Tarde de emociones fuertes y dramatismo en el Coso Real, durante la primera novillada con picadores del abono gaditano este viernes, donde el novillero aragonés Aarón Palacio sufrió una espeluznante cogida mientras culminaba una faena entregada y de alto voltaje artístico.
Palacio, que actuaba ante el segundo novillo de la ganadería de La Cercada, comenzó su labor con una actitud decidida y valiente. Recibió al astado de rodillas junto a las tablas, saludándolo con variedad y temple, logrando prender de inmediato la atención de los tendidos. Inició la faena de muleta también de hinojos, en una secuencia explosiva que hizo vibrar al público.
Brindó la faena a El Juli, en un gesto de admiración y responsabilidad que anticipaba la entrega con la que se iba a volcar en el ruedo. Con la muleta, Aarón Palacio cuajó una labor de madurez y gusto, primero sobre el pitón derecho, citando con mando y metiendo al novillo con firmeza en el engaño. Le dio espacio y tiempos, bajándole la mano y ligando una tanda de gran mérito.
Posteriormente, cambió al pitón izquierdo, llevándolo en largo con naturalidad y profundidad, y rematando con adornos llenos de torería y personalidad. El novillo, noble y colaborador, permitió que el aragonés pudiera continuar su obra, regresando al pitón derecho en una faena desarrollada en su mayoría en el tercio.
Fue en el momento supremo, al tirarse a matar, cuando Palacio resultó feamente prendido. El novillero quedó a merced del astado, en una escena sobrecogedora. A pesar del fuerte impacto, se recompuso con vergüenza torera, regresó a la cara del novillo y trató de descabellar con evidente dolor, escuchando dos avisos. El parte médico oficial se espera en las próximas horas.