COLMENAR VIEJO (MADRID)

Luis David Adame impone su ley


sábado 27 agosto, 2016

José Aguilera cortó una oreja al tercero. Rafael Serna que reaparecía se estrelló contra un lote infumable. Mediocre novillada de Antonio San Román.

José Aguilera cortó una oreja al tercero. Rafael Serna que reaparecía se estrelló contra un lote infumable. Mediocre novillada de Antonio San Román.

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Seis novillos de Antonio San Román abrían la Feria de los
Remedios esta tarde en la plaza de toros de Colmenar Viejo. Luis David Adameabría plaza en una novillada en la que reaparecía Rafael Serna tras su grave
cornada sufrida en Las Ventas y debutaba con picadores el torero de Colmenar José Aguilera.

Más por delate que por
detrás era el primero de Antonio San
Román,
que repitió sin afán, con las manos por delante y rebrincado en las
verónicas de Luis David Adame,
genuflexas primero, verticales después, rematadas con revolera vistosa. Muy en
corto ejecutó el mexicano las gaoneras del quite, con el toro evidenciando su
falta de fuerza. Saludaron Miguel Martín y Alberto Zayas tras un gran tercio
de banderillas. Descompuesto y sin viaje llegó a la muleta el animal para el
inicio a pies juntos y una mano de Adame,
muy seguro ante la cara suelta. Y así se sucedieron las series sobre la mano
derecha, aprovechando la fijeza de un animal que sólo se vino por dentro al
quedarse el torero descubierto. Mano baja en la diestra y acople bien compuesto
del mexicano en un trasteo más de pelea que de trazo fino para superar las
complicaciones del torete. Obediente y con fijeza a zurdas, le faltaron los
finales al animal en los naturales que le propuso Adame con muy buena intención, por lo que la faena no terminó de
calar en el tendido.
Pinchó, además, y en silencio culminó su labor.

El castaño cuarto, más
escurrido de carnes, pero serio por delante, quiso volverle ancas a Adame en el saludo hasta que le ganó el
paso y la voluntad y logró ponerle ritmo para soplarle cinco verónicas y media
de muy buena fábrica. Más parado el animal en el quite por chicuelinas y
tafalleras con seguridad del mexicano. La misma que demostró en el inicio de
cambiados, con la montera sobre los pies, sin enmendar ña posición, con un
desdén en el remate monumental. Muy firme
en el planteamiento y en las plantas, supo Adame ofrecer la distancia,
aprovechar la inercia y reducir el ímpetu
con que llegaba al embroque un
utrero boyante y repetidor al que le faltó clase, sin embargo. Sí fue de
triunfo para un novillero muy puesto que le encontró el pulso en seguida. Mejor
aún al natural, por donde tuvo celo y fijeza para entregarse el de Antonio San Román y temple para
reventarlo por abajo el mexicano. Bien compuestos y templados los circulares
invertidos, que llegaron mucho al tendido cuando los convirtió en cambios de
mano. Tiró la espada para las bernadinas finales, muy celebradas en el tendido,
y junto a la estocada fulminante en la suerte de recibir certificó las dos
orejas.

El
segundo lucía dos puntas respetables y cara de toro, a pesar de ser menos que
el anterior en la caja. Le faltó ritmo y celo en el capote de Rafa Serna, corto en las dos verónicas
que le encajó el sevillano, que se llevó una voltereta al rematar, afortunadamente
sin consecuencias. Había que darle al utrero en varas, y se le dio. Por dentro
y sin entrega el animal en la muleta, hubo
que sobarlo e imponerse a su áspera condición
y a su tendencia a venir por
dentro. Pero cuando lo hizo surgió el toreo a diestras, con el toque preciso a
media altura y el vuelo listo para llevar muy embarcada la embestida geniuda y
temperamental. Aún se empeñó Serna en pegarle una tanda con la zurda en la que dejó de molestar el viento y le
voló la muleta tersa para llegar al tendido.
Medía estocada tendida bastó para
despenar al animal, a contraestilo completamente para una reaparición. Pero se
atascó con el descabello por no humillar el utrero y escuchó silencio tras dos
avisos.

El altón quinto fue
perdiendo el brío inicial en el capote de Rafa
Serna
hasta quedarse sin ritmo ni galope para embestir a la verónica.
Pitado por inválido el novillo, fue
devuelto. Del mismo hierro era el sobrero, enmorrillado y peor hecho, que tuvo
la querencia muy marcada a la puerta de chiqueros,
impidiendo el saludo del
sevillano. Con la muleta se vino por dentro, miró constantemente y se arrancó
con la informalidad del manso que fue. Se puso Rafa por ambos pitones, pero por ninguno de ellos tuvo al menos la
toreabilidad para intentar meterle mano. Imposible astado para el sevillano,
sin suerte hoy con el lote.
Silencio.

El muñeco tercero,
ensabanado y manilargo, marcó mucho la querencia a chiqueros en el saludo de José Aguilera, al que le puso imposible
estirarse a la verónica. Con genio se fue al caballo el animal para empujar con
un pitón, más rabiosillo que enrazado. Tuvo transmisión en la muleta un novillo
temperamental y con fijeza que cuando iba lo hacía con todo. Tuvo Aguilera el mérito de no quitarse nunca
y de aprovechar los viajes para echarle la mano abajo y a morir por Dios. No hubo gobierno en los trazos, es verdad,
pero sí el valor y la dignidad para acoplarse a la recia embestida
y tragar
pasadas con el mejor trazo posible, todo fruto de su falta de rodaje. Una tanda
al natural a mitad de faena y otra más al final hicieron rugir a sus paisanos
y, a pesar del pinchazo, paseó una oreja tras aviso.

Al sexto le faltó fijeza en el saludo a la verónica de mano baja de Aguilera, pero repitió hasta la media que abrochó el primer contacto con la res. Gracias tercio de banderillas el que protagonizó Pepín Monje, obligado a saludar. Con la muleta tuvo siempre intención el colmenareño, que no volvió nunca la cara, aunque con las carencias lógicas de un debut sin animales toreados. Tuvo fe a la hora de echar los vuelos y confió en la mano izquierda para darle fiesta a un animal simplón y sin entrega que a él le sirvió para dar una vuelta al ruedo tras el espadazo desprendido y la negativa del palco a conceder la oreja.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Colmenar Viejo. Primera de Feria.
Novillada con picadores.

Entrada: Menos de media plaza. 

Seis novillos de Antonio
San Román.
1º Con fijeza y repetición descompuesto por la falta de fuerza el primero. 2º Áspero, geniudo y temperamental el astifino segundo. 3º De recia arrancada y motor el exigente tercero. 4º Boyante y con transmisión en repetidor.  5º Informal, mirón y deslucido el espeso quinto bis, imposible. 6º Espeso y sin entrega el simplón sexto.

Luis David Adame, (celeste y oro) Silencio y dos orejas.

Rafael Serna, (nazareno y oro) Silencio tras dos avisos y silencio.

José Aguilera, que
debutaba con picadores,
(sangre de toro y oro) Oreja y vuelta al ruedo tras petición.