JAVIER
FERNÁNDEZ-CABALLERO
Habla
como torea, y torea como es. Morenito honra a Belmonte cada amanecer que,
entrenando, sueña el toreo que si el milagro ganadero llega nos regala a todos
los aficionados. Como ocurrió hace un año. Esta tarde se enfrenta, en Sevilla,
a la corrida de Victorino Martín. La única tarde que le han ofrecido, el único
hierro que le han ofertado y lo que él y su apoderado han aceptado. Así es la
vida. Horas antes de ese paseo crucial, habla con CULTORO.
Afrontas este 2016, tras la corrida del
Domingo de Resurrección en la que no salieron las cosas, con Sevilla y el
encierro de Victorino como esperanza, ¿qué supone tu debut en La Maestranza?
Creo
que la tarde del Domingo de Resurrección las cosas no salieron como uno
pensaba, sobre todo en el triunfo. Para mí fue una tarde importante y de las
que se sacan conclusiones positivas pero cuando no se triunfa todo el sabor es
más amargo. Ya estoy con la mente puesta en Sevilla, es mi debut como matador
de toros, con un cartel muy bonito de cara al aficionado, pues es la corrida de
Victorino. Lo asumo con muchísima responsabilidad y mucho deseo de que salgan
las cosas.
Después de la Puerta Grande de Madrid hace un
año, después de ese orejón unos días después en el mismo escenario… el sistema
puede olvidarlo, pero no el aficionado, ¿te sientes todavía maltratado por las
empresas?
Ya
hemos hablado mucho de eso y ahora mismo, teniendo citas tan importantes como
Sevilla o San Isidro, no quiero pensarlo. Quiero pensar en mostrarme, en hacer
cosas importantes al toro y en que todo se esclarezca un poco más. Quiero estar
donde quiero estar y es el momento óptimo. Cuando uno triunfa tan fuerte en
Madrid siempre espera estar puesto en más sitios, pero ahora me importa sólo
hacerle cosas importantes a los toros y que el aficionado sienta motivación por
verme.
¿Crees que el concepto mental de hace un año
ha cambiado tanto que ahora en el ruedo te importa menos el mañana y piensas en
sentirte toreando?
Un poco
sí. Los triunfos lo que hacen es afianzarte en tu forma de pensar y de sentir
el toreo, pero si te digo la verdad aquí uno no termina nunca de sentirse
realizado o de aprender cosas. Esto es una inquietud constante y ahora lo que
me motiva es que tenga el equilibrio suficiente en todos los sentidos del toreo
para que el aficionado esté deseoso de verme y ese es el sueño que tengo cada
día y el que me hace despertar con ilusión.
Puede parecer un típico tópico, pero ¿qué es
lo más grande que has soñado este invierno?
Volver
a repetirlo, por supuesto. La verdad que Madrid para mí lo es todo. Creo que es
la plaza santo y seña del toreo. Pero tampoco me quería hacer muchas ilusiones
más allá, pero ahora que está cada vez más cerca Sevilla, me hace mucha ilusión
poder calar en el aficionado. Creo que por mi forma de interpretar el toreo, si
calo ya es un triunfo y me iré contento porque habré triunfado. Ya no hablo de
orejas, sino calar en la profundidad del aficionado de Sevilla, y ojalá y Dios
quiera que tenga la capacidad y la suerte de conseguirlo. A ver si me ayudan un
poco los toros para poder cuajar una tarde importante no sólo en Sevilla o
Madrid, sino en todos sitios, porque esto se trata de estar a la altura de los
toreros de máximo nivel, los que están en las Ferias y para eso uno tiene que
estar a un nivel delante del toro muy importante.
¿Cómo te imaginas Sevilla? Todos los toreros
habláis de que es un gloria pasear allí, tú lo hiciste además de novillero,
aunque no de matador, ¿cómo crees que será ese «Plaza de la Maestranza” del
Maestro Tejera?
Por
encima de todo es una grandísima responsabilidad, pero también un regalo de
Dios. Me siento orgulloso porque nadie me ha regalado nada de lo poco o mucho
que he conseguido en el toreo. Nadie me lo ha regalado por nada, aunque tampoco
en el toreo se regalan muchas cosas. Estar en Sevilla me ha costado mucho, y me
siento muy orgulloso porque era uno de mis sueños, y ahora lo que sueño es
estar muchos años seguidos en la Feria de Abril y compartir cartel con las
figuras del toreo.
Vamos a mirarlo por el lado bueno. Después de
todo lo ocurrido, sólo estás una tarde, con la corrida de Victorino, pero tienes
al lado a uno de los grandes exponentes de la historia que fue el único torero
que indultó un toro en Las Ventas y, además de Victorino Martín…
Es un
grande como torero y como persona. Lo que me aporta es mucha tranquilidad,
mucha confianza y la verdad que tener una persona de esa categoría aquí la
verdad que te da mucha estabilidad moral para afrontar las cosas como uno las siente.
Una pregunta que le puede interesar mucho a
los aficionados, ¿qué es lo más bonito que te ha dicho el maestro Ortega Cano?
Me
quedo con una cosa que me dijo cuando estaba en América, en Ambato y le
llegaron oídos de que había cuajado una tarde importante… me dijo que el gusto
que yo atesoraba ni yo mismo, en muchas ocasiones estaba convencido de ello, y
que tenía que sacarlo sin pensar en nada más, sino disfrutarlo y hacer que
fluyera con normalidad. Que te diga eso uno de los más grandes del toreo te diga
eso te hace sentir orgulloso. Ojalá no sólo él, sino todos los que tienen fe y
creen en mí durante mucho tiempo les siga dando mucha ilusión por poderme ver y
descubrir cosas en mi toreo, y cuando en un día lejano diga que me he quitado
del toreo que los que vengan detrás piensen lo que yo pienso del maestro.
FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ OLMEDO