MADRID

Juan Bautista se rompe y corta una oreja a un gran "montealto"


domingo 8 mayo, 2016

Hubo momentos intensos en el arranque de un festejo que se retrasó media hora por la lluvia; pinchó otra oreja Morenito al segundo y gris tarde tuvo José Manuel Mas

Hubo momentos intensos en el arranque de un festejo que se retrasó media hora por la lluvia; pinchó otra oreja Morenito al segundo y gris tarde tuvo José Manuel Mas

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Volvía
Montealto a lidiar este domingo de Feria en la capital después de lo sucedido
el 2 de mayo de 2015 en la corrida goyesca, en la que Morenito de Aranda y
López Simón se ganaron la puerta grande. Lo hacía, en esta ocasión, con un
cartel compuesto por Juan Bautista, el propio Morenito, y la vuelta del joven
José Manuel Mas a la plaza de Las Ventas. Con media hora de retraso para acondicionar el ruedo y media plaza en los tendidos rompió el paseíllo en la tercera de abono.

Tuvo cadencia y compás el saludo a la verónica
de Juan Bautista al primero, redondo como una pelota y con la fuerza justa para
deslucirle el remate hinchando los pitones en la arena. Quiso empujar lo que
pudo el de Montealto en el penco, y lo midieron antes de que dejase dos
verónicas Morenito de mucho gusto y una media de cante grande. Sobre la mano
izquierda inició faena el galo, aprovechando en la línea recta la humillada y
sobre todo entregada condición de un animal que sacó fondo y clase en la
muleta. Un espectáculo el animal, que repitió con fijeza en el toreo de mano
diestra, vertical y más comprometido a medida que avanzaba la faena y declaraba
su franqueza el animal. Pero se le quedaba debiendo la exigencia a Bautista en
la faena, y la tanda al natural y a pies juntos del epílogo no fue suficiente
para reventar a un toro que ya se había ganado el respeto del tendido. Se volcó
en el morrillo para dejar una estocada hasta las cintas y cortarle una oreja.

A la
puerta de chiqueros se fue el Moreno a recibir con larga cambiada de rodillas
al basto y altón segundo, que repitió en el centro del ruedo con cierta calidad
para que le deletrease las verónicas en burgalés, muy asentado con el capote y
con mucho gusto. No tenía el castaño la clase del anterior en la muleta, pero
si buen son en la arrancada y fijeza para repetir en el toreo diestro que
ofreció con facilidad Jesús, con los de pecho muy largos. Pero no era para
confianzas, porque en una lo cogió por la corva y lo volteó dramáticamente,
aunque sin consecuencias aparentes. Se enrazó el Moreno después del palizón
para dejarle dos series asentadas de diestra impositora y varios trincherazos
de sumo gusto antes de dejar la estocada atravesada que necesitó de otra y dejó
el premio en ovación.

Un taburete era el tercero, rematado y bien hecho, más templado que repetidor y hasta dormido a la hora de tomar la tela que manejó Mas con suavidad. A la puerta se fue a empujar en la primera vara y a cantar feble la condición tras la segunda, a pesar de su buena condición. Y le metió la cara con clase y largura a Mas el animal en la muleta, pero se le notaron pronto al madrileño los defectos de colocación que da torear tan poco. Porque no perdonó las indecisiones el burraquito dejando de repetir cuando no quedaba colocado el torero. Deslizó naturales de mucha largura, pero faltó la ligazón y, por tanto, la comunión con este tendido. Buena fue la estocada, pero no suficiente para pasar del silencio. 

622
kilos tenía de romana el cuarto de la tarde, un toro que entró con fuerza al
caballo que montaba Paco María y que se llevó una gran vara del torero a
caballo, ovacionado finalmente por el público cuando se recogía al patio de
caballos. Un tío era el de Montealto, que aunque era bajo imponía en el inicio
muleteril de Juan Bautista. Por debajo iba el toro en la muleta del francés,
empujando también el torero muleta en mano. Lo desarmó en el segundo encuentro,
costándole más al toro ir hasta el final. De uno en uno lo llevó al natural,
buscándole Juan las vueltas para dejar finalmente la espada en un sitio feo.

Con un
pantalón vaquero como taleguilla salió Morenito de Aranda a recibir al quinto
de Montealto, un toro altón, feo de hechuras pero con muchísima cara por
arriba. Le meció con gusto la mano a la verónica para rematar con una media
después de que lo intentara desarmar el animal de Agustín Montes. Derribó en un
momento angustioso al picador Héctor Piña, que rápidamente se montó de nuevo en
el caballo para terminar el tercio. En el centro del anillo lo intentó Morenito
en el centro del anillo para ligar al de Montealto con una gran disposición. No
rompió la faena finalmente y de una estocada y un golpe de verduguillo acabó
Morenito su labor. Ovación.

«Farruco
I” se llamaba el último toro de la tarde, que parecía meter la cara en el caballo
pero que luego se mostró incierto en el tercio de banderillas. Al público
brindó su labor José Manuel Mas para sacarlo hacia fuera en el inicio
muleteril, pero sin ir más allá. Las dos primeras tandas por el derecho no le
valieron para conectar con el público, principalmente por los pasitos entre
muletazo y muletazo, viniéndose a menos el trasteo. Finalmente escuchó los tres
avisos y el toro fue devuelto al corral.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Las Ventas. Tercera de la Feria de San Isidro. Corrida de toros.

Seis
toros de Montealto, b
ravo, humillador y de gran fondo el buen primero, repetidor y con transmisión el alto y basto segundo, de buena condición y fuerza justa el bajo burraco tercero, sin fuerza ni recorrido el zambombo cuarto, a menos el soso y pesado quinto, a menos el sexto. 

Juan Bautista, oreja y silencio. 

Jesús Martínez «Morenito de Aranda”, ovación y ovación. 

José Manuel Mas, silencio y silencio tras tres avisos. 

INCIDENCIAS: Con media hora de retraso para acondicionar el ruedo y media plaza en los tendidos rompió el paseíllo en la tercera de abono.