EMILIO TRIGO
Un cartel joven y complemente sevillano. Una terna de diestros nuevos
que han sabido aprovechar la alta toreabilidad de los pupilos de Torrestrella. Los matadores han
ofrecido una lección de cómo afrontar el compromiso y una amplia disertación en
madurez y calidad en su toreo. Faenas justas y medidas pero repletas de temple
y gusto.
La cuarta de abono abrileño traía hasta la capital del Guadalquivir los toros de ‘Don Álvaro Domecq’. Unos astados bien
presentados, sin estridencias y de notable juego en general con ciertos
matices. No ha sido una corrida de bandera pero tampoco de traca. Un encierro más
que interesante que ha sabido mantener la atención del respetable con varios
toros de mucha calidad. Una corrida que bien podía haberse ido al desolladero con
menos orejas pero las espadas no lo permitieron. El primero de no pichar Delgado, y el tercero de no sonar los
avisos a Jiménez, hubieran perdido
un apéndice en el arrastre. Por tanto, de dos orejas cortadas, hubiera pasado a
cuatro y la tarde hubiese tomado otra lectura en el matiz final.
El lote más complicado y deslucido cayó en manos del astigitano Miguel Ángel Delgado. El primero, con
más genio que bravura y embistiendo de mentira soltando la cara para defenderse
y quitar del medio a su torero, y el cuarto, que fue un ‘galifate’ negado y a la defensiva, malo de verdad. El palaciego Pepe Moral se llevó un par dispar. El segundo
noblón sin transmisión no dijo nada y el quinto con bondad y justo motor
ofreció veinte arrancas. El mejor lote sin duda lo sorteó Javier Jiménez que cuidó el extraordinario tercero por calidad y
nobleza, no por motor. Posiblemente este gran toro sufriera cualquier dolencia
en sus extremidades que después recuperó durante la lidia y el sexto, un toro
que se tapó por la cara también sacó buen fondo para fortuna del sevillano.
Una tarde en la que las cuadrillas jóvenes en su totalidad han estado de‘Plata de Ley’ pero eso ya lo cuenta
mi compañero Pablo López en su
testimonio. Desde en estas líneas mi felicitación a todos los de ‘Ley’ por su madurez y gran oficio.
Festejo que ha demostrado el altísimo nivel de los hombres de plata tanto en
las lidias como en banderillas.
Abrió plaza Miguel Ángel Delgado que
demostró su fiel estilo de temple y valor. Torero que jamás dio un paso atrás
y sí al frente. Supo entregarse, consentir y torear con gusto al embustero
primero que cuando se vio podido empezó a
orientarse y se fajó, tragando muchísimo con el maligno cuarto. Dos versiones
de Delgado con parámetros muy
similares y llenas personalidad. Valor y temple. Miguel Ángel se fue a la puerta de chiqueros para recibir a un ‘sevillano
toro’ de Torrestrella que
abría la tarde, un animal sin clase pero con movilidad. Esa agitación y su
constante cabeceo, muy molesto, hacían que el astado transmitiera emoción al
respetable. El saludo tuvo apreturas de hinojos y belleza de pie con cadencia en
la verónica. El toro se dolió en varas y prosiguió tirando pitonazos al cielo
de Sevilla hasta el último tercio. Pronto Delgadocorrigió ese defecto a base de confianza y exponer en cada embroque, puesto que
su oponente nunca venía metido de lleno.Una vez que lo consiguió el joven diestro el toro desarrolló sentido. Valiente
el de Écija y con una muleta mandona. Tan importante fue el inicio que sonó la
música en la tercera tanda. Muletazos hasta el final, largos y templados. Luego
se sintió podido el animal y se puso a la defensiva. Hubo varios momentos en
que vimos a Delgado cogido,
tragó paquete el astigitano en una faena muy meritoria. Cerró por manoletinas
ceñidísimas y tras un inoportuno pinchazo se esfumó todo. El grandón cuarto, hizo
honor a sus feas hechuras. Astado desrrazado y exento de clase. Se paró y se la
jugó Delgado ante un toro que siempre estuvo detrás
de la mata. Toro desafiante y mirón que se las vio frente una valentísimo Miguel Ángel que aguantó hasta un
pitonazo en el pecho. Probablemente no era oponente para intentarlo pero Delgado muy capaz dijo «aquí estoy yo y
esta es mi verdad”. Ya con el toro muy parado y a la retranca se puso imposible
en la suerte suprema. Se atascó con los aceros y su maciza actuación fue
silenciada.
El palaciego Pepe Moral también ofreció momentos muy
relevantes en sus dos actuaciones. Torero de buen concepto y con la calidad
suficiente para construir una bella obra con veinte pases. Temple y gusto las
armas de Moral, tanto con el capote como
con la muleta. Un diestro que compone y acompaña con estética y verticalidad a
sus trazos. Pepe se topó con el
primero de su lote. Un astado que no dijo nada en su embestida y que duró muy poco. El Torrestrella esperó en banderillas emplazado en el tercio a verlas
venir. Luego en la muleta el toro adoleció de casta, se movió pero sin celo ni
transmisión. Puso voluntad pero no pudo levantar faena ante tan desclasado y
soso animal. Se desquitó el de Los
Palacios con el segundo de su lote, quinto de la tarde. Balanceó el capote con suavidad aplastante. Moral durmió las verónicas sobre todo por el
derecho. Bello pasaje inicial. Realizó una faena de gran sabor ante un Torrestrella que, pese a tener nobleza, tendía a no
humillar. Inteligente para realizar una entonada faena, siempre de frente,
dando el pecho y llevándoselo detrás de la cadera. Por el izquierdo se gustó en
dos tandas dando el tiempo justo y el cite preciso. Faena de zapatillas
asentadas, y de gran dosis técnica pero con mucha alma y plasticidad. Así lo
vio la Maestranza y la pena que el toro no durara un par de series más. Tras la
estocada le fue concedida una justa y meritoria oreja.
Javier Jiménez pasó por el Coso
del Baratillo con una selecta actuación. Todo lo hizo con suavidad torera,
sin aspavientos ni prisas. Se sintió el mayor de los hermanos Jiménez e hizo sentir y transmitir al aficionado
lo que le realizaba a sus oponentes. Javier lleno de escenografía sus obras dosificando con acierto sus faenas. Presentó
la franela con sutiles cites y de igual forma en toques. Nunca una brusquedad
ni embroque fuera de lugar. Ofreció el pecho y consumó su muletazo con mucho regusto
hasta tal punto, de poner la transmisión que le faltaba al toro. Destapó el de
Espartinas un poso más típico en matadores veteranos que de tan corto bagaje.
Lo que indica que su madurez y crecimiento van paralelos. Faena para paladares
exquisitos la realizada por Javier
Jiménez ante el enclasado
tercero. Se protestó en los primeros tercios por su justa fortaleza. El palco
tuvo paciencia y el toro una refinada lidia de Lipi que sumaron para no devolver al toro. Se
mantuvo en pie y fue a más. Astado de los que se sueñan por su extraordinaria
dulzura. Javier -brindó a su padre- una faena con tandas muy
despaciosas, a cámara lenta. Muletazos en los que se dormía el toro, embistiendo
fijo, abajo en los vuelos de la muleta. Compuso la planta y vació el alma. Ya
con el toro a menos se vieron pases sueltos de bella factura, como el torerísimo
epílogo con la pierna genuflexa. Faena de tacto elegante y llena de delicatesen.
Tras media tendida y dos descabellos
sonaron dos avisos, perdiendo cualquier trofeo. Frente al sexto, continúo por
los mismos derroteros que con el tercero. Un toro manejable de Torrestrella con el que estuvo muy entonado. Comenzó
con tandas templadas ante un toro con movilidad pero que pedía un torero firme
delante. Inicio por alto a pies juntos sin quebrantar la embestida. Por el
derecho engarzó series muy templadas mientras que por el izquierdo volaron
naturales hasta el final, imprimiéndole un gusto y una torería a cada muletazo.Javier reimprimió a su quehacer ritmo. Pulseó la muleta sin que el toro la
topara y le ofreció continuidad al trasteo. Claridad de ideas para plasmar lo
que su ponente necesitaba. En las postrimerías muletazos abrigados y de la
firma con empaque, para un torero final. Buena estocada oreja del cierraplaza.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de laReal Maestranza de Caballería de
Sevilla. Tercera de la Feria de Abril. Cuarta de abono. Corrida de toros.
Media entrada.
Seis toros de Torrestrella,bien presentados, bajos y
armónicos salvo el feo cuarto.Variados de juego y toreables. El 3º de
gran calidad y dulzura en la embestida.
Miguel
Ángel Delgado (blanco y plata):Ovación / Silencio.
Pepe Moral (gris perla
y oro):Silencio / Oreja.
Javier Jiménez (blanco
y oro):Ovación tras dos
avisos / Oreja.
FOTOS: Arjona / Pagés