JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
Abría fuego, en la tarde de este domingo, la miniferia de la
Comunidad de Madrid en la plaza de toros de Las Ventas. Una novillada con
picadores con el hierro de Hnos. Sánchez Herrero se lidiaba y con la que Tulio
Salguero, Álvaro García y Daniel Menes se ponían delante.
«Estudioso» llevaba por nombre el abreplaza, un animal con el hierro de Sánchez Herrero negro salpicado. Tulio Salguero lo recibió por verónicas con más voluntad que pulcritud. Por chicuelinas fue el quite de Álvaro García y por gaoneras la respuesta de Salguero. Quiso lucirse pero no lo consiguió por el viento en el inicio por estatuarios. En faena, la embestida monótona del animal. Arreció la lluvia en ese instante, y entre tandas sin decir nada ante un animal que tampoco dijo, no conectó el novillero con Madrid. Además, se clavó una banderilla en la mano al intentar retirarla. Mató de pinchazo y estocada trasera. Silencio.
«Astifino» se llamaba el segundo de Sánchez Herrero, con un peso de 462 kilos, al que Álvaro García recibió perdiendo terreno hacia atrás. Fuerte fue la primera vara de Iván García, cortando en banderillas a El Ruso y Alfredo Jiménez. Ni un pase tenía el animal, con el que lo intentó sin brillo García. Mató de estocada trasera y caída. Silencio.
Rodilla en tierra fue el saludo de Daniel Menes al tercero de la novillada, un animal con 507 kilos de peso que salió suelto. Un auténtico descontrol fue la lidia en banderillas, dejando desolado el capote salvador a Jarocho. Se tuvo que sobreponer el joven al viento en el trasteo, debiendo sacar capacidad lidiadora el novillero ante un animal con instinto manso. No fue tan bella cuan eficaz la faena de Menes, desluciendo la pulcra técnica un desarme en el ecuador muleteril. Cantó por completo la gallina y el joven porfió con el de Sánchez Herrero en terrenos del 7. De pinchazo y espadazo feo pasaportó al novillo. Silencio.
El más pesado del encierro era el cuarto, en el que la romana marcaba 530 kilos de peso. Tulio Salguero lo saludó como pudo ante su evidente mansedumbre y, tras recibir una vara en la querencia, se pasó Benedicto Cedillo en el siguiente puyazo. Un descontrol fue la lidia al manso en banderillas. Se desfondó en la muleta el animal tras el mal tercio de varas que recibió y nada pudo hacer el joven, tan sólo intentarlo en cercanías y matarlo.
«Frío» llevaba por nombre un quinto de 497 kilos, al que Álvaro García intentó capotear sin lucimiento a la verónica. En la querencia recibió una vara y la segunda en su sitio. Otro descontrol fue la lidia en banderillas y el tercio de rehiletes. Manseó descaradamente el novillo y no anduvo lucido en su porfía el madrileño. Otro silencio se llevó el novillero tras pasaportarlo como pudo antes de que se echase sin acero el novillo.
«Gordo» se llamaba el último de la tarde, un animal de Sánchez Herrero al que Menes capoteó con voluntad. Se cuidó en varas el novillo y, en faena, lo intentó Menes ante el aplomo del novillo. A diestras atacó el novillero, que tuvo delante un enemigo andarín y nada fácil. Fue entonándose el trasteo pero el viento dificultó la labor. Remató por manoletinas. Mató de estocada defectuosa. Vuelta tras leve petición.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Primera de la Miniferia de la
Comunidad de Madrid. Novillada con picadores. Cerca de 6.000 personas en los tendidos.
Novillos de Hnos.
Sánchez Herrero, bien presentados y en tipo. De monótona embestida a menos la del primero; peligroso el serio segundo; manso el tercero; desfondado tras el mal tercio de varas el cuarto; descaradamente manso el quinto; andarín el sexto.
Tulio Salguero, silencio y silencio.
Álvaro García, silencio y silencio.
Daniel Menes, silencio y vuelta al ruedo.