MADRID

El silencio a Adrián de Torres en el tercero tras una faena de dormir tranquilo


domingo 23 marzo, 2025

De media embestida y humillación amenazadora era el tercero esta tarde en Las Ventas, al que el torero jiennense dejó una faena de exposición.

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Adrián de Torres. Foto: Sánchez Olmedo

Al tercero, redondo de corpachón y escandaloso de arboladura, le sopló Adrián de Torres tres verónicas de mérito, mirando de reojo a un animal que no terminaba los viajes, volvía sobre las manos y se quedaba debajo del capote, por lo que el remate salió a la trágala. Lo puso largo al caballo Adrián, y se arrancó el cárdeno, pero de mentira, y se arrepintió nada más sentir el palo. Como en banderillas, donde tomaba magníficamente de inicio los capotazos de un inmenso Iván García, pero se aburría mucho antes de completar el viaje. También en este hubo brindis y al tendido consagró De Torres su labor, que inició en los medios y citando largo al toro, en el burladero de retener. Llegó vencido, por dentro, pero Adrián no se meneó. Tiró de manos diestra para someter y de paciencia para construir. Tanto sobó la media embestida incierta que terminó soplándole naturales al ralentí, aprovechando la corta longitud de la arrancada para inmolarse en cada trazo. No berreó tanto el tendido, pero expuso el de Jaén mucho más de lo que pareció. En una faena de esas que te dejan dormir tranquilo por haber llegado al hotel. A cámara lenta hizo también los tiempos en la estocada, que cayó desprendida, pero no tanto como le afearon. Aún así hubo más contenido que el silencio que lo acompañó.