Aún sin haber cortado el trofeo que el público madrileño pidió para él en el arranque de San Isidro, Daniel Luque dejó ver en Las Ventas la madurez y el gran momento de su toreo, algo que ya viene demostrando hace tiempo y que le valió, sin ir más lejos, un triunfo de Puerta del Príncipe en la pasada Feria de Abril.
Pero de Sevilla no sólo vino a Madrid con la alegría de ese triunfo incontestable, pues en su cuerpo trae las secuelas de esa fortísima voltereta que le propinó el toro de El Parralejo, apenas hace 10 días. Y es que Daniel Luque apenas puede moverse con comodidad y así, con dos costillas fisuradas y una lesión en el músculo pectoral, hizo el paseíllo en Las Ventas.
Quienes han sufrido una lesión semejante saben lo molesta que resulta, pues muchas veces, como le sucede al torero de Gerena, ni siquiera permite dormir acostado de forma normal e, incluso, hasta respirar resulta doloroso. Sin embargo, lo que para una persona sería incapacitante, para un torero no es más que una anécdota.
Por eso Daniel no ha hecho ni un gesto y ha asumido su compromiso con total responsabilidad. Ya no sólo en Madrid, sino también el pasado 3 de mayo en su segundo compromiso sevillano, en la que también compartió cartel con Álvaro Lorenzo, que ayer, con una cornada en el cuerpo, ni se miró y continuó su labor hasta cortar una oreja, la primera de la feria.
Sin tiempo para recuperarse completamente, Luque volverá a Madrid esta semana, concretamente el día 12, con toros de El Torero, y cerrará su presencia isidril el día 24, con los toros de Valdefresno. Aunque, teniendo en cuenta su estado de forma, no es de extrañar que alcance un éxito que le lleve a ocupar alguna de las sustituciones de Emilio de Justo, que la empresa ha decidido dejar abiertas para los diestros triunfadores de la feria.