EMMA GORJÓN
Llegó Ponce a La Glorieta con más ganas que nunca a
demostrar su torería. El valenciano se fue en volandas un día frío fuera y
dentro de la plaza tras llevarse tres orejas.
La lluvia dio tregua y al final hizo una tarde apetecible para disfrutar
de un buen cartel a pesar de las variaciones,
tras fallar Roca Rey y Talavante. Por ellos llegaron Javier Castaño y
José Garrido. Gustó mucho la corrida de El Pilar, dio mucho juego y permitió
demostrar la entrega de Castaño y las ganas de Garrido.
Abrió el cartel Enrique Ponce y demostró que le queda cuerda
para rato. Suavidad, temple y pulso demostró en los inicios ante un toro escaso
de fuerza a pesar de tener bastante clase. El detalle de la faena fue su
brindis a su compañero, Javier Castaño. El valenciano animó los tendidos con
sus tandas por ambos pitones. Se llevó una oreja tras un aviso. La faena del
cuarto la emborronó el viento, a pesar de ello Ponce lo intentó. El toro tenía
nobleza y le supo sacar partido cuajando una buena actuación. Tras rematar por
poncinas combinándolas a ritmo del pasodoble «El Viti”, convenció y tras un
aviso se llevó las dos orejas.
Llegó Javier Castaño, era su hora, tras una gran batalla
ganada. El público le premió su lucha con una ovación al final del paseíllo.
Realizó una faena suave ayudando al toro a avanzar. Grandes derechazos
rematando con pases de pecho. Tras un pinchazo fue cogido, metiendo el miedo en
el cuerpo al público presente. Recibió la ovación del público. En su segundo
pudo lucirse más, sacándole tandas por ambos pitones. Recibió una oreja tras una estocada entera.
Garrido, lleno de juventud y lo que eso conlleva, ganas. Las
demostró y los salmantinos lo notamos. Recibió por verónicas ganándose los aplausos de los tendidos.
Demostró su gusto en su faena. Cuajó grandes muletazos. No tuvo suerte en los
aceros y se llevó el silencio. Lo bueno si breve dos veces bueno, y eso demostró
Garrido. Tardó en llegar, pero llegó. Formó un lio con el capote con sus
verónicas muy encajado. Con la muleta fue breve, con detalles por ambos
pitones. La disposición del Garrido dejó con buen sabor de boca, demostrando
que hay torero para rato. Sus pases de pecho y su media estocada fueron
premiadas con un trofeo.Tras una tarde que no ha conseguido apagar la lluvia,
la Puerta Grande de La Glorieta se cierra, esperando a que quizás mañana se
repita el triunfo.