COLMENAR VIEJO (MADRID)

El gusto templado de Sergio Díaz sale en hombros


martes 30 agosto, 2016

Se lidió un gran encierro de Ángel Luis Peña en la novillada que cerró la Feria de Los Remedios; un minuto de silencio se guardó en recuerdo de Yiyo

Se lidió un gran encierro de Ángel Luis Peña en la novillada que cerró la Feria de Los Remedios; un minuto de silencio se guardó en recuerdo de Yiyo

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Anduvo solvente con la capa Juan Antonio Romero con el
primero de Ángel Luis Peña, un eral con motor y con importancia que obligó al
chaval a andar muy listo con las telas. Evidenció la falta de rodaje el
aprendiz, que sí puso, por contra, entrega y voluntad. Lo mató de una estocada
y escuchó una ovación.

Alberto Martín enseñó sus cartas yéndose a saludar de
rodillas y en larga cambiada la movilidad del castaño segundo, novillo exigente
y bravo que se entregó sólo cuando Alberto le buscó la entrega con la entrega
propia. Sobresalieron tres naturales de ralentizado trazo y encolada embestida
y un estocadón que sirvió para saludar la ovación de La Corredera.

Sorprendió el asiento de Sergio Díaz con el tercero, eral
repetidor y humillado, con clase ante el toreo bien propuesto y con desparpajo
del colmenareño. Supo ponerla, enganchar y trazar con gusto y con sentido,
brillando al natural ante el gran novillo de Ángel Luis Peña. Marró con la
espada en el primer encuentro y el estoconazo posterior le valió una oreja.

El castaño cuarto de Peña sacó movilidad, transmisión y
hasta un punto de genio que se palió cuando lo dejaron embestir en la querencia
de la puerta de chiqueros. Novillo de tandas largas, de los que te saca el
bofe, con el que Romero interpretó las tandas cortas y sin empujar, fruto de su
bisoñez. Quiso componer y quiso ejecutar con regusto, pero le faltó imposición
y gobierno con un novillo de lío para manos más expertas. Un pinchazo, una
estocada contraria que escupió el animal y otra más en lo alto no permitieron
que pasase del silencio tras aviso.

De nuevo se hincó de hinojos Alberto Martín para soplarle
dos largas cambiadas al quinto, que se movió y repitió en las verónicas de paso
atrás del chaval. Más asentado Sergio Díaz en el quite por tafalleras de gran
calado. Tuvo que partirse la muleta, al rematar el inicio de rodillas, para que
espabilase un poco y templado algo más el toreo con la derecha. Pero tuvo
muchos altibajos el trasteo, en el que volvieron a sobresalir muletazos al
natural sin conexión entre sí. También con la diestra surgió muy sólido el
toreo en una serie suave en la que se lo creyó el chaval, más relajado. Una
estocada sobre el aviso posibilitó que pasase una oreja.

El toreo a la verónica de Sergio Díaz al humillado sexto fue
de lo mejor de la tarde. Mecido, encajado y natural, dejando caer las manos con
suavidad y cadencia y cimbreando la cintura con fe y con gusto. Empujó con intención
el chaval las arrancadas en el inicio, pero se encontró con una embestida sucia
y rebrincado que necesitaba de más experiencia para limarse. Aún así, acertó
con la línea recta al natural y con el toreo compuesto, aplicando pausas y
eligiendo los terrenos con mucha solvencia. Muy abajo la mano, fue rascando el
fondo que tenía el animal para que le terminase embistiendo casi andando y con
temple en el toreo de mano zurda. Lo mató de una estocada contraria y le cortó
la oreja que le faltaba para salir en hombros.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Colmenar Viejo, Madrid. Cuarta de la Feria
de los Remedios. Novillada sin picadores.

Seis novillos de Ángel Luis Peña.

Juan Antonio Romero,
ovación y silencio tras aviso.

Alberto Martín, ovación
y oreja.

Sergio Díaz,oreja y oreja.