CRÓNICA DE SEVILLA

El triunfo del interior


jueves 7 abril, 2016

Un mano a mano de rivalidad en quites, de faenas importantes y de falta de sintonía a veces, pero con un claro y contundente triunfador. López Simón cortó dos orejas –una más una- a base de ser fiel.

Un mano a mano de rivalidad en quites, de faenas importantes y de falta de sintonía a veces, pero con un claro y contundente triunfador. López Simón cortó dos orejas –una más una- a base de ser fiel.

EMILIO TRIGO

Llegaba al Coso del Baratillo la cita que había levantado pasiones entre los
aficionados. Los dos máximos triunfadores de la temporada anterior se
encontraban y se batían a duelo con la Real
Maestranza
como testigo. Un encierro de El Pilar y Moisés Fraile estaba reseñado para la ocasión. Sin embargo fue pobre la entrada para ver un acontecimiento
de máxima altura, con tan sólo un «casi tres cuartos” y siendo generoso. Un
duelo que en otras plazas hubiera alcanzando el «Lleno absoluto” entre una
máxima figura del toreo como Castella y un joven matador que pretende ese estatus, Alberto
López Simón.

Al margen de esa apreciación ha sido un
mano a mano de rivalidad en quites, de faenas importantes y de falta de sintonía
a veces, pero con un claro y contundente triunfador. López Simón cortó dos orejas –una más una- a base de ser fiel a su
toreo. Rebuscó en su interior y ofreció lo que lleva dentro, que no es otra cosa, que el toreo puro. La verdad de un tío roto que pisando terrenos donde los
toros castigan también hace que esos mismos lugares te llenen de gloria. Una gloria
que ha sido el fruto de sacar de su alma todo lo que era capaz de ofrecer. Dijo
un cantaor flamenco que «Se canta mejor desde el interior de la amargura”. Tal
vez, esa afirmación ha hecho que López
Simón
rompa la barrera del sin sabor del primer toro justo en el quite del
tercero. Fue ahí, cuando Simón se desgarró
en su alma para sí mismo y empezó a fragmentar el éxito del interior. Nueva Puerta
Grande para un macizo López Simón, que
ha sabido meterse a Sevilla en el
bolsillo. 

Alberto cautivó a la
Maestranza con un toreo de ligazón en un palmo de terreno. Toreo pegajoso sin
quitar nunca la muleta de la cara del toro para engarzar series largas y muy
templadas. Un temple que alcanzó su cenit al coger la zurda, con la que
interpretó los naturales en el cuarto de verdadera hondura. Y una disposición
aplastante, como un rodillo ante el sexto. Un toro por los que pocos apostaban
pero al que hizo e inventó un Simón que cada vez apunta más a la vitola de figura del toreo. Para hacer lo que ha
hecho el madrileño en ese toro, hay que tener más que valor puesto que con eso
sólo no cuenta. López Simón tiene
unas armas taurinas tremendamente acusadas, su personalidad y mano izquierda.
Todo ese compendio ha sido lo que ha hecho tambalear el escalafón en todos los
apartados y sacudirlo de forma rotunda. Alberto
López Simón
no cesa, ni da por perdida ninguna tarde, a pesar de que la
corrida de toros de hoy le ha faltado muchas cosas. Raza y algo más poder,
aunque es cierto que han saltado toros de muchas calidad.

La primera oreja le cayó a López Simón en el cuarto. Un toro que
salió muy en el encaste raboso y que peleó de bravo en el caballo. Tuvo la
virtud de la movilidad y la transmisión en el inicio de la faena el animal. Simóndesarrolló dos faenas en una. La primera con la diestra y con las distancias abiertas.
En ese pasaje el toreó fluyó a base de ligazón y mando en series muy bien
enjaretadas. La segunda, sorpresiva por su interpretación al natural cuando la faena estaba muy avanzada. Sencillamente
cumbre. Cintura rota, trazo lago y hondura interminable. Así hasta casi el
final de labor con un toreo al ralentí. Se masticó el toreo. Y la espada, arriba en el hoyo.

Ya suelto de cualquier presión en las postrimerías
del festejo. Con el sexto, se descosió Simón en una faena de poderío ante un exigente toro de El Pilar, al que cuajó a base de bragueta y mucha verdad. Albertose olvidó del cuerpo y dio ventajas a su oponente. Volvió a pisar terrenos de «hule”
pero con testicular hombría. Presentó una gallardía tan inusual que terminó
convenciendo a su oponente. Se envolvió ante los pitones y otra vez la zurda de
oro funcionado al ralentí. Tras la estocada dando el pecho y contando los
tiempos, le arrancó la oreja ante un toro nada fácil.

No le acabó de coger el aire Simón al segundo de la tarde. Tuvo
nobleza el toro al que Alberto le
pegó pases buenos pero sin continuidad. Toro con teclas que no pedía estar
encima, sino perderle unos pasos en cada muletazo. Cierto que el del Pilarembestía empujando para dentro y se acostaba en la cadera complicando la salida
limpia del trazo. Silencio para el madrileño. Faena con buenos pasajes pero que
careció de mayor ligazón y eco en los tendidos. Antes con el capote el toro
apretó mucho y derribo al caballo en varas.

Por su parte Castella, ha estado dando todo desde el principio, pero Sevilla continúa siendo una espinita en
su persona. Torero que con lo que ha realizado hoy en la Maestranza hubiera cortado algún apéndice en otras plazas.
Demasiadas miras puestas en el francés y connotaciones de frialdad por parte de un
púbico, que no termina de claudicar con el pulcro y vertical toreo de galo. Sebastián toreó de dulce al enclasado
primero y se fajó con el violento quinto. Ante el tercero, dólcil pero muy soso
no hubo transmisión. El diestro francés no tuvo la suerte de cara y pagó el «síndrome”
del primer espada. Seguramente la faena al abreplaza en otro lugar hubiese sido
premiada con un apéndice. Un Castella muy responsable y entregado, pero sin forzar
la máquina ante un lote desangelado.

Suaves fueron las verónicas de recibo
de un templado Castella al primero
de la tarde. Faena templadísima de Sebastián
Castella
ante un enclasado animal pero justo de fuerzas. No en vano el
abreplaza fue protestado por el respetable y terminó pitado en el arrastre.
Reacción que no se llega a entender. Labor de Sebastián sin poder atacar al toro por la falta de poder, sin
embargo supo aguantarlo con mucho mérito hasta componer una bella sintonía.
Escucho la música, pero aquello no terminó de romper del todo. Parte del público
no se enteró de la belleza de los lentísimos naturales del francés. Se atascó
con el descabello y al final silencio.

El tercero duró muy poquito. Noble y
enclasado. Castella lo sometió en la
primera tanda y el toro lo acusó. Detalles del francés ante un toro que
adoleció de fuerza y casta, pero que tuvo la virtud de la clase. Tras la
estocada casi entera fue silenciado.

Firme y valentísimo anduvo Castella ante el incierto y violento quinto.
Un toro al que recibió con un bello y largo recibo de capa. A este ejemplar se
le pegó muy poco en el caballo. Faena en la que el torero francés estuvo muy
por encima de un animal desrazado que al sentirse podido sacó complicaciones,
muy bien resueltas por el toreo. A mitad de labor se quedó sin toro y se echó
en el centro del ruedo. Tuvo que abreviar.

FICHA
DEL FESTEJO

Plaza de
toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de la Feria de
Abril. Sexta de abono. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.

Seis
toros deEl Pilar y Moisés
Fraile.

Sebastián
Castella, silencio, silencio y silencio.

Alberto
López Simón, silencio, oreja y oreja tras aviso.

 

GALERÍA
ARJONA – EMPRESA PAGÉS