Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Tomás Rufo trenzaban, en la tarde de este jueves 16 de junio -Día del Corpus- el paseíllo en la plaza de toros de Toledo con un encierro de Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez lidiándose. A las siete y media -media hora después de lo previsto debido a la ola de calor- arrancaba el paseíllo en el coso imperial.
Bajo, bien hecho y cómodo de cara, cornidelantero, y cinqueño, fue el primer toro de la tarde, al que su descarada invalidez, hizo que fuera devuelto a los corrales. Corrió turno Morante de la Puebla e hizo de primero bis el que iba para cuarto, también de García Jiménez, animal este de bonita hechura y colorado de capa, con el que el maestro de la Puebla arrancó los primeros olés y ovaciones de la tarde, con un ramillete de verónicas con compás y ritmo. Tras un puyazo en el que no apretaron ni picador ni toro, Morante lo lanceó en su quite, rematando con una primorosa media verónica. El comienzo de faena, en favor del toro, ayudándole y alargando el muletazo, mostró la buenas condiciones del animal, condiciones que rápidamente vió el torero que le instrumentó una templada tanda de derechazos. Al natural el toro se desordenaba en su embestida, más sí le tocabas que si se la echabas al hocico, y la tanda primera por ese lado fue irregular, en la que destacó un natural muy templado. Volvió Morante al derecho pero el toro no siguió el comportamiento y se descompuso. Se fue Morante de la Puebla a por la espada y despachó al toro de un pinchazo hondo. Pitos para el toro y silencio para Morante de la Puebla
Faena a más de Talavante, premiada con una oreja, al noble segundo
Con verónicas a pies juntos recibió Alejandro Talavante al segundo de la tarde, un toro más cuajado que los anteriores pero de cornamenta gacha. Tras el picotazo en varas, Talavante quitó por chicuelinas, sin demasiado ajuste. Brindó Talavante al respetable y empezó su faena por estatutarios, en el que estuvo a punto de llevárselo por delante el cuatreño de García Jiménez. Se puso con la izquierda en el tercio pero entre el viento, que molestaba, y la perdida de manos del toro, no encontró acople. En la segunda tanda por ese lado, el toro empezó a quedarse corto. La primera tanda de derechazos fue más templada y lucida, habiendo muletazos con temple y ajuste. Se fue gustando Alejandro por ese lado y la segunda tanda hizo que la faena fuera a más. Volvió a la zurda Talavante con el toro más apagado, pero se metió en los terrenos del cornúpeta aguantando parones y ligando dos naturales de mérito. Cerró su faena por manoletinas Talavante y enterró el acero en todo lo alto en un soberbio volapié, que tiró al toro sin puntilla. Tras la petición unánime le fue concedida la primera oreja de la tarde.
Oreja para Tomás Rufo en el tercero, a un toro noble pero a menos
Más descaradito de cara fue el tercero, un colorado al que, sin probaturas, recibió Tomás Rufo a la verónica. Galleó por chicuelinas para llevarlo a la jurisdicción del picador, pero tras abrirle un feo ojal en una paletilla y un puyazo en la otra, el toro comenzó a blandear, siendo palpable en el quite a la verónica de Rufo. Esta vez Fernando Sánchez pateó dos veces, por una de José Antonio Carretero, siendo obligado a saludar ambos toreros de plata. Con la plaza en el bolsillo brindó el de Pepino al público, comenzando su faena toreando ya en redondo. Blando pero noble el toro de «Matilla» fue templado con la derecha de Rufo que, además de conseguir que no se cayera, le endosó una buena tanda. Al natural trenzó una tanda con la figura encajada, templándole mucho, pero el toro no pasó del tercer natural, parándose y derrotando. El temple fue lo más destacado de la faena de Tomás Rufo, en la que el toro comenzó a rebrincarse primero, y quedarse más corto después, acusando su falta de casta. Rufo tiro de valor, metiéndose entre los pitones y extrayendo los últimos retazos de embestida del cornúpeta. Cerró la faena con luquesinas invertidas con el toro ya muy venido a menos. Mató de estocada corta en lo alto, que despenó de inmediato al toro y cobrando el segundo trofeo de la tarde. Silencio para el toro en el arrastre.
Morante destapa el tarro de las esencias pero se deja los trofeos en la espada
El sobrero de Alcurrucén que hizo cuarto fue un toro muy en Núñez, más en la línea Rincón, chorreado y engatillado, con el que Morante se salió a los medios con el avantito animal, toreando a la verónica y rematando con una gran media. Tras el puyazo del picador que hacía la puerta, quitó Morante alternando verónicas y chicuelinas en las que destapó la esencia de su toreo de capa, y regalándonos una genialidad de remate con la media belmontina. Brindis de Morante al público y que comenzó la faena con ayudados por bajo y naturales torerísimos y un soberbio pase de pecho. Al natural siguió el sevillano logrando otra buena serie. Tenía nobleza el de Alcurrucén por el pitón derecho y Morante le toreo con pellizco y pinturería, pero el pitón del toro era el izquierdo, y por ahí Morante lo toreo con sumo gusto y temple, figura encajada y llevándose al toro detrás de la cadera. Ya con el estoque de verdad, le toreo por alto y por bajo, con la zurda y con la diestra, para cuadrar al toro con torería y pellizco. Pero pinchó dos veces, esfumándose así el más que probable doble trofeo. Finalmente dejó una estocada caída de rápido efecto. Lástima que no fuera a la primera. Palmas para el bien toro de Alcurrucén y fortísima ovación para el torero de la Puebla. Ovación con saludos.
Talavante no se confía con el desclasado y venido a menos quinto
No se dejó torear de salida el quinto, un toro distraído y blando, que fue protestado levemente. Se dejó pegar sin más en un único puyazo, que cayó trasero y algo contrario, para después embestir dulcemente en una media verónica primorosa de Talavante. El de García Jiménez tenía más voluntad que fuerza y alternaba buenas embestidas con otras más rebrincadas, pero por el lado izquierdo además, se quedó un par de veces en la cadera. El toro tuvo muy poco fuelle además de descastamiento, y Talavante se fue a por el acero sin lograr nada lucido. Con la espada no se confió Talavante que pinchó reiteradamente. A la primera con el descabello acabó con la vida del descastado toro, que fue pitado en el arrastre, mientras que Talavante escuchó silencio.
Tomás Rufo pincha una gran faena al sexto, quedando todo en vuelta al ruedo
Más hecho y con algo más de trapío fue el sexto, un castaño chorreado que echó las manos por delante en los lances a la verónica de Tomás Rufo. Tras un gran quite de Rufo, por chicuelinas y tafalleras, pasándose al toro muy cerca, se volvió a encumbrar Fernando Sánchez, que está vez solo banderilleó en su turno. Brindó Rufo a Eugenio De Mora y comenzó su faena muy templado y con gusto con la diestra. Ya en los medios le enjaretó una buena tanda de derechazos, con temple y gusto. Sensacional fue la siguiente tanda, rematada con un eterno derechazo, que puso a mucho público en pié. No bajo el tono de la faena al natural , con excelentes naturales a un toro que sacó calidad y transmisión. Le dió tiempo Rufo al toro y el animal se la agradeció regalando buenas embestidas aprovechadas por el torero en una nueva tanda de mucha enjundia y torería. Cerró Rufo su faena con naturales y un largo pase de pecho, llevando la mano izquierda hasta la hombrera contraria. Agarró hueso Tomás dos veces antes de cobrar una estocada desprendida y algo trasera. La petición no fue suficiente para conceder el trofeo y Tomás Rufo dió una clamorosa vuelta al ruedo, después de que el bien toro de «Matilla» fuera ovacionado en el arrastre.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Toledo. Primera de la Feria del Corpus. Corrida de toros.
Toros de Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez.
Morante de la Puebla (espuma de mar y azabache): silencio y ovación.
Alejandro Talavante (negro y oro): oreja y silencio.
Tomás Rufo (sangre de toro y oro): oreja y vuelta al ruedo.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS