EMILIO
TRIGO / VÍDEOS: PABLO LÓPEZ RIOBOO / FOTOGALERÍA: MARTA VERDUGO
Desde las seis de la tarde los alrededores del coso de la Merced de Huelva comenzaban a llenarse de
aficionados. Hervía el ambiente previo a la aparición del mito de Galapagar
en la Feria. Junto a él, la alternativa de un torero local como David de Miranda y la inclusión de López Simón en su primer paseíllo con su gurú conceptual.
Abanto el primero de salida que sale suelto del lance inicial. Muy encajado David a la verónica, pies juntos. Miranda lo cogió en corto para lancearle con gusto por ambos pitones. Desprendió reposo y tranquilidad en los primeros tanteos. Mini puyazo que derriba al piquero. Tremendo quite del triguereño por saltilleras sin inmutarse. Levantó David al respetable en un pasaje precioso y de gran riesgo. El Victoriano del Río que no había sangrado aún estaba muy vivo por ello. El toricantano brindó a su madre. Inició en los medios con varios de la flores y la arrucina poniendo en pie a la plaza. Carta de presentación sin titubeos y pisando fuerte el acelerador. David instrumentó una faena en distancias cortas, tragando el medio viaje del toro y las indecisiones del astado en el embroque. Todo con absoluta tranquilidad, dominador de cada muletazo y exponiendo muchísimo. Se montó literalmente ante su desrazado oponente con un toreo de fidelidad a su parámetros. En los remates y desplantes le rozaban constantemente los pitones en su cuerpo. De Miranda terminó acobardando a su noble astado que finalizó pegado a tablas. Estocada y pitonazo en la mandíbula que lo deja aturdido. Dos orejas a la serenidad del nuevo matador.
Menos cuello, más abierto de sienes el segundo. Tomás cuajo un saludo a la verónica con aperturas y muy ceñido, sobre todo por el izquierdo. El tranvía pasaba pero él como si nada. Vara que justifica el tercio y a cambiar de asunto. El quite por chicuelinas de majestuosa lentitud. La media para hacer carteles. En banderillas el toro hizo un guiño muy feo por el izquierdo y recortó por el derecho. !Va por ti Huelva! Tremendo el inicio de José. A pies juntos por manoletinas estrechísimas e intercalando un cambio de manos cumbre. Apoteósico inicio muleteril. José estuvo muy relajado, dueño del espacio y cautivador de todas las embestidas. El segundo tenía un pitón claro, el izquierdo, por ahí José le soltó un conjunto de exigencia y hondura. Algunos de cuadro para enmarcar. Todo con mucha parsimonia y verticalidad. Pareció a medio gas, sin tragantones pero con su quietud de siempre. Casi al final apretó con la derecha por abajo a su astado y terminó de exprimir la poca raza que tuvo el Victoriano. Estocada desprendida y dos orejas.
Similar al primero de hechuras el tercero de la tarde. Ganó terreno el de Barajas en cada lance pero no se caldeó el ambiente puesto que el toro tiraba la cara arriba y deslucía la verónica. Empujó con fijeza en varas, pero después de lo visto con más genio que bravura. López Simón comenzó en un palmo de terreno por alto y también sin enmendarse. Simón se jugó el tipo en cada muletazo ante un falso que se lo pensaba a la par que pasaba de la taleguilla. Toro complicado que terminaba con la cara por las nubes al final del viaje. Alberto derrochó firmeza y un valor sin aspavientos del que nadie se enteró. Muy seria la labor del madrileño que tragó mucho paquete. Se impuso por actitud pero sin lucimiento puesto que era imposible ante semejante animal…van tres desrazados. Pinchazo, estocada, y el toro que resiste a caer. Ovación con saludos tras aviso.
Muy en el tipo de la casa el cuarto. Toro con cuello, recogido de pitones y despegado del suelo. José Tomás fue a buscarlo a la solanera con el capote recogido. Cuatro y la media muy personal. El puyazo fue importante con el toro empujando fijo en el estribo. Por trincherillas andando lo llevó a los medios. Así puso inicio a su vertical labor. Tomás le presentó la muleta para que obligatoriamente la tomara. No tenía otra opción el Victoriano que sucumbió al desafío de José. Los naturales enroscados, largos, sin acabar nunca fueron la plenitud de exigencia y la hondura. Se rompió a zurdas el rey de la verdad. Indescriptible su toreo, pureza en toneladas, despreciando su persona que estaba a merced del toro constantemente e interpretando con el alma. Un interior que vació ante un astado con picante, bravo pero falto de clase, que tuvo mejor inicio que final. Enfrente se las vio con su majestad del temple y la verticalidad. José Tomás intercaló paulatinamente ambos pitones para mayor deleite de los presentes. Tomás en plenitud hizo hervir a Huelva con un torero de parámetros inexistentes en el escalafón actual. A derechas, abrió el espacio le dio ventajas siempre al toro y lo durmió en la muleta. Obra cumbre del madrileño. Espadazo. Dos orejas y petición de rabo.
No hubo nada destacable en el recibo ante un toro suelto que iba y venía. No se agarró en el capote y sin embargo sí lo hizo en el peto. Puyazo donde se empleó el astado. Brindis público. Igual que en su anterior comenzó por arriba y a pies juntos. Estatuarios. Nada más salir a los medios el toro demuestra lo que lleva dentro, su falta de casta al querer rehuir la pelea y buscar la salida. Eso fue el denominador común del mansito que además protestaba en el encuentro. López Simón le buscó las vueltas, tiró de repertorio e incluso se desmayó al natural. Simón amarró a su astado en la franela con mucho mérito, se antoja una tarea casi un imposible y más aún, ligar entre muletazos. Valor de Alberto para imponerse toreando, sin alaracas y con mucha estética. López buscó la reunión sin soltar la embestida dejando la muleta en el hocico para tapar la salida. Obra de gran altura y complicada por su desarrollo que aquilató con firmeza e importante capacidad. Estocada arriba en los medios y dos orejas arrancadas a ley.
Cuando iba a salir el sexto la historia de la tarde ya se había cumplido. Los sueños se habían hecho realidad por parte de todos. Toreros y afición habían logrado el triunfo que unos y otros deseaban. El último fue el más fuerte y ofensivo. Tampoco permitió el lucimiento con el capote de Miranda. Una vara justa sin estridencias. El quite por tafalleras asustó al miedo. Inmóvil David con las astas peinando el bordado en los muslos. Brindó al respetable. De Miranda comenzó por estatuarios en el tercio ante una embestida rebrincada y exenta de clase. Tuvo pique el cierraplaza que también manseó mucho y se rajó al sentirse podido. El nuevo matador plantó cara con valor, frío, sereno como de costumbre y además le corrió la mano al natural en algunos contados. Lo justo que le duró su oponente hasta que le rehuyó. David mostró su capacidad y buen oficio. Estocada arriba. Petición y ovación con saludos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Tercera de abono de la Feria de Colombinas. Corrida de toros. Lleno de ‘No hay billetes’.
Toros de Victoriano del Río, correctos de presencia. Obediente pero escaso de raza y fondo el noble primero; de gran movilidad a menos en la entrega el manejable segundo; informal y rajado ante la exigencia el tercero; bravo y codicioso el cuarto; deslucido y de cara suelta el quinto; rajado el soso sexto.
José Tomás (tabaco y oro): dos orejas y dos orejas.
López Simón (fucsia y oro): ovación tras aviso y dos orejas.
David de Miranda (blanco y oro), que toma la alternativa: dos orejas y ovación.