JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Rafael
Cerro se encierra este sábado, 7 de mayo, en la plaza de toros de Navalmoral de
la Mata, Cáceres. Lo hará con tres toros de Alcurrucén, uno de Victorino
Martín, uno de Fernando Peña y otro de El Ventorrillo. No está anunciado en San
Isidro y, tras toparse con una descastada corrida en la pasada Feria
capitalina, ahora afronta junto a su apoderado una temporada de remonte.
El
sábado te encierras con seis toros en Navalmoral de la Mata, ¿cómo te
encuentras física psicológicamente para esta encerrona, cómo te preparas y como
llegas a ella?
Creo que desde el primer momento en que mi apoderado
me ofreció seis toros para mí fue un reto. Verte así, anunciado en tu tierra
con el prestigio que tiene cada ganadería es increíble. Llevamos un gran
entrenamiento. Tenemos que entrenar mucha variedad de quites, comienzo de
muleta, final, y andar limpio con la espada. Me encuentro en el mejor momento
de mi carrera, es una tarde importante para mí y tengo que aprovechar el
momento que estoy para demostrar lo que quiero hacer, para coger ese tren.
¿Cómo
te estás preparando mentalmente para hacerle frente a tres encastes distintos?
La verdad es que, vuelvo a repetir, que desde
el primer momento que decidimos echar para adelante esa corrida empezó en la
finca de mi apoderado la preparación. La preparación física te ayuda mucho a
estar seguro. Creo que hemos contado con esos hierros porque están en un gran
momento cumbre como ganaderos y tenían que estar. Victorino es un encaste que
puede salir muy bueno. Ojalá se pareciera a sus hermanos de Sevilla, otro del
Ventorrillo, otro de Fernando Peña y tres de Alcurrucén. Creo que será una
tarde bonita y para recordar.
No
estás anunciado en Madrid después de una infumable corrida en la pasada Feria
de San Isidro, ¿esperas que Taurodelta cuente contigo después de Feria?
Lo hemos hecho también de cara a las próximas
Ferias para pegar un golpazo fuerte antes de las Ferias. Madrid es una plaza
clave, es la que me ha dado todo. Este año no estamos por circunstancias. La
plaza está ahí, y tarde o temprano también llegará. Respecto a la corrida del
año pasado, era imposible. Todo el mundo lo sabía. Era súper difícil que un
toro embistiera, pero son circunstancias de la vida de un torero, que te
encuentras entre la espada y la pared y no te queda otra que tirar hacia
adelante. No tenía ninguna corrida contratada. Eso es pasado y lo pasado ya no
vuelve. Ahora tengo en mente lo de este sábado y estoy convencido d que
ocurrirá algo gordo para entrar en el sitio que merezco.