TEXTO: JUAN CASAS / VÍDEO: EMILIO TRIGO
La tercera
de la Feria Real tenía lugar en el Coso de las Palomas de Algeciras este viernes de San Juan, en el que hacían el paseíllo Enrique Ponce, Alejandro Talavante y David Galván. Lo hacían frente a un
encierro de Núñez de Tarifa, conocido hasta la pasada temporada como Benjumea.
El torero
afincado en Los Barrios cortó cuatro
orejas y un rabo. Ponce volvió a
sufrir la cicatería del palco. Talavante perdió los trofeos por su fallo con los aceros.
Tarde maciza
de David Galván en el coso de Las Palomas, que mostró por un lado su
entrega y firmeza, y por otro el temple y la cadencia que le caracteriza. Todo
un sello muy particular y un toreo muy encajado. La madurez que ha demostrado David Galván debe tener continuidad en
contratos y por ende subir puestos en el escalafón. El dicho popular expresa
que «nadie es profeta es su tierra”, pues bien Galván tira por los suelos tal expresión y sí que lo es, puesto que
lleva varios años arrasando en Algeciras. David
Galván recibió a portagayola al tercero de la tarde. El toro, de una
presentación digna de cualquier plaza del primer circuito, tenía un envite con
el caballo del que salió perdiendo las manos. David Galván brindó al respetable y volcó la primera fase del
trasteo toreando en redondo. El isleño cuajó dos series de bella factura que
fueron muy jaleadas por el público algecireño. El toro de Núñez de Tarifa acortó pronto su recorrido, lo que propició que el
torero pisara unos terrenos más comprometidos. David cuajó una actuación muy seria, y el público se lo recompensó.
Tras una gran estocada con la que el toro tardó unos pocos segundos en caer, le
fueron concedidas las dos orejas.
El toro que
hizo sexto tuvo un comportamiento similar al de sus hermanos en los primeros
tercios. El toro fue cuidado en el tercio de varas y fue cambiado de tercio con
un solo puyazo. David comenzó la
faena doblándose por bajo con el astado. Temple, ligazón y cadencia fueron las
características del trasteo del torero isleño, que logró una faena muy compacta
y de gran calado en el público. El toro tuvo una duración mayor que los
anteriores, y David consiguió
momentos brillantes toreando tanto en redondo como al natural. Después de una
gran estocada en el centro del ruedo, le fueron concedidas las dos orejas y el
rabo.
Enrique Ponce cuajó una tarde muy seria en la que mostró su
maestría con su habitual difícil facilidad para crear ante animales de escasa
transmisión. Recibió al primer toro Enrique
Ponce por verónicas, siendo más lúcidos los lances por el pitón izquierdo.
El toro se llevó una vez al caballo, del que salió perdiendo las manos por
falta de fuerza. Ponce comenzó la
faena a media altura sin someter al de Salvador
Domecq. La faena ganó en interés con las series al natural, en las que
consiguió ligar algunos muletazos limpios a media altura. Por el pitón derecho
el toro acusó la falta de recorrido y el valenciano tuvo que poner casi todo
para llegar al público. Estocada entera al primer intento y saludos desde el
tercio tras leve petición de oreja.
El cuarto se
mostró abanto de salida e hizo caso omiso al capote de Ponce. Tras serle recetado un puyazo, el torero de Chiva quitó al
toro por verónicas y pidió el cambio de tercio. Enrique brindó la faena al público de Las Palomas. El valenciano basó su faena por el pitón derecho del
toro, el cual mostró fijeza ante la muleta de Ponce. El trasteo, venido a menos por el recorrido del toro, hizo
que Enrique tirara de maestría para
dotar de interés a la faena. Tras una gran estocada, el torero valenciano dio
una clamorosa vuelta al ruedo y el público algecireño abroncó con notoriedad al
palco presidencial por no concederle la oreja.
Por su
parte, Alejandro Talavante dejó con
la miel en los labios al respetable debido al comportamiento del toro en primer
lugar, y al fallo con la espada tras un trasteo muy personal. Vibrante saludo
capotero de Alejandro Talavante al
segundo de la tarde, en el cual alternó verónicas lustrosas y chicuelinas
ceñidas. El toro fue medido en el caballo y presentó largo recorrido en el
tercio de banderillas. Alejandro brindó al público y comienzó la faena en el tercio por estatuarios. Tras un
envite en el que el toro le sorprendió por el pitón derecho, Talavante instrumentó una serie al
natural que llegó a los tendidos por su limpieza y ligazón en los pases. El
toro de Núñez de Tarifa se fue
viniendo a menos conforme avanzaba la faena, aunque Alejandro no cesó en su afán por hacer que el trasteo ganara en
interés. Muy voluntarioso el extremeño, que tras una estocada entera saludó una
ovación desde el tercio después de que se le hubiera pedido un trofeo.
El quinto
toro fue un ejemplar jabonero de preciosas hechuras. El animal se topó con el
peto y cumplió el mero trámite de la suerte de varas. En el último tercio, el
toro se comportó con nobleza aunque sus embestidas fueron algo irregulares. Talavante fue amoldando al toro
durante toda la faena, mostrando su toreo singular y cadencioso. A pesar de
ello, el trasteo no terminó de romper. Tras dos pinchazos y y tres descabellos,
el torero extremeño saludó una ovación desde el tercio.
FICHA DEL
FESTEJO
Plaza de toros de Algeciras. Tercera
de la Feria Real. Corrida de toros.
Seis toros
de Núñez de Tarifa (Benjumea). Noble y manejable corrida, muy bien presentada y
a la que le faltó fuelle en el último tercio. Destacó el encastado sexto que
fue premiado con la vuelta al ruedo.
Enrique Ponce, ovación y
vuelta al ruedo.
Alejandro Talavante, ovación
tras petición de oreja y ovación.
David Galván, dos orejas
y dos orejas y rabo.
FOTOS: LANCES DE FUTURO