MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
La Cubierta volvía a anunciar una tarde de fiesta este 17 de
agosto, segunda cita taurina mayor de su temporada tras el festejo de abril.
Hacían el paseíllo en Leganés a partir de las ocho en punto de la tarde Pablo
Hermoso de Mendoza, Manuel Jesús ‘El Cid’ y Sebastián Castella frente a un encierro de Albarreal.
Con Alquimista inició Pablo Hermoso la tarde ante un animal de poca entidad y menos fuelle que midió el suelo en cuanto hubo un mínimo de exigencia. Pulcro el navarro en el rejón y en la lidia, subiendo la intensidad con Beluga pisando terrenos comprometidos, que lo eran menos por la falta de poder del animal. Las banderillas cortas con Van Gogh tuvieron que ser ya a toro parado, lo mismo que el rejonazo defectuoso. Escuchó silencio.
Con mucha solvencia recogió Pablo Hermoso el ímpetu pegajoso del cuarto, que abultada mucho más que el resto y también se desplazó más. Quiso levantar el ánimo en la grada Pablo con Disparate, que templó mucho de costado, ofreció el estribo para clavar y deleitó con las hermosinas. Más en la cara se movió Donatelli, que le dio los pechos al animal para terminar con Pirata, ya con el toro muy parado, exponiendo en las cortas y dejando un rejonazo fulminante que valió las dos orejas.
Por abajo y con celo embistió el segundo en las cadencioso y acompasadas verónicas del saludo de El Cid, excesivo tal vez en el metraje con el justito animal, pero es que embistió muy bien y fue lógica la borrachera de percal de Manuel. Luego quiso llegar abajo y empujó con un pitón en el penco, en duro castigo. Pero no duró más que el inicio bien compuesto del sevillano, porque la carencia de condiciones físicas lo dejaron aplomado. Porfió con profesionalidad El Cid para extraer muletazos sueltos, pero nunca llegó la emoción. Pinchazo, estocada corta y atravesada y ovación para Manuel.
El quinto lució muy buen son en la docena de verónicas con dos medias con las que El Cid fue ganándole el paso hasta el tercio entre la ovación. Pero se afligió tras el encuentro con el jaco, y ya no tenía la misma alegría en banderillas. Por eso se paró en la muleta, protestó, se descompuso y hasta se quiso ir por debajo del palo las pocas veces que se arrancó. De nuevo profesional El Cid, porfió con el torete y lo mató con brevedad. Palmas.
El tercero, escurrido y feo, se partió la punta del pitón en un burladero y su brío bienintencionado en el capote de Castella, que lo lidió por abajo para no atosigarlo. y siempre quiso acudir un animal con muchas mermas que, sin embargo, obedeció y tuvo toda la calidad que le permitió su escasez de fuelle y su mano izquierda dañada. Muy templado con él el francés, siempre a favor de obra y cuidando cualidades para que durase más. Lo mató con certero estoconazo y paseó una oreja.
Tampoco el sexto quiso entregarse en el capote de Castella, en el que hasta se vino por dentro y sin ritmo, pero se fue templando en el brío y también en la actitud el animal en el primer tercio. Vistoso y torero fue el inicio de Castella, agarrado a las tablas primero, ganando el paso con suavidad en los vuelos después, por ambos pitones, rematando con un desdén de gran sabor. Tenía voluntad el animal, y fue por el pitón izquierdo por donde llegaron los mejores pasajes de la tarde, con un Castella superior, sabedor de que lo era. Templado, suave, entregado y hasta profundo por momentos, fue el francés lo más destacado de la tarde madrileña. Pero dos pinchazos antes de la estocada dejaron el premio en ovación tras aviso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros cubierta de Leganés, Madrid. Corrida de
toros.
Seis toros de Albarreal. 1º feble y sin entidad el inválido primero. 2º de gran clase sin nada de fuelle ni vida el segundo. 3º de obediencia y fijeza mermadas por escasez de fuelle y cojera. 4º con ímpetu y ritmo a menos el manejable cuarto. 5º descompuesto y sin clase el deslucido quinto. 6º con entrega y calidad por el pitón izquierdo el sexto.
Pablo Hermoso de
Mendoza, silencio y dos orejas.
Manuel Jesús ‘El
Cid’, ovación con saludos y palmas.
Sebastián Castella, oreja y ovación tras aviso