JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Aquí o se juega a la
silla o se cuelga el traje. Y Perera ha decidido lo primero. ¿La dinámica?
Muy sencilla: colocar sillas en círculo, una menos que el número de jugadores,
mientras suena el pasodoble. Y cuando el desarme haga al director mandar
callar, el que quede sin silla sale del juego. No lo ha hecho Perera en tarde en la que triunfó Manzanares pero toreó
Miguel Ángel.
Sí bien es cierto que el cornalón de Salamanca fue
condicionante involuntario de que la ley natural de la supervivencia
arremetiese contra su status, Perera ha sabido no quedarse sin silla tras una
Sevilla en la que arreó toreando contra sus ausencias en Castellón y Fallas;
tampoco lo hizo en su doble tarde isidril, y fue entre las peñas de Pamplona
cuando se vino arriba en la dinámica para no quedarse sin el sitio que 2008 lo
aupó y 2014 lo consolidó en la historia.
Y el soniquete de Cuenca lo ha resucitado para quedar sedente ante lo que
viene.
Con una bomba hierática y silenciosa en la pañosa pero
tremendamente explosiva en cercanías reventó San Julián. El que a priori era el menos favorito se aupó como patriarca caminito de
Bilbao: perdonando la vida al que se lo merecía, dignificando con creces el
puesto del compañero herido y recreándose en la suerte cuando los demás aún
bailan por no quedarse fuera de la batalla.
Porque toreó como
soñaba al «Escarcha” de Vázquez el sábado y como en la porfía imperiosa del
entrenamiento se imaginaba al tercero de Montalvo esta tarde. Y le meció el
capote templado para entregarle el corazón en cada lance. Y lo cuidó en varas
por guardarse la calidad para el espeluznante quite por tafalleras. Y no
permitió que la silla volase en el apoteósico prólogo quietísimo, a pies
juntos, mientras tenía el rabillo del ojo en la batuta por impedir quedarse sin
su lugar en el círculo. Y le pegó arrucinas para conseguirlo, y se dobló en las
cuatro tandas por intentar que el temple honrase la duración del enemigo. Y
acompasó su velocidad para torear tan despacio que gustó a los que no creían ya
en su supervivencia en el sistema. Y pinchó su triunfo, que no su ya intacta
silla. También lo hizo en el sexto, en el que el arrimón no fue sino
justificación de lo que el toro no llevaba dentro.
Manzanares se fue en volandas con la silla de su circuito
asegurada en despachos. Se lo echó con verdad el capote a sus dos toros, meció
con ritmo pero sin temple las verónicas a sus animales y propuso con estética
en la muleta. Pero, ¡ay amigo!, mal acostumbró a los suyos con la despaciosidad
capotera de Madrid.
Se entonó el torero alicantino sobre todo en el toreo por
derechazos, donde se los sacó de dos en dos frente a los parones del animal,
que no quería ni música ni fiestas ni círculo ni vinagres. Ese quería pirarse, no dándole el gusto Manzanares de hacerlo sin que
recibiese recibiendo la estocada. Al
quinto –con mil perdones a Suso, Antonio Chacón de diez con el capote- le
aguantó el aplomo descastado para soplarle su regusto por ambas manos y
pasearle un despojo más.
Fandi cerró por
vacaciones su factoría triunfal este martes y, si bien no acompañó el grandón
primero su labor, no fue la del cuarto la conexión soñada por el granadino.Hubiese tenido eco en otro corral, pero no llegó a Cuenca la porfía densa de
David, que no necesita silla porque su circuito comprende que la entrega es
aduana suficiente para entrar dónde y como quiera. Por eso seguirá el ritmo
marcado que es el que le asegura el pan de cada día.
La vida, símil también de juego, ha dado a Perera en Cuenca la
oportunidad de no quedarse sin silla antes de que el Norte juzgue su sino un
agosto más. Y aprovechó Miguel Ángel las
balas de la bravura el sábado y de la sustitución el martes para ser el torero
que el 8 apuntó y el 14 elevó a las alturas. Un cornalón en La Glorieta, un
grave percance en los despachos en el amanecer de la temporada, una mala baza
hispalense y hasta cuatro nefastas bolitas isidriles no han impedido que San
Julián haya sacado el torero que llevaba dentro. Y la silla con opción a trono tendrá que discutírsela sólo quien
pueda…
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuenca. Quinta de la Feria de San Julián.
Corrida de toros. Tres cuartos de plaza.
Seis toros deMontalvo.A menos el noblón y
soso primero; correcto sin más de duración y juego el segundo;noble
el buen tercero;aplomado el soso cuarto; deslucido el quinto; el
deslucido sexto tampoco valió.
David Fandila «El Fandi”, ovación y oreja.
José María Manzanares, oreja y oreja.
Miguel Ángel Perera, oreja y ovación.
FOTOGALERÍA: JULIO PALENCIA / @infomaperera