LEGANÉS (MADRID)

El toreo y La Cubierta ganan la apuesta


sábado 16 abril, 2016

Se lidiaron toros de Buenavista para Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri”, David Mora y Cayetano, que salieron en hombros en una tarde en la que registró casi tres cuartos (más de 6000 personas)

Se lidiaron toros de Buenavista para Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri”, David Mora y Cayetano, que salieron en hombros en una tarde en la que registró casi tres cuartos (más de 6000 personas)

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Llegaba a «La Cubierta” el primer festejo de
este 2016 con el objetivo de conseguir que ésta sea una de las plazas de
temporada más importantes del panorama nacional. Francisco Rivera Ordóñez
«Paquirri”, David Mora y Cayetano Rivera hacían el paseíllo entre el jolgorio
del tendido ante una corrida de Buenavista como materia prima.

El primero de Buenavista se abrió mucho en las verónicas que interpretó Paquirri con más solvencia que brillantez. Ya entonces acusó el animal su escasez de fuerza, que no de raza, porque se empleó en el caballo más de lo aconsejable. Pero no lo acusó en la muleta, donde fue noble, repetidor y obediente en su media humillación para que le diese Paquirri más suavidad que temple y más trazo que estrecheces. Faena de mucha facilidad rematada con estocada tras pinchazo y premiada con palmas.

Tuvo mucha suavidad y gusto el manojo de verónicas con que recibió David Mora al segundo después de las dos largas de rodillas en el tercio. Y se ganó al tendido con su buen manejo del percal en el quite por chicuelinas y tafalleras bien abrochado con una larga. Espectacular fue el inicio con la muleta, con estatuarios ganando el paso hasta morir en los medios con un cambio de mano larguísimo. Era el pitón derecho el del toro, y lo vio pronto Mora. Por allí lo empujó con templada intención para que viajase muy largo, le ganó el paso para que no se fuera y transmitió mucho con su quietud y ajuste. Muy redondo en la comunicación con el animal, incidió en el desmayo y en la verticalidad, pero supo alargar brazo para embarcar todo el viaje. Lo mató de una estocada efectiva tras las manoletinas de cierre y paseó las dos orejas.
Genuflexo inició Cayetano el saludo al tercero, más altiricón, que se desplazó con boyantía y repitió en las verónicas de encaje del madrileño. Empujó el bicho en el penco hasta desmontar al picador y se enceló en el peto, gastándose mucho. Aún así tuvo duración e importancia, porque no fue fácil para el torero y solo cuando lo tocó fuerte Cayetano en los cites le entregó la boyante línea recta en la que viajaba siempre. La aprovechó el torero al natural, ganando el paso, entendiendo la media altura y apostando a la emotividad del toro para cortarle las dos orejas a base de raza.
Con dos largas cambiadas en el tercio saludó Paquirri al tercero, que tuvo tralla para embestir en el capote y para emplearse en el caballo en un puyazo liviano. Tiró de oficio y de sapiencia Francisco con la muleta para meter al castaño y a su raza en el trapo. Sin apreturas, sin estrecheces, pero con el toque preciso para que no parase el animal. Tuvo conexión con el tendido y le aprovechó las virtudes al de Buenavista para pasear dos orejas tras la estocada. 
 
Muy a menos se fue el quinto mientras embestía en el capote que manejaba primorosamente David Mora a la verónica. Tanto que tuvo que pegarle el manchego chicuelinas al ralentí a un toro de salida que se paró completamente antes del remate. Tuvo genio en el caballo, donde embistió con más raza que bravura, pero se quedó templado para el gran quite a la verónica de David Mora. Muy pronto se metió con él para limarle la aspereza. Y lo consiguió en una serie desmayada y vertical de mucho empaque y el otra de largura en la diestra de la que sobresalieron dos muletazos extraordinarios que apretaron, sin embargo, al animal hasta que firmó el armisticio. Se rajó el de Buenavista y lo demás fue valerosa porfía sin material delante, pero suficiente para cortarle una oreja. 
 
Con delantales y vuelo corto saludó Cayetano al cierraplaza, más montado pero menos lleno, con el que brilló en un quite por tafalleras. Muy encima se quedaba el castaño en la muleta, pero supo Cayetano ponerle picante a una faena de más entrega que brillo que sí tuvo, sin embargo, la comunicación con el tendido y se premió con una oreja.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de «La Cubierta”, Leganés,
Madrid. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada, unas 6000 personas. 

Seis toros de Buenavista, de noble y obediente condición el primero, enrazado, noble y con transmisión el buen segundo, enrazado y emotivo el exigente tercero, noble y enrazado el repetidor cuarto, áspero pero obediente, tan a menos que se rajó el quinto, descompuesto pero obediente el castaño sexto. 

Francisco
Rivera «Paquirri”, palmas y dos orejas. 

David
Mora, dos orejas y oreja. 

Cayetano
Rivera, dos orejas y oreja.