José Fernando Molina, que se presentaba en el coso venteño, Antonio Grande y Arturo Gilio, hacían en Las Ventas el paseíllo este 17 de junio en un festejo que llevaba el hierro de Los Chospes.
Labor firme de Antonio Grande ante un primer novillo de escaso juego de Los Chospes, un animal que nunca se entregó y al que le recetó una faena en la que intentó pulir el cabeceo y la falta de clase del utrero. Destacaron sus primeras dos series a derechas, sin embargo por el izquierdo el novillero no exprimió al de Los Chospes. .
El segundo de la tarde fue un animal más liviano de presentación al que le cortó una oreja José Francisco Molina. Humilló por ambos pitones el animal. Obedeció siempre el astado a un Molina que acertó a empapar de muleta al astado. Muy templado a derechas, por el izquierdo le costó algo más, hasta que en la segunda tanda consiguió bajarle la mano subiendo el nivel del trasteo. Cerró su labor por bernardinas muy ajustadas y cortó una oreja.
Recibió con verónicas templadas al novillo de su vuelta a Madrid, un animal andarín y que nunca quiso humillar. Un novillo al que picó muy bien Antonio García. El novillo acusó su mansedumbre en una faena de muleta en el que el mexicano porfió sin suerte. Gilio pese a la condición del animal logró templarlo en algunos pases pero aquello no rompió. Por el izquierdo no tuvo ni uno.
El cuarto fue bien al caballo pese a que la colocación fue un poco trasera. Perdió continuamente las manos el animal lo que no ayudó a que tomara vuelo. Pesea ello Antonio Grande no consiguió tomarle el pulso a un animal que pidió pulso y templanza. Tras pasaportar al animal fue silenciado.
Le cortó la oreja que le abría la puerta grande a un remiendo de Torrealba que hizo quinto, un animal al que le cuajó series importantes por ambos pitones. Muy decidido estuvo el novillero que consiguió templar muletazos a un animal de irregular embestida. Expuso el de albacete en una faena en la que consiguió robarle naturales estimables al novillo salmantino. El espadazo con el que cerró la faena fue una gran firma para su obra, el sueño de la salida en hombros estaba cumplido
No tuvo suerte Gilio con el segundo de su lote, un novillo que pese a tener nobleza no tuvo finales para que la faena tomara vuelo. No le volvió la cara al animal y le consiguió robar muletazos que valoró el aficionado. Tras una estocada en buen sitio de efecto fulminante fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Novillada con picadores. Un cuarto de entrada.
Novillos de Los Chospes.
Antonio Grande: Ovación y silencio
José Fernando Molina: Oreja y oreja
Arturo Gilio: Silencio y silencio
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO