JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
El toreo es y debe ser Barcelona este 2017.
Por ella pasa no sólo la jurisprudencia que puede blindar la Fiesta para las
próximas décadas en el Estado español, sino la seguridad de que los millones de
aficionados a los toros no sean nunca más un juego político porque sortearse
esta pasión en los cargos públicos puede tener consecuencias legales muy serias.
Ocurrió esta semana en Xirivella o Godella, las dos localidades valencianas que,
antes incluso que Barcelona, han blindado sus fiestas taurinas gracias al fallo
del TC. Hoy hablamos con Francisco March, periodista y presidente de la Federación
de Entidades Taurinas de Cataluña. Sobre cómo vivieron la llegada del fallo en
el mes de octubre, cómo están sintiendo la actualidad ante el silencio tanto de
la empresa como de la propiedad y cuál es la esperanza futura que pasa por su
mente charla con CULTORO en la siguiente entrevista.
Comenzando por lo más reciente, mi pregunta
me lleva a ese seguimiento constante en la actividad taurómaca de la afición
catalana: ¿qué ritmo lleva el ciclo de conferencias de la Federación de
Entidades taurinas de Cataluña que comenzó el pasado viernes?
El
círculo de conferencias de la Federación de Entidades taurinas de Cataluña es
una tradición de hace muchos años. Todo empezó con el presidente Palomares,
continuó con Gibert y ahora hemos tomado el testigo nosotros. Son cinco viernes
entre enero y febrero, y en ellas intentamos mantener el pulso taurino. El
periodista de La Vanguardia Joaquín Luna fue el encargado de llevar a cabo la
primera: no sólo se trata de un personaje prestigioso dentro del periodismo,
sino además un gran aficionado a los toros. Es declarado aficionado, algo que
tiene doble valor estando en Cataluña. Para continuar, este viernes hay un
homenaje a los toreros catalanes César Pérez y Manolo Porcel, que cumplen 25 años de alternativa, y
continuaremos hasta el 10 de febrero. Son unas jornadas en las que está
habiendo llenos absolutos, como siempre que se anuncia una actividad cultural
taurina en Cataluña. No sólo estamos vivos, sino más vivos y expectantes que nunca.
¿Qué pasa por tu alma de aficionado en estos
meses? No ha sido nada fácil esa eterna espera de más de un lustro para la
afición, y mucho menos para vosotros que estáis afincados allí: ¿cómo habéis vivido
el antes, cómo estáis experimentando el durante y qué le pedís al después?
Hubo un
punto de inflexión que fue la celebración el 20 de noviembre del fallo del TC,
en la que se congregaron trescientas personas y casi otras tantas hubieran
podido ir si la capacidad del local hubiese sido mayor. Fue una forma de decir
que aquí estamos. Agradecimos enormemente la presencia de las personas que
estuvieron y también tomamos nota de los que no vinieron y no abrieron la boca,
y entre ellos el gran silencio fue el de la Casa Balañá, propietaria del coso.
Tiene en su mano la llave para intentar dar corridas. Estamos viviendo todo
esto entre la esperanza y cada vez un más acusado pesimismo en el sentido de
que no hay una voz autorizada para intentar, desde nuestro lado, dar toros.
Lo que
venga del otro lado ya no es cosa nuestra. En algún momento había que dar el
paso. Esa prudencia llegará un momento en el que demandará, y será en las
próximas semanas, una respuesta clara de saber que el propietario del negocio
lo quiere abrir. Un propietario del negocio del que sorprendentemente nunca se
sabe nada ni se fotografía con nadie y que sí lo hizo con la Academia del cine
de Cataluña el viernes pasado por la distinción hacia su carrera también en la
actividad distribuidora cinematográfica en la ciudad. En esa parte sí recibe un premio, pero por los
toros ni se sabe ni contesta.
Y todo se agrava mucho más si Ada Colau, con
todo lo que representa contra el toreo, se hace una foto y charla amablemente con
él…
Exactamente.
La propia Academia del Cine de Cataluña necesita el apoyo de Colau, pero no
podemos vernos discriminados de esta forma los taurinos. No deja de ser sorprendente
no sólo esa foto sino que muchos de los miembros de la Academia del Cine son
destacados participantes de la causa antitaurina a través de la plataforma Prou
y haciendo declaraciones insultantes contra los aficionados. Con esa gente se
fotografía sin problemas don Pedro Balañá pero no habla con los taurinos. Por
cierto, desde la semana pasada tiene en su correo una petición de entrevista
con esta Federación: han pasado unos días y aún no hay respuestas.
El gran problema al que ahora se enfrenta la
reapertura de la Monumental no es la Generalitat, sino el Ayuntamiento,
encargado de otorgar los permisos para dar festejos, ¿cuál es el procedimiento
habitual para llevar a cabo este paso administrativo?
El
procedimiento habitual es, antes del comienzo de temporada y de que se reanude
la actividad, solicitar los permisos. En esta ocasión, si llega el momento,
pueden pasar dos cosas: que no haya ningún impedimento por parte del Ayuntamiento,
que es silencio administrativo, o que hubiera trabas de cualquier tipo: desde
instalaciones, que están impecables, a otro tipo de normativas, como la célebre
declaración de ciudad contraria a las corridas de toros. ¿Capacidad legal de
eso para pisar otra orden superior como es la del Constitucional? No habría,
pero sí trabas de orden administrativo que podrían poner en peligro que se
dieran una, cinco o diez corridas de toros.
Eso
sería por parte del Ayuntamiento. Por parte de la Generalitat sería incurrir en
la desobediencia a una ley de rango nacional como de hecho también están
haciendo con otro tipo de leyes que afectan a la Comunidad Autónoma catalana.
Esa desobediencia también contamos con que llegará, y los recursos legales
tanto por parte de los programadores de la temporada como por la propia
Generalitat. En esta ocasión las tornas han cambiado: lo que antes estaba en su
mano, ahora tiene la ley de nuestra parte y serían ellos los que interpondrían
recursos hacia una programación que tiene el amparo de la ley.
¿Qué grado de acción está teniendo la
Fundación Toro de Lidia en todo este proceso?
La FTL
asistió a esa celebración del 20 de noviembre, pero tampoco puede actuar mucho
más porque aún no hay ninguna acción ante la que reaccionar, puesto que nadie
aún ha movido ficha. En cuanto haya que hacer algo, mostrará su apoyo, tiene
voluntad en tirar hacia adelante en cualquier tipo de acción. En un caso tan
decisivo como el de Barcelona, sé que contaremos con su apoyo. No estamos
jugando sólo con la posibilidad de que vuelvan los toros a la Monumental, sino
con la realidad de que nunca más se atrevan con los toros en el resto del
Estado español. Aun así parece que algunos no terminan de mojarse.
La próxima
gran noticia, según este proceso, no debería tardar más de un mes. No sé si por
parte de la empresa que gestiona los festejos en la Monumental, Funciones Taurinas,
o de la propiedad, la Casa Balañá.
Yo
estoy convencido de que ese día llegará en las próximas semanas. Los tiempos
marcan máximo un mes para que llegue esa noticia por todos esperada. Lo otro
sería traicionarnos a nosotros mismos. Entre tanto, esa paciencia de la que
antes hablaba la mantendremos sin que ello suponga una acción clara por nuestra
parte. Ya tenemos la entrevista solicitada con la propiedad de la plaza de la
que aún no tenemos respuesta (posiblemente no la tengamos), pero bienvenido sea
si ese silencio se acaba con la llegada de la programación taurina en la ciudad.
Y que luego no sea lo que Dios quiera, sino lo que entre todos seamos capaces
de hacer.
¿Qué otras plazas de Cataluña podrían acoger
festejos taurinos?
Si
estamos hablando de esperanza e ilusión para Barcelona, lo otro se antoja una utopía.
Hay dos plazas en las que se podrían dar toros: una sería la plaza de toros de Olot,
aunque hay un litigio que escapa estrictamente de lo taurino con el
Ayuntamiento, y otra Tarragona, que se convirtió en plaza multiusos destinada
sobre todo a exhibiciones castelleras de la que se quitaron las dependencias
estrictamente taurinas como los corrales y la enfermería. Además depende de la
Diputación de Tarragona, por lo que tendríamos muchísimas más dificultades.
Ojalá y
la Monumental pudiera tirar del carro, que sirviera de ejemplo y de valla para
lo que se pudiera intentar en otras plazas. Ojalá esa noticia de las próximas
semanas llegue cuanto antes. La victoria moral en Cataluña nos la ha dado la
ley: la real depende de estos días. Con una vez que se abra la Monumental
quedaríamos satisfechos en el aspecto de ver cómo la libertad vuelve sobre el
ruedo de Barcelona, y que don Pedro Balañá con más de noventa años vuelva a ver
esa ilusión hecha realidad. Todos debemos ser capaces de dejarnos la piel en
ello. La afición catalana lo está haciendo y los representantes taurinos y
profesionales, como ya han dado prueba de nivel nacional. Nos va la vida en
ello.
Una esperanza firme… que seguiremos
esperando.
Esto va
más allá de que nos dejen o no volver a dar toros: es una cuestión de libertad.
Estoy seguro de que en las cinco o diez corridas de toros, la afición catalana
colmaría los tendidos de la Monumental. Bienvenida sea también la afición del
resto de España y Francia, igual que a mí me encantaría estar en Bogotá estos
días para testimoniar aquella batalla que allí sí han ganado. La afición
catalana está deseosa de volver al lugar donde le arrebataron sus emociones. Será
una batalla por la libertad ganada, y vamos a ganar la guerra por la libertad
hoy amenazada no sólo en Cataluña sino en más sitios. Estamos hablando de las
convicciones de una parte de la población, una minoría, pero una minoría cultural
en Cataluña que goza de todas las ventajas legales del Estado español. Y que yo
sepa, Cataluña todavía no se ha desconectado de España.