Si hay un empresario capaz de contratar a José Tomás, por su originalidad y creatividad, ese es el francés Simón Casas. De hecho, en el invierno de 2019 a 2020, justo antes del estallido de la pandemia en aquel fatídico mes de marzo, Casas cerró el acuerdo para que el torero de Galapagar torease en la Feria de Pentecostés de Nimes de aquella temporada. Lamentablemente, el abono tuvo que ser suspendido debido a la dura situación de la pandemia.
Pero la ilusión por volver a ver al torero al otro lado de los Pirineos permanece… y más ahora, que está tentando en ganaderías españolas como La Palmosilla, Juan Pedro Domecq o El Pilar, y también en otras en México, donde ya resuenan las voces que lo ‘colocan’ extraoficialmente en la Feria del Aniversario que reabrirá la Plaza de toros Monumental tras haberse tumbado la decisión judicial que prohibía las corridas en el Coso de Insurgentes.
La historia de ‘La oferta justa’ entre Simón y el apoderado de José Tomás
Simón Casas, en esta publicación en Instagram, narra la historia de “La oferta justa”, que comenzó con la contratación del diestro para la Feria de Pentecostés de Nimes y que acabó con el espada llamando al productor desde el hospital después de haber sido corneado en el campo bravo durante una jornada de preparación para este compromiso nimeño.
«Llevaba días negociando un contrato con el representante de José Tomás«, narra Casas en su cuenta en esta red social refiriéndose a Salvador Boix, mentor del madrileño. Y explica que el maestro quería que se titulara “La Oferta Justa”: «Habíamos medido cada concepto, todos los criterios, cada coma y cada punto del contrato. Por fin, después de días, hemos firmado», explica Casas.
Y sigue contextualizando que «en este mismo momento, el maestro estaba toreando en el campo» y sonó el teléfono de Casas con una llamada su representante: «Un drama. Un toro acaba de coger el torero, estaba destrozado, lo iban a operar un poco más tarde. Se intuía que no estaría en condiciones para poder torear durante meses», añadía en esta publicación Casas.
Por la noche, mientras Simón estaba en su casa, sonó su teléfono: «Me habla una voz desde el más allá: Simón, la oferta era justa pero la vida algunas veces no lo es. Me lo contaron después: todavía en la camilla del quirófano, medio dormido, José Tomas había exigido llamarme… para ser justo», finalizaba.