EMILIO TRIGO
Un día antes de la reaparición de José Tomás en la Feria del Caballo de Jerez de la Frontera, hacían el paseo mayor en
la ciudad gaditana Morante de la Puebla,Alejandro Talavante y Alberto López Simón frente a un
encierro de Zalduendo. Arrancó el paseíllo con un lleno
tremendo de «No hay billetes» en tarde muy desapacible, frío, viento y
constante amenaza de lluvia que se hizo presente desde la mitad del festejo hasta el final. A pesar de eso, nada impidió el ambientazo de esta jornada de
toros en el Coso de la calle Circo.
Una tarde que fue claramente para el
madrileño López Simón, que debutó en Jerez por todo lo alto. Indultó al
tercero de la tarde, un buen toro en la muleta de Zalduendo y cortó una
meritoria oreja al manejable sexto. Alejandro
Talavante que firmó un faenón al segundo también salió por la Puerta Grande
tras cortarle dos rotundas orejas. Por su parte el sevillano, Morante de la Puebla, con el peor lote,
sólo pudo dejar detalles de su genuina personalidad.
La faena al tercero de López Simón fue una obra inolvidable
para los presentes y para el mismo diestro. Sensacional quehacer del madrileño merecedora
de infinitos honores, ahora bien, la pregunta sería, sí el toro era digno de
tal indulto. En la muleta no se le puede poner ningún pero al Zalduendo, sin
embargo, anteriormente la suerte de varas no existió literalmente. Lo dicho,
puro trámite reglamentario. Cierto es, que en estos momentos debemos todos
remar en la misma dirección para hacer más fuerte nuestra debilitada Fiesta.
Pero también es cierto, que no todo vale para hacerla más presencial. El
indulto de un toro así no debería haberse producido nunca, puesto que no se
picó como marcan las normas y la propia bravura. No se duda de su calidad en el
último tercio, pero para estos casos, el premio de la vuelta al ruedo hubiera
sido suficiente, aunque después de lo visto a López Simón nadie se olvidó de las protestas iniciales al astado.
El tercero estaba en el aire del
abreplaza, feo con ganas. Este estaba en el límite de las fuerzas por lo que
más que estirarse Simón lo cuido con
sumo mimo. La suerte de varas fue un espejismo, un verdadero trámite o más bien
simulación de la misma. Nada había pasado hasta entonces salvo la mimosa lidia
en los tercios iniciales. Conocedor de las cualidades de su oponente Simón lo cuidó al máximo y el toro, a
la postre, sacó un enorme fondo. Brindó a Miguel
Ángel Gil (Directivo del Atlético de Madrid) el tercero de la tarde. El
astado siempre marcó una calidad y una duración exquisita, esa duración venía
porque en ningún momento se picó. Sangró más en banderillas que con la puya.
Otras de sus cualidades fueron la fijeza y la nobleza. López Simón se explayó de una forma tan brutal que por momentos se
olvidaba del propio cuerpo. No estuvo tan presente la técnica, sino que dejó
paso a la inspiración, a lo que sueña un torero y que es capaz de plasmarlo con
su muleta. Toreó a placer tanto con la derecha como con la izquierda, los
naturales tenían una hondura que parecían que nunca acababan. La ligazón era la
protagonista de la faena, pero ésta no era encorsetada sino rotunda y
totalmente cuajada. Las series se iban superando para acabar de rodillas en los
medios. La petición de indulto fue unánime por parte del tendido y el
presidente se dejó llevar.
El madrileño Simón recibió al sexto abriendo los brazos en el capote. Amplia
verónica con lentitud en el compás para ganar terreno en cada lance. La faena
de López fue una apuesta firme más
para él mismo que para el público. El cierraplaza soltaba la carita en cada
embroque, tiraba una cornadita a la muleta sin llegar a conseguirlo y esa fue una
de las claves de su capaz labor. De conseguir toparla el astado, no le hubiera
dado ni uno, con un Alberto que
brilló técnicamente ante el último. Otra de los pilares, fueron sus largas
tandas metiéndose a su oponente de fuera a dentro. Todo lo hizo ceñido, sin
escupir el muletazo de la cadera para ligar irremediablemente. Otra faena muy
personal que caló hondo en los presentes. Todo ante un manejable de Zalduendo que sacó fondo. Estocada y
oreja.
Mejor hecho el segundo de la tarde.
Toro apretado y engatillado de cuerna que metió bien la cara en el capote de Talavante. Saludo variado, conjuntado y
expresivo del extremeño que no llegó a calar como debiera en el respetable. Alejandro conformó un quite con el
capote a la espalda a pesar del fuerte viento. ‘Eolo’ lo fastidió. Empujó mucho
el toro en el caballo hasta conseguir derribarlo. Visto lo visto, pelea
mentirosa. Buen tercio de banderillas por parte de la cuadrilla pero sin llegar
a saludar. Frío tiempo, frío en la gente. Talavantecomenzó en los medios a pies juntos, inventado muletazos por ambos pitones.
Chispa, magia e inspiración en las muñecas imprevisibles de Alejandro. Tuvo arrancadas muy buenas
el Zalduendo queriendo coger los
vuelos por abajo, repitiendo con calidad. El extremeño le aprovechó cada una de
sus embestidas para crear una bella obra llena de duende y temple. Todo iba a
pedir de boca, hasta que el toro cantó a rajarse después de tanta exigencia y
obligación. Tiró para el tercio donde se sintió más a gusto el astado, aunque
para a gusto Talavante delante de
él. Faena plena a diestras y siniestras con un toque de improvisación y mucha
estética. Espadazo y dos orejas rotundas.
El quinto salió con pocas fuerzas. Toro
muy en el límite de la barrera que levantó algunas protestas. Astado que se
cuidó entre algodones en todos los tercios pero que prácticamente no se
mantenía en pie. Talavante lo
intentó mantener sin dar el más mínimo tirón pero su intención quedó sólo en
eso. El quinto claudicaba a la más mínima embestida. Inaudito, nada que hacer
el extremeño ante el segundo de su lote. Silencio.
Abrió
plaza un Zalduendo muy feo de
hechuras. Toro alto, despegado del suelo, astifino pero con cuello. El
sevillano Morante de la Pueblainstrumentó varias verónicas personales, expresivas pero sin explotar del todo
aunque fueron muy jaleadas por el respetable. Tras una vara para cumplir, el
quite por chicuelinas y media verónica, sí fueron de traca gorda. Enorme Morante con el capote en el centro del
ruedo. No importó al de La Puebla el
fuerte viento. Inició José Antoniosu labor después del oportuno permiso al usía. Se presagiaba poca faena por la
falta de poder y raza de su oponente, que por desgracia así fue. Hubo
persistencia por parte del sevillano. Oficio veterano con alguna gotita -como
diría Paula– ‘Made in Morante’. Cositas sueltas, ganas y un natural que todavía
no ha terminado. Lo demás, voluntad sin material para liarla. Pinchazo,
estocada y dos descabellos.
Morante salió arrebatado
queriendo expresar con el capote pero todo resultó similar al abreplaza. A este
cuarto, sí le dieron en varas un buen trancazo. Morante enjaretó un inicio de faena con vibración puesto que el Zalduendo sacó transmisión. Chorreó un
toreo alejado de cualquier afectación técnica, barroquismo sevillano colmado de
imperfecciones bellísimas. Una verdadera exquisitez que duró muy poco, justo lo
que el brío del cuarto. Un casi nada. Después, fue similar al anterior de su
lote, con una búsqueda constante por colmar las esperanzas de todos. Detalles y
retales de mitad de faena hacia delante con un toro muy a menos. Pinchazo y
estocada. Silencio. Mal lote para el cigarrero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de
Jerez de la Frontera – Cádiz. Segunda de la Feria del Caballo. Corrida de
toros.
«Lleno de no hay
billetes”
Seis toros deZalduendo.Correctos de presentación e
interesantes de juego. Indultado el tercero Nº 169, ‘Tonteras’, del 12/ 2011,
negro mulato listón, 490 Kg.
José Antonio
«Morante de la Puebla”, leves palmas y
silencio.
Alejandro Talavante, Dos orejas y silencio.
Alberto López Simón, dos orejas y rabo (indulto) y oreja.
GALERÍA DE IMÁGENES: PRIME TIME / JAVIER ARROYO