Finalizó la parte taurina del 2020 y, con él, se puso fin a un año marcado por un COVID que ha roto las ilusiones de cientos de toreros. También lo ha hecho con Noé, el valiente toledano que venía dando fe de su hambre en años anteriores y que este estaba marcado para ser el suyo… hasta que llegó la pandemia. No obstante, ha dejado marcada sobre la arena en los ruedos donde lo han dejado la responsabilidad del querer ser, que es el mejor traje de luces que puede enfundarse un matador.
El pasado sábado en Logroño epilogó campaña y analiza ahora en CULTORO sus sensaciones tras ella: «Me tomo este triunfo como todas las cosas que van sucediendo en mi carrera: muy tranquilo, intentando estar con los pies en la tierra. Esto ha tenido muchísima repercusión. Ojalá sirva de cara la año que viene», señala sobre esa disposición que mostró ante el serísimo encierro de Miura en La Ribera.
Noé es uno de los toreros que siempre deja buena imagen en las primeras plazas y ante cualquier tipo de toro por su tremenda disposición y su plena consciencia de lo que se juega. Torero de raza y de pundonor, tiene arrestos para meter en el canasto embestidas díscolas gracias a una técnica envidiable y a una figura de torero espléndida. Y también lo demostró en la Gira.
UN PRIMER TORO AL QUE CUAJÓ POR LA DERECHA
A su primero se fue a recibirlo Gómez del Pilar a la puerta de chiqueros, donde le pegó un larga cambiada antes de correrle bien para atrás mientras encelaba con el capote la humillación del toro. Lo puso largo al caballo Noé y allí se arrancó el de Miura para llevarse un gran puyazo. Y ni así se entregó el animal, poco agradecido al trato preciso que le fue dando Noé, que comprendió que tenía que entregarse él para conseguir rédito. Decisión y mucha firmeza en el trapo la de Gómez del Pilar, que se jugó el cuero para cortarle la oreja que concedió el palco tras un gran espadazo.
«Con ese primero, por el lado derecho me lo creí, me puse firme con él, le tragué al toro y le pegué un espadazo, que yo creo que fue el culmen a esa oreja tan necesitada», explica el torero sobre el animal.
LA GENIAL IMAGEN ANTE SU SEGUNDO, MUY «EN MIURA»
El cuarto, arremangado de pitones y largo de lomo, le sopló también una larga cambiada Gómez del Pilar y allí mismo, en la puerta de chiqueros, lo lanceó con empeño y con brillantez el torero. Entendió Noé que había que provocar la embestida del animal, siempre con la entrega guardada y sin emplearse en el escaso recorrido que desplegaba. Pero anduvo inteligente Gómez del Pilar para ir robándole uno a uno los muletazos, más lucidos al natural, pero de mucho mérito por ambos pitones. Ofreció siempre el medio pecho, buscó el cite en el sitio del compromiso y no se tapó nunca en las mediocridades del toropara no pisar el acelerador. Fue una gran tarde de toros la que ofreció Noé, que mató al cierraplaza de pinchazo y estocada delantera para saludar una ovación.
«Ese segundo toro fue muy en Miura, lo único que no tenía tan de ese hierro era la cara, pero sí el comportamiento. El toro tuvo muchísimo fondo, pero la verdad que me dejó expresarme y la pena fue que no pude rubricar con la espada como el anterior. En este se escurrió la mano, no pude rematar como quería porque creo que le hubiese podido cortar otra oreja», asegura Noé tras el triunfo.
ILUSIONES PARTIDAS EN 2020, PERO INTACTAS PARA 2021
«Me preparé para esta cita de Logroño con la esperanza de que 2021 puedan restablecerse gran parte de las ferias, para seguir con la hierba en la boca, para permanecer con esa alegría de cara al año que viene aunque ahora no haya nada hecho. No sabemos cómo ni de qué forma va a empezar esto, pero sigo con esa bocanada de aire fresco. Sabes que tú has hecho tu trabajo y ojalá este aldabonazo de la Gira sirva para el año que viene», concluye el torero toledano.