José Antón ‘Josete‘ fue uno de esos taurinos irrepetibles, un hombre que siempre antepuso a los toreros que llevaba por delante de su propia persona, un taurino que pese a la dureza nunca se salió de su concepto de apoderado, renunciando a cerrar corridas por debajo de los mínimos, dándole a sus representados la categoría que merecían.
La noticia de su fallecimiento fue un golpe en la linea de flotación de un Ángel Téllez al que le unía una estrecha relación. Se iba a los 60 años por culpa de una complicación derivada del Coronavirus. Todo hizo que la carrera del toledano cambiara radicalmente. Apoyado en solitario por su tío y banderillero Fernando Téllez no le volvió la cara al toreo y siguió su preparación de cara a un futuro incierto pero que si se trabajaba podía ser bonito.
Esa recompensa llegó casi dos años más tarde, un 2022 en el que cuajó a un toro de clase de Arauz de Robles, dándole la oportunidad de entrar en un cartel de fuste justo a Urdiales y Talavante. Dos orejas pasearía de su lote de Victoriano del Río que le propiciaban salir en hombros camino de la calle Alcalá. Un triunfo que sin duda tenía un destinatario claro, ese no era otro que ‘Josete’ su eterno apoderado, ese que por desgracia no pudo ver su triunfo.
Ahora se le presenta una temporada ilusionante, esa que en silencio preparó durante una pandemia que no le hizo despegar el pie del acelerador. Un torero a penas sin contratos se machacaba para poder estar listo cuando la oportunidad llegara, y llegó. Ahora no cabe otra que seguir siendo fiel a esa filosofía que le hizo no salirse de un camino marcado en el que el respeto por uno mismo fue siempre su bandera.
Se rumorea con un nuevo equipo de apoderamiento, con gente que le ayude a torear en aquellos sitios donde hace un mes ni se imaginaba estar. Ahora toca tener la cabeza fría y no echarse a las manos del primer apoderado que le prometa el oro y el moro, hay que ser consciente que lo tiene en la mano y una mala decisión podría pararle en seco. Ejemplos en el toreo hay varios. La decisión debe tomarla más con la cabeza que con el corazón, en la plaza le fue bien, por que no repetirla en los despachos.