ENTREVISTA

Adrián de Torres: «Madrid pudo ver la clase de torero que soy»


lunes 19 agosto, 2024

El coso venteño volvió a ser testigo el pasado jueves de las buenas formas y las cualidades que atesora Adrián de Torres.

Adrián De Torres
Adrián de Torres © Luis Sánchez Olmedo

El coso venteño volvió a ser testigo el pasado jueves de las buenas formas y las cualidades que atesora Adrián de Torres. El linarense paseó un apéndice del cuarto de la tarde, con el que dejó compases a cámara lenta sobre la diestra, con la mano baja, antes de torear desmayado al natural.

PREGUNTA.- ¿Cómo está después de la tarde tan importante en Madrid?

«Estoy muy contento, ya que Madrid ayer me pudo ver torear y pudo ver la clase de torero que soy. Fue una tarde y un paso importante, tanto en lo profesional como en lo personal. Esto me motiva para seguir creciendo. Soy una persona a la que siempre le gusta evolucionar y lo de ayer fue demostrar parte de mi toreo».

¿Cómo vivió la faena al cuarto de la tarde?

«La faena del cuarto la viví de manera muy emocionante. Siempre le di los espacios al toro, ya que él venía con mucha viveza. Fui reduciendo las embestidas del animal para que aquello tuviese más sabor, y es cierto que por momentos lo llegue a conseguir en un par de muletazos. Fue una faena en la que, en algunos muletazos, pude sacar cosas de mi alma».

Como rugía Madrid en cada muletazo..

«La verdad es que sí. Lo noté muy fuerte en el cambio de mano y en un par de muletazos en los que reducía. Esos rugidos con la plaza llena tienen que ser maravillosos».

Que mérito tiene hacer lo que hizo en su primer paseíllo de la temporada.

«El mérito está en el entrenamiento, en el día a día, en la preparación, en pensar que en cualquier momento iba a saltar la liebre. En ello tengo que englobar al equipo que tengo detrás. En el caso de los entrenamientos diarios es Ángel Gómez, que es la persona que desde hace cinco años está entrenando conmigo, sacando lo mejor de mí y profundizando en mi toreo, en el que estamos llegando a lograr cosas que llevamos tiempo buscando. También a Vicente Bolívar, que es una persona que está conmigo desde novillero con caballos, que me acompaña a todos lados y que es muy clave y fundamental. En estos días tengo que agradecer además a tres personas. Primero a Lucas, de Ana Romero, que tuvo el detalle de echarme dos becerras sabiendo que no tenía e hizo lo que pudo; luego, a Diego Robles, que me arregló el tentadero en lo de Salvador Domecq; y también, sobre todo, a Rubén, de Guadalmena, que se portó de categoría echándome dos ganas muy exigentes, que me vinieron muy bien para ponerme a punto para llegar a Madrid. Por último, el global de todo, es la ayuda de Dios. Al fin y al cabo Dios es el que mueve las piezas de todo y junta todo para que eso surja».

¿Qué se le pasaba por la cabeza mientras paseaba la oreja?

«Lo primero que se me pasó por la cabeza fueron todos los meses de entrenamiento, todo el tiempo que llevamos entrenando, el difícil invierno. La recompensa. Esa oreja me supo a gloria, pues no solo fue satisfactoria en lo profesional, sino también en lo personal».

Dos orejas y una vuelta al ruedo en sus tres últimas actuaciones en Las Ventas. ¿Cuál es el secreto para que Adrián de Torres y el coso y la afición venteña sean un idilio inmejorable?

«No hay mayor secreto que la entrega, el entregarse al toro, a la plaza. Sacar lo que uno lleva dentro».

Quién sabe lo que siembra, no le teme a la cosecha, y la de usted apunta a ser de calidad y cuantiosa.. ¿Será la tarde del pasado jueves un punto y a parte en su carrera?

«Yo pienso que sí, que la tarde del 15 de agosto ha sido muy importante en mi vida. Sé que se van a empezar a cosechar los frutos que he estado sembrando durante todos estos años».

Y ahora, ¿ahora qué?

«Ahora a tener paciencia, a seguir entrenando, porque en cualquier momento me pueden llamar. Hay que esperar, tener paciencia, y como siempre digo: «Los tiempos de Dios son perfectos»».