció al hilo de la segunda
vara. Álvaro López «Azuquita” fue efectivo en su par de banderillas. No tuvo
lucimiento el toro durante la faena de Ureña, puesto que entre caídas y pitos
de Madrid por su condición no pudo lucirse el lorquino. Mató de estocada que
hizo guardia. Silencio.
Tito
Sandoval picó al toro: de largo se le vino al caballo al piquero salmantino,
pero no pudo aguantar la pelea en la primera vara el animal. Bien lo agarró
Sandoval en la segunda vara, con el aplauso del tendido madrileño que lo
despidió de la misma forma cuando se recogía al patio de caballos. Domingo Siro
ejecutó un gran primer par de banderillas entre los capotazos efectivos de
Vicente Osuna. Otro gran par dejó Jesús Arruga en el segundo par, cerrando de
nuevo brillantemente el tercio Siro con Madrid obligándoles a recoger su
sincera ovación. Mascaba la plaza el
triunfo, pero se fue diluyendo la opción conforme avanzaba el trasteo de López
Simón. No sujetó la condición de un animal que tuvo dulzura en su acometida,
que no llevó las caras altas que sí mostró en el peto y con el que el de
Barajas dejó momentos de calidad pero sin calado. El toro tuvo calidad, pero la
falta de fuerza la acusó en varias ocasiones, lo que propició que el público no
aguantase especialmente en la segunda parte de la faena el alargamiento de ésta
por parte del madrileño. Se vino a menos el toro, pero tuvo una gran calidad.
Mató de estocada.
De buena hechura, quizá el mejor del encierro en cuanto a presentación, fue el
cuarto, y curiosamente el que mejor peleó en el caballo que montaba Curro
Sánchez. Pirri dirigió la brega, pareando Óscar Castellanos y Jesús Arruga por
el percance de Lebrija, destacando especialmente Castellanos. Bueno fue el
inicio de faena del jiennense, torerísimo, poniéndose a torear directamente por
el pitón izquierdo del animal tras ver el buen tranco del animal por ese lado. Largo lo llevó el torero de Linares por ese
lado, encajándose también en la siguiente tanda. Prosiguió precisamente por el
buen lado izquierdo que tenía el animal, con el pellizco que ha caracterizado
su carrera. Por esa mano prosiguió su labor hasta que se rajó el animal y los
remates deslucieron el buen trasteo del de Linares. Largo lo siguió llevando
Díaz, que aprovechó esa gran prontitud, pero los enganchones y los bajonazos le
quitaron el premio. Leves pitos para el torero.
«Salinero”
llevaba por nombre el cuarto, que se le vino cruzado a Paco Ureña y lo estrelló
contra las tablas. Se repuso en el estribo el torero murciano y finalmente
decidió proseguir su lidia. Vicente González llevó a cabo el tercio de varas. Curro
Vivas lidió al animal, siendo muy comprometido el par de Azuquita. Con el
torero visiblemente afectado por el percance anterior, comenzó por estatuarios
su labor Ureña, para dejar una soberbia serie por el lado derecho que llegó a
los tendidos de Madrid. Intentó cruzarse el murciano al natural, pero no tuvo
la misma conexión ese lado que cuando cogió la diestra. Aun así, prosiguió al
natural para sacárselos de uno en uno con un toro prácticamente aplomado. Un
pinchazo y una estocada atravesada y haciendo guardia hicieron que cayese.
«Rivero”,
colorado, con un peso de 570 kilos, bajo pero de seria estampa, era el sexto
toro de la tarde. Le apretó hacia adentro a López Simón, picando al de Montalvo
Ángel Rivas. Le cortó a Vicente Osuna en el primer par ante la lidia de Domingo
Siro. Bien anduvo el tercero Jesús Arruga en su par, cortándole de nuevo a
Osuna y sólo pudiendo dejar un palo en la tercera entrada. Complicado para
poder hilvanar faena fue el toro. Pegajoso, sin uniformidad en sus
repeticiones, fue deslucido el animal y silenciado el torero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Las Ventas. Quinta de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. 22.085 espectadores.
Seis
toros de Montalvo.
Curro Díaz, silencio y división.
Paco Ureña, silencio y silencio.
López Simón, silencio y silencio.