IGNACIO RUBIO
La
localidad manchega de Villacañas volvía a celebrar, este jueves, corridas de
toros en su cómoda y moderna plaza de toros y respondió el municipio a la
llamada del cartel. Víctor Puerto, Juan Bautista y Antonio Nazaré hicieron el
paseíllo frente a un encierro de Jaralta.
Víctor
Puerto lidió en primer lugar un animal flojo y sin transmisión de Jaralta. Fue
feo de hechuras y anduvo sin poder acoplarse a la verónica. Destacó un gran par
de Roque Vega, que dio paso a la una faena tras brindis al público. En ésta
faltó chispa y hubo dos desarmes. Todo lo puso Víctor ante el escaso celo del
castaño. Lo toreó muy a placer por el pitón derecho, dejando molinetes de
rodillas para torear a diestras. Fue todo con la lentitud que pidió el animal,
sin fijeza y mucha sosería. Pinchazo hondo que fue suficiente. Oreja.
Juan
Bautista, serio y firme, se ajustó por delantales y una buena media ante otro
muy flojo pero noble de Jaralta de salida. Bautista lo mimó hasta la saciedad,
todo con mucho gusto y la lentitud requerida. Lo mejor fueron dos series de
naturales tan lentas como bellas y un cambio de mano y el de pecho. Se gustó el
francés en las series de naturales para adornarse con farol y el de pecho de
pitón a rabo. Mucho gusto y plasticidad para cargar la suerte con belleza. Su
final por invertidos y redondos gustaron a la parroquia. La estocada arriba le
hizo pasear dos orejas.
Nazaré
dejó pinceladas de arte escuetas con el capote de un duende distinto. Era un
animal feo y complicado, de embestida incierta y complicada, buscando siempre
la taleguilla. Antonio lo intentó consiguiendo lucimiento en breves trazos a un
toro de Jaralta siempre con peligro sordo. Finalizó con pinchazo y estocada
caída para recibir petición insuficiente.
Víctor
toreó el cuarto con mucho gusto a la verónica, dejando lances de mucha cadencia
gusto. Víctor mimó y lidió en banderillas al animal, para pasar a una faena de
más a menos, donde hubo de comienzo series ligadas y templadas de largo trazo y
mando para acortar las distancias y dárselos de uno a uno. Los redondos
invertidos y el arrimón de muchos quilates fueron el epílogo perfecto, como
también lo fue la estocada. Se pidieron con fuerza las dos orejas que el
presidente no concedió, paseando un trofeo.
Dejó
Bautista una importante faena al cuarto, un toro con cuajo y trapío al que
entendió en serie a cortas y llenas de temple. Los de pecho inconmensurables,
al natural dejó una serie de lentitud extrema. Dominó los terrenos para dejar
una estocada pelín contraria que tardó en hacer efecto. Oreja.
Nazaré
tuvo el lote a contra estilo. Brotaron al natural cuajó tres series que dejaron
huella en la retina. Un derroté del animal llegó a la cara del sevillano
cundiendo el pánico, pero se repuso el torero hispalense y dio muerte al
descastado de Jaralta, al que levantó el puntillero. Oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Villacañas, Toledo. Corrida de toros.
Se lidian toros de Jaralta.
Víctor Puerto, oreja y oreja.
Juan Bautista, dos orejas y oreja.
Antonio Nazaré, ovación y oreja