PABLO LÓPEZ RIOBOO
La segunda y última corrida de toros de la
Feria de Colombinas de Huelva arrancaba este sábado a las ocho de la tarde en
el coso de la Merced con un encierro de Santiago Domecq como materia prima
ganadera. En el cartel, se anunciaban El Juli, Miguel Ángel Perera y Andrés
Roca Rey.
La tarde tenía todos los ingredientes para que el público y aficionado
onubense saliera toreando por las calles, una terna de campanillas que mezclaba
veteranía y juventud y una ganadería sobradamente acreditada y triunfadora en este
mismo coso en 2015, pero todo salió al revés, la corrida no embistió, las
espadas no viajaron y el triunfo se esfumó como arena entre los dedos. Se esfumó cuando más falta le hacía a una divisa que esta en proceso de consolidación, esa que le regaló un triunfo el pasado año a Juli y Perera, ese que buscaba Roca Rey para decir a voz en grito que no le pesa torear con los que mandan.
Tuvo ante sí Julián a un sobrero de
Victoriano del Río de mansurrona condición. Meció el madrileño el percal con
suma templanza ante un toro rajadito ya de salida. Lanceó con garbo y soltura en
un quite por chicuelinas para luego templar al de
Victoriano. Realizó una Faena inteligente y medida por ambos pitones, le dio
tiempo entre tanda y tanda, todo lo hizo a favor de un animal que pese a tener tendencia
a rajarse tuvo cierto son en la muleta. El de Victoriano tuvo nobleza en las
telas, pero siempre había que llevarlo muy tapado, alargó los muletazos Julián para inventarse una faena que parecía imposible. Por el
izquierdo el animal tendía a soltar la cara, pese a ello brotaron naturales
largos y poderosos. Muleta firme la del madrileño que consiguió sujetar a un
toro con clara condición de manso. Falló en la suerte suprema y perdió el
triunfo que se había ganado a ley. Saludó desde el tercio tras escuchar un
aviso.
Se fue de vacío Julián hoy de Huelva, tras
pasaportar con solvencia y oficio al manso y desrazado animal. Lo intentó todo
pero el toro nunca se entregó, cara alta, medias embestidas…, un toro de
nulas opciones. El de Santiago Domecq, con mayor cuajo que sus hermanos, fue el
garbanzo negro de la corrida. Faena tesonera de un torero fiel a su cita con el
triunfo en Huelva, que intentó por todos los medios meter en la canasta al
animal, pero fue imposible, el toro de áspera embestida acabó por desesperar a
público y torero. Tras una media estocada en buen sitio fue ovacionado.
En segundo lugar salió un toro de Santiago
Domecq, justo de fuerzas y con la casta al límite. No se dejó torear de capa y
acudió sin celo al jaco. Lo lidió templadamente Javier Ambel, y con los palos
se lució Curro Javier, en dos pares de gran torería e importancia. Saludó
montera en mano junto a Guillermo Barbero. Faena poderosa del extremeño ante un
animal de poca transmisión y raza justa. Lo toreó con suficiencia en una faena
que no pasó de correcta. Tomó mayor vuelo la faena cuando acortó distancias.
Anduvo desacertado con los aceros y fue ovacionada su labor tras escuchar un
aviso.
Ni una opción tuvo el extremeño con el manso
que hizo quinto, un animal de escasa entrega con el que solo pudo brillar en un
quite variado y ajustado y en una serie con la diestra de poderío y mando. El
de Santiago Domecq remiso a embestir trotaba por el ruedo sin ningún apego a
los trastos, saliendo con la cara alta en cada muletazo. Sacó agua de un pozo
seco en una tanda en la que empapó de muleta al astado hasta conseguir una
serie importante, eso unido al inicio de faena en los medios fue lo más
destacado de una faena que acabó diluyéndose tras el mal uso de la espada. El
público onubense le tributó una ovación tras tan sincera labor.
Dejó
patente Roca Rey hoy en Huelva que quiere ser figura del toreo. Ante un animal
muy justo de fuerzas realizó una faena templada, con fases de gran toreo. Faena limpia y de fino trazo, la arrucina -que acabó siendo un cambio de mano- y el posterior pase de pecho con la que abrochó la tanda tuvieron el sello de la improvisación y la frescura de un torero que ha traído aires nuevos a un escalafón que carecía de un nuevo gallo en el corral. El de
Santiago Domecq la quería tomar con cierta clase pero sus fuerzas eran
limitadas. Le imprimió gusto a todo lo que hizo, acertó en distancias y
terrenos, para construir una faena que tomó su punto álgido en las postrimerías
de la misma. Se metió al público en el bolsillo con una serie rodilla en
tierra de gran verdad, temple y valor, la cual acabó por poner a la plaza totalmente de su parte. El mal uso de la espada le
privó de un triunfo importante. Ovación desde el tercio tras aviso fue su bagaje en el
primero de su lote.
Se
volvió a vivir el mismo capítulo en el sexto que en los toros anteriores. Muy
dispuesto salió el peruano a lancear al jabonero sexto, suaves verónicas de
fino trazo las ejecutadas por Andrés. En la muleta no escatimó esfuerzos Roca
Rey, lo intentó todo por ambos pitones pero no hubo manera, el animal muy justo
de fuerzas embestía rebrincado y sin demasiado celo en la muleta. Caló su faena
cuando acortó distancias, lugar donde se siente como pez en el agua. Volvió a atascarse con la espada y como en el toro
anterior fue ovacionado tras escuchar un aviso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced. Tercera de la Feria de Colombinas.
Corrida de toros. Lleno.
Seis toros de Santiago Domecq, justos de presencia dentro de una
presentación dispar. Nobles, flojos y faltos de raza. Se lidió un sobrero de
Victoriano del Río en primer lugar, de mayor cuajo, manso pero con buen son en
las telas
El Juli (Verde botella y oro): Ovación tras
aviso y ovación.
Miguel Ángel Perera (Verde
hoja y oro): Ovación tras aviso y ovación.
Andrés Roca Rey (Malva
y oro): Ovación tras aviso en ambos.
INCIDENCIAS: Se desmonteraron Guillermo Barbero y Curro Javier
tras parear al segundo, así como Javier Ambel y el propio Guillermo Barbero en
el quinto.
FOTOS: @toroslamerced