PAMPLONA

Pedraza: sólo cara


domingo 10 julio, 2016

Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo se justificaron con un encierro que ofreció pocas posibilidades, tan sólo cara de un encierro siempre embistiendo a regañadientes

Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo se justificaron con un encierro que ofreció pocas posibilidades, tan sólo cara de un encierro siempre embistiendo a regañadientes

 

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ

Con la cara más triste por la muerte ayer de Víctor Barrio
en Teruel, la Monumental de Navarra acogía este domingo la sexta de abono de la
Feria del Toro. El hierro de Pedraza de Yeltes debutaba con Curro Díaz, Iván
Fandiño y Juan del Álamo haciendo el paseíllo.

De nombre «Joya” y con el número 23, nacido en octubre
de 2011 era el primero de la tarde, muy serio por delante, con buen cuello,
altón, de cara abierta y muy largo. Fue de categoría el puyazo de Curro Sánchez
a ese toro, en todo el morrillo, levantando el palo y midiendo al toro
perfectamente. Al quite entró Iván Fandiño por chicuelinas para que le esperara
mucho en el primer par a Óscar Castellanos. Brindó al cielo Curro Díaz su labor
para iniciarle faena al hilo de tablas con un animal que colocaba bien la cara
pero acortó pronto el recorrido. Tenía nobleza el toro, pero tenía un cortísimo
viaje que no hizo posible el lucimiento del jiennense. Con la espada, Curro
dejó una estocada eficaz.

Tontillo llevaba por nombre el segundo, número 51, colorado
de capa, de 625 kilos, muy fuerte y alto. Le pegó por los dos pitones un
frenazo en el capote de Iván Fandiño. Juan Melgar fue el encargado del tercio
de varas, quitando por chicuelinas el salmantino Juan del Álamo saliendo muy
suelto el toro. Respondiendo a las complicaciones del toro fue la actuación
palitroques en mano de Iván García, brindando al cielo Iván Fandiño en recuerdo
de su compañero Víctor Barrio. En el centro del anillo comenzó su faena el de
Orduña ante un toro que empezó a pararse y a soltar la cara en los siguientes
compases. Las manoletinas finales, en los terrenos de sol que el toro marcó de
salida, dieron alegría a un trasteo marcado por la anodina condición del toro.
Lo mató en los mismos terrenos.

Dudalegre llevaba por nombre el negro mulato tercero,
marcado con el número 3, nacido en octubre de 2011, con 585 kilos de peso.
Tenía una cara más agradable que su hermano anterior, altón, con las manos
largas y al que se impuso capote en mano Juan del Álamo, dándole sitio y
llevándoselo hasta el centro del anillo. Se le clavó en la mano derecha la
primera banderilla. Suave le inició el trasteo Del Álamo al astado de Pedraza.
Desentendido en el toro estuvo el animal, por lo que tuvo que tirar de recursos
Juan del Álamo por molinetes de rodillas. De algo más de media estocada tendida
y caída, con algo de travesía, acabó con el toro el mirobriguense.

A regañadientes también salió un cuarto que no quiso ni
rematar en los burladeros, sin ir franco en el prólogo y que tuvo que ir a por
él Curro Díaz. Se frenaba el animal en el momento del embroque, algo que hacía
complicado estar en su frente. Distancia le dio el jiennense para que entrase
al caballo, pero no lo hizo con verdad. En la lidia de Óscar Castellanos, el
toro pasaba sin decir nada, dejando las banderillas de forma eficaz la
cuadrilla. No era fácil dejarle la muleta en la cara como se lo hizo Curro ante
la evidente falta de entrega del de Pedraza. Fue incierto el toro en los
embroques, pero la seguridad del veterano dejó detalles. En cercanías le plantó
cara Díaz en el epílogo muleteril, cuando el toro terminó su fuelle. Silencio
final para el torero.

Imponente de estampa era el quinto de la corrida, un toro
largón, muy grande, de un volumen amplísimo. Rafael Agudo fue el encargado de
darle en varas para que Diego Ramón Jiménez y Víctor Manuel Jiménez parearan
ante la lidia de Iván García. La primera tanda tuvo emoción, pero se revolvía
tras el embroque el animal y no permitía la colocación de Fandiño. Con la
izquierda se cruzó el vasco, llevando como pudo los pitones amplísimos del
astado, pero fue imposible. Porfió en el último compás muleteril, pero no fue
posible ante lo deslucido del toro, que por si fuera poco manseó antes de
entrar a matar.

Imponente de estampa era el quinto de la corrida, un toro
largón, muy grande, de un volumen amplísimo. Rafael Agudo fue el encargado de
darle en varas para que Diego Ramón Jiménez y Víctor Manuel Jiménez parearan
ante la lidia de Iván García. La primera tanda tuvo emoción, pero se revolvía
tras el embroque el animal y no permitía la colocación de Fandiño. Con la
izquierda se cruzó el vasco, llevando como pudo los pitones amplísimos del
astado, pero fue imposible. Porfió en el último compás muleteril, pero no fue
posible ante lo deslucido del toro, que por si fuera poco manseó antes de
entrar a matar y se tornó en complicadísimo. Además, le dio un volteretón a Victor
Manuel Martínez al intentar descabellar.

Bello se llamaba un sexto que también tenía una cara y un
cuerpo de gran volumen. Inteligente estuvo el torero salmantino para hacerle
frente al animal en el primer tercio, estando profesionales los hombres de plata
en banderillas. Debió cambiarle los terrenos en dos ocasionesen la faena a un
animal que no embestía de verdad, q ue se paraba entre muletazo y muletazo, que
estaba distraído en la primera serie y que parecía ir metido en la canasta pero
no era nada verdad, pues se quedaba cortísimo. No servía para triunfar. Pasó,
además, las de Caín para matar porque se tornó en peligroso el toro.

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Pamplona. Sexta de la Feria del Toro.
Corrida de toros.

Seis toros de Pedraza
de Yeltes.

Curro Díaz, silencio y silencio. 

Iván Fandiño, silencio y silencio. 

Juan del Álamo, silencio y pitos-