ENTREVISTA

Abel Robles, de Olot a Las Ventas


miércoles 30 agosto, 2017

Robles, novillero catalán con encomiable tesón y sin perder jamás las ilusiones, se presenta en Las Ventas madrileña el próximo domingo 3 de septiembre

Robles, novillero catalán con encomiable tesón y sin perder jamás las ilusiones, se presenta en Las Ventas madrileña el próximo domingo 3 de septiembre

FRANCISCO MARCH

En la Historia del toreo, Olot ocupa un lugar destacado. La capital de la comarca catalana de La Garrotxa, con sus poco más de treinta mil habitantes, cuenta con una plaza de toros levantada en 1859, siendo así la más antigua de Catalunya y la segunda en España, pero es que además se documentan episodios taurinos desde mediados del siglo XVII. En Olot se daban corridas en las Fiestas del Tura, en los primeros días de septiembre ,  en su plaza torearon diestros de las distintas épocas y en los últimos festejos antes de la prohibición llegaron a anunciarse, entre otros, Ortega Cano o Cristina Sánchez.

Entre 1955 y 1961 y ya cumplida la treintena, Joaquín Soy, apodado “El Nardo”, natural de Olot, consiguió su sueño de vestirse de luces.  Lo hizo , ante novillos y siempre en su ciudad, en diez ocasiones, logrando gran popularidad aunque se quedó sin pisar La Monumental. “Entre flores y azucenas, en Olot nació un torero…” canta la letra del pasodoble a él dedicado.

Y de Olot es también Abel Robles, novillero que con encomiable tesón y sin perder jamás las ilusiones, se presenta en Las Ventas madrileña el próximo domingo 3 de septiembre.

Abel Robles, nacido en 1990, apenas ha sumado contratos desde su debut con caballos hace seis años. Dejó su Olot natal para establecerse en Sevilla, compaginando estudios y trabajo pero en busca de la proximidad con el campo bravo. Con  esfuerzo y constancia consiguió que  algunos ganaderos le abrieran las puertas en tentaderos, a la espera de oportunidades que no llegaban, o lo hacían muy esporádicamente. Cerrada La Monumental, su gran anhelo, el motor que le empujaba a no arrojar la toalla, era Madrid.

Por eso ahora, a pocos días de conseguirlo, su voz, al otro lado del teléfono, suena con un tono de alegría y responsabilidad. “ Estos últimos meses estoy viviendo en Madrid, procurando acudir a los tentaderos donde me dan cabida y al lado del maestro Iván Vicente”.

Abel reflexiona así sobre la situación que ha vivido estos años: “Es lógico que si no estás toreando, tu nombre no suena, no se te abran puertas, hagas menos campo,  yo lo entiendo”.

Para explicar la clave de esa resistencia al abandono en circunstancias tan poco favorables, el torero de Olot recurre a una sentencia de Paulo Coelho: “Cuando alguien desea algo  con todas sus fuerzas, el universo conspira para que pueda conseguirlo”.

Pese a ese universo conspirador que empuja para la consecución de un objetivo luchado y perseguido, en ocasiones el desánimo llama a la puerta: “ Uno procura no desfallecer, seguir llamando y en estos cuatro años por la cabeza me han pasado muchas cosas, entre ellas la duda de si merece la pena, si va a llegar el momento o no. Pero lo combato con la fe en qué si las cosas tienen que llegar, llegarán y debo estar en condiciones de afrontarlas”.

 Y, ahora, al fin, Madrid: “Desde que acabó la temporada pasada, en la que apenas sumé un par de festejos, tenía muy claro que de este año no podía pasar. Era consciente de que si no pasaba por Madrid difícilmente me iban a poner en otro sitio y he luchado mucho hasta conseguirlo. Ni me apodera nadie, tampoco tengo mi plaza de referencia, La Monumental, tampoco la de mi ciudad, Olot… Tampoco me iban a poner en otras plazas porque antes ponen a novilleros locales y que suenen. Por eso mi esperanza estaba en Madrid, que es la que más novilladas da. Ha llegado ahora, en septiembre, y quiero aprovecharlo”.

Si a Serafín Marín su condición de torero catalán y proscrito en su tierra parece no haberle servido para otra cosa que el ostracismo, Abel Robles tiene claro lo que a él le concierne: “ Los tiempos cambian, hay que aguantar el tirón y sólo queda adaptarse y tratar de tirar para adelante. Nunca me ha gustado quejarme, hay que seguir el camino”.

Un camino que, decíamos, tiene punto de partida en Las Ventas: “ Es mi oportunidad. Mi primer paseíllo desde septiembre del año pasado. Sabía que, si llegaba, lo iba a afrontar con todas las de la ley. Llevo todo el invierno y lo que llevamos de temporada esperándolo, preparándome para ello, para asumir esa responsabilidad y supliendo esa falta de torear con la preparación en el campo y , también en lo moral. Nadie me obliga a torear en Madrid, es mi decisión y la afronto con toda la ilusión, debe parecer que haya hecho veinte paseillos”

Estos días previos, Abel Robles ha podido prepararse en el campo con mayor intensidad y atendiendo a los sabios consejos de un torero de la calidad de Iván Vicente, tan querido en Madrid.

Pensando en Madrid, soñando- aún-  con Barcelona.

Abel Robles, torero de Olot, tiene una cita en Las Ventas para escribir su futuro.