IGNACIO RUBIO / FOTOGALERÍA: IVÁN RODRÍGUEZ
Una corrida de toros con el hierro de Virgen
María acogía este domingo de romería la localidad manchega de Tomelloso. Casi
5.000 personas acudieron a su plaza de toros por la causa benéfica que reunía
el festejo, en el que hicieron el paseíllo el rejoneador Juan Manuel Munera,
Curro Díaz, Morenito de Aranda y Francisco José Espada.
Fue una faena completa y sin errores a lomos
de Misterio en el rejón de castigo y toreando a dos pistas sujetando bien al
animal. Con Panamá y Poveda lo bordó en banderillas siempre clavando al estribo
y de frente, tres pares de mérito y con Deseo un final en las cortas y la
rueda. Final para clavar el rejón a la primera, excelentes pasajes de toreo a
caballo de Munera que progresa a pasos agigantados.
Oreja para Curro Díaz del segundo, tras una
faena llena de pellizco y pasajes de cartel sobre todo en redondo y un cambio
de mano espectacular. Trincheras dejó el linarense ante un animal a menos,
sobre todo al sentirse superado por el torero jiennense, que sigue con la buena
racha. Su final en chiqueros fue clave antes de cobrar una estocada casi entera
efectiva por baja en su colocación. Oreja.
Fue grande la faena de Morenito al tercero,
que pinchó antes de cobrar una estocada entera. Fue una faena llena de duende y
dominio sin dejar marchar al de Virgen María, que hizo espantada de rajarse.
Clave fue el comienzo de trasteo ganando terreno, muy lento en el trazo y con
ligazón. Rayó su toreo en redondo a gran altura, con momentos largos y bien
rematados. Se gustó el de Aranda en un final muy torero, con merecido premio
ante un toreo de muchos quilates.
Francisco José Espada perdió en el tercero el
trofeo con el verduguillo necesitando hasta trece golpes tras ser avisado. Fue
su faena sobria y mucho mejor en el tramo final más acompasado. El comienzo,
con la embestida incierta, dificultó al madrileño, que dejó tandas limpias y de
mucha exposición ante un buen toro de presencia y embestidas inciertas. La estocada
tendida y el fallo del puntillero dieron paso al recital de fallos, siendo silenciado
el torero entre el aguacero.
Curro desgranó en el quinto una obra corta
bajo la lluvia en faena limpia y con ligazón. Tuvo el trasteo pausas justas en
dos series a diestras tremendas de exposición bajo la lluvia y otras dos al
natural. Espada en mano, dejó una media y descabello para pasear finalmente dos
orejas.
Lluvia de naturales llenos de verdad de temple
dejó Morenito ante un buen toro quinto de Virgen María. Lo bordó el de Aranda
de Duero, que exprimió toda su torería que es mucha. Los naturales rebosaron
ante el tremendo aguacero, donde surgió el toreo del caro y el público
siguiendo tan bellos pasajes con emoción. Hubo calidad y cantidad y la espada
casi entera arriba fue suficiente para cortar dos orejas de peso.
Espada perdió en el cierraplaza el trofeo de
nuevo con los aceros. Se puso complicado para entregar la muerte el toro y el madrileño
no encontró los terrenos andando siempre a merced del toro. Su labor no pasó de
discreta en la Mancha primando la voluntad ante las dificultades, contando con
el añadido del mal estado del ruedo. Dejó al final varios pinchazos que dejaron
su premio en aplausos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Tomelloso, Ciudad Real.
Corrida de toros benéfica. Más de tres cuartos de entrada, casi cinco mil
personas.
Toros de Virgen
María.
El
rejoneador Juan Manuel Munera, dos orejas.
Curro
Díaz, oreja y dos orejas.
Jesús
Martínez «Morenito de Aranda”, oreja y
Francisco
José Espada, silencio y palmas.