Una corrida con el hierro de Victoriano del Río se lidiaba este jueves, 19 de mayo, en la duodécima de la Feria de San Isidro en la Plaza de Toros de Las Ventas. A las 19:00 horas hacían el paseíllo José María Manzanares, Fernando Adrián -que confirmaba alternativa-, y Andrés Roca Rey.
Adrián tira en el primero de recursos explosivos pero encuentra el toreo de verdad en tres naturales
De 529 kilos era el primero de Victoriano del Río, toro de la confirmación de Fernando Adrián, con el que el joven madrileño no pudo lucirse a la verónica porque le apretó hacia los adentros el animal. Al relance fue la primera vara, de buena colocación, y también aplaudida la segunda de Alberto Sandoval. Le apretó a Antonio Molina en los dos pares. Tras la ceremonia de confirmación de alternativa, se lo pasó en los medios de rodillas por la espalda y, tras ese explosivo inicio, aprovechó el viaje del animal para exprimirle series por la diestra de calado arriba. Combinó el toreo ortodoxo con el explosivo, pero cuando de verdas llegó el toreo fueron en tres naturales -que fueron los único que pegó- que fueron canela en rama. Eso fue lo mejor de la obra. Una estocada baja evitó la posibilidad de que se pidiese el premio. Saludó una ovación en el tercio tras sonar un aviso.
Manzanares, silenciado tras lidiar a un manso segundo pero con condición humilladora
De bello trazo fueron las verónicas de José María Manzanares al segundo, dos de ellas de mucha hondura. Ya quiso mansear el animal en el caballo; poco le importó eso y el viento a Roca Rey para hacerle un hierático quite sin rectificar por chicuelinas y tafalleras. Siguió manseando en banderillas el animal en el momento de la devolución de trastos y, tras él, ejecutó un inicio de faena y una primera serie por la diestra con el viento como protagonista. Logró algún momento pulcro pero sin eco arriba. Tras pinchazo y estocada fue silenciado ante un toro que tuvo mansedumbre, sí, pero también condición humilladora.
Roca Rey expone su verdad ante el tercero hasta que echa la persiana
Manseó de salida el tercero en el capote de Roca Rey y luego en las dos varas, que las tuvo que tomar en el caballo de la puerta. Quitó por gaoneras en el centro del anillo el peruano con una apabullante quietud. Como un pilar se plantó entre las rayas para torear por la derecha y citar desde lejos a un animal que se venía con todo, y tragó Roca Rey las embestidas del de Victoriano. Pero fue sumiéndose la faena en tedio por la condición del toro, que no por la ambición de Andrés, que se cruzó e intentó proponer el toreo. Mató de estocada muy baja. Silencio.
Silencio para Manzanares con un cuarto falto de vida
De 599 kilos era el Soleares cuarto, segundo del lote de José María Manzanares, con el que el alicantino no pudo lucirse de capa. Animal al que quitó con susto incluido Fernando Adrián con el capote a la espalda y que ya evidenció de nuevo la falta de fuerza el toro en banderillas. No pudo en la faena de muleta con su vida en banderillas y acortó obra Manzanares, matando de estocada. Silencio.
Silencio para Fernando Adrián con un quinto de medio viaje
Suelto en los primeros tercios salió el quinto, un toro con el que los toreros de plata tuvieron trabajo para sujetarlo. Y en la faena el animal le cortaba el viaje a mitad del muletazo, por lo que no se lució Adrián, que tampoco templó el viaje. Se fue poniendo más violento el toro y se diluyó la obra. Mató de estocada. Silencio.
Una media estocada evita el premio para el toreo a ralentí de Roca Rey en el sexto
De 571 kilos era e Cóndor sexto, segundo del lote de Roca Rey, que dejó verónicas de buen trazo cantadas por el tendido. Medidas y buenas fueron las varas de Sergio Molina. Muy distraído el animal en el tercio de banderillas, en el que no lo tuvieron fácil los hombres de plata. Tras brindar al público, se echó de rodillas y llegó lo mejor de la tarde toreando de hinojos al animal incluso bajándole la mano. No fue fácil ir componiendo la obra por el viento y por la condición suelta del toro, pero hiló por la diestra dos series que se llevaron de su mano a Madrid y un cambio de mano enorme aguantando un parón del toro. Y crujió el toreo al natural también, llenando la escena. Despacioso el final de obra, pero una media estocada y el fallo con el verduguillo alejó el premio. Ovación tras dos avisos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Feria de San Isidro, duodécima de abono. Lleno de ‘no hay localidades’.
Toros de Victoriano del Río. Serios de encornadura pero desiguales en su tipo. De pronto viaje y emotiva embestida un ovacionado primero que le faltó un punto de humillación; manso pero con intención humilladora la del segundo; muy a menos la condición del mansurrón y apagado tercero; falto de vida, fuerza y recorrido el cuarto; de medio viaje un quinto que se puso violento; con calidad y humillado viaje el del sexto.
José María Manzanares (Azul y oro): Silencio en ambos
Fernando Adrián (Grana y oro): Ovación con saludos tras aviso y silencio
Andrés Roca Rey (Azul y oro): Silencio y ovación con saludos tras dos avisos
INCIDENCIAS: Se guardó un minuto de silencio en memoria de Miguel Baez Espuny ‘Litri’ en el día de su fallecimiento.
GALERÍA: Luis Sánchez Olmedo