Este lunes llegaba el turno de la primera novillada de San Isidro 2022 en la Plaza de Toros de Las Ventas: seis novillos de Los Maños aguardaban en chiqueros para una cita en la que, a partir de las 19:00 horas, trenzaban el paseíllo Carlos Domínguez, Arturo Gilio y García Pulido.
Silencio tras aviso para Carlos Domínguez con el interesante primero de Los Maños
Interesante fue el primero, porque tenía movilidad y fijeza, pero las embestidas eran muy sueltas al principio. Un buen quite por gaoneras de Arturo Gilio dejó entrever que podía servir. En la muleta, lo aprovechó Carlos Domínguez al natural, aunque siempre llevándolo muy a su aire y a su altura, aunque es cierto que le faltaba un punto de casta y si le obligaba demasiado, probablemente se rajaría. Sin embargo, dejó buenos naturales; por la derecha, el novillo estaba más asentados, y llegaron los momentos más serios de su faena. Mató de pinchazo hondo y estocada y escuchó silencio tras aviso.
Arturo Gilio, ovación tras aviso tras dejar una inteligente faena a otro interesante segundo
El segundo fue un novillo que comenzó algo distraído y que no tuvo clase: siempre embestía con la cara a media altura de inicio, soltando un derrote a mitad de cada muletazo. Se dejó picar, y ya en un quite muy templado de Guillermo García mostró que tenía fijeza y embestidas largas. Eso lo entendió bien Arturo Gilio, que hizo una obra inteligente, tapándole los defectos al toro, sometiéndolo por abajo en tandas muy ligadas, con la muleta siempre en la cara para traérselo muy enganchado. Buena faena del mexicano, aunque faltó alguna tanda rotunda por abajo que pusiese a todo el mundo de acuerdo, y quizá por eso no le dieron la oreja tras una buena estocada. Ovación tras aviso.
Guillermo García, silenciado con el pasador tercero
El tercero fue un novillo pasador sin más, con recorrido, que se dejó pegar en el caballo y que salió suelto varias veces. Aunque es cierto que acudía a la muleta pronto, pasaba a media altura y sin decir mucho. Había que ponerle mucho, pero tampoco le puso demasiado Guillermo García, que simplemente se le vio preocupado porque el novillo no se le viniese muy recto, más preocupado por eso que por componer una faena sólida. Se perdió en un mar de muletazos sin un norte. Mató de estocada efectiva y fue silenciado.
Nuevo silencio tras aviso para Carlos Domínguez tras pasaportar al cuarto
El cuarto fue el novillo más hecho de los lidiados hasta el momento: empujó con más entidad e intención en el caballo, pero le faltó chispa y vida en la muleta. Fue el que mejor humilló de todos, con un recorrido y viaje humillado y templado, además de ser obediente y fijo, pero le faltaba vibración. Dejó momentos aislados el novillero, pero no terminó de calentar Domínguez. Dejó una estocada y descabellos. Silencio.
Arturo Gilio recibe una cornada en el gemelo cuando estaba toreando al quinto
Arturo Gilio pasaportó a un quinto con humillación, fijeza y hasta un ritmo mexicano en su embestida, pero sin ninguna fuerza. Por fortuna, cayó en manos de un novillero muy hecho, que lo llevó siempre con mucha suavidad, toreándolo muy despacio y muy templado. Estaba construyendo una faena muy buena y redonda y con variedad, pero al final se le quedó debajo de los tobillos, enganchándolo tras la pantorrilla izquierda, atravesándole el gemelo con el pitón. Quiso seguir la obra, pero finalmente no pudo, siendo rápidamente conducido a la enfermería. Finiquitó la lidia Carlos Domínguez, siendo ovacionada la cuadrilla de Gilio.
García Pulido, silenciado también ante el remiso sexto
El sexto fue el novillo menos potable de todos, porque le faltó empuje, raza y casta. Tenía medias acometidas solamente y se lo pensaba mucho para embestir, y con eso poco pudo hacer Guillermo García más que justificarse. Al principio, aprovechó la inercia e incluso llegó a desmayarse, pero luego el toro se puso bastante remiso y poco pudo hacer. Fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Segunda de la Feria de San Isidro. Novillada con picadores. 14.270 espectadores.
Novillos de Los Maños.
Carlos Domínguez, silencio tras aviso, silencio tras aviso y ovación -que recogió la cuadrilla de Gilio- tras el quinto.
Arturo Gilio, ovación tras aviso y herido.
García Pulido, silencio y silencio.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
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