El pasado domingo se celebró en la localidad salmantina de Alba de Tormes uno de los carteles más interesantes de las últimas semanas, midiéndose en mano mano el salmantino Alejandro Marcos y el toledano Tomás Rufo con una corrida de Garcigrande. Un festejo que fue televisado en directo por Castilla-La Mancha Media y que traía consigo una historia que pasó desapercibida para gran parte de los aficionados.
Alejandro Marcos trenzaba el paseíllo arrastrando una cornada que le habita propiciado una vaca en el campo días antes de su compromiso en Alba de Tormes. El salmantino, aun mermado físicamente, no quiso eludir este compromiso con uno de los espadas que mayor nivel está dando en este inicio de temporada. Su apoderado lo contaba en los micrófonos de CMMedia: «El miércoles una vaca lo hirió en el campo en el pie derecho, que tenía muy hinchado. Le pegó una cornada en el empeine. Por fortuna, no tocó ningún tendón, pero fue muy molesto. Ha salido mermado, pero eso no le ha impedido sacar lo que lleva dentro. No quería perderse esta cita. Aquí tenía que torear como fuese», comentó Jesús Benito.
Un torero que tras estar en un segundo plano durante el 2021 consiguió entrar en su feria y triunfar con la corrida de Galache, lo que le conllevó entrar en la corrida de Garcigrande en Salamanca. A partir de ahí los focos le apuntaron, entrado otras plazas donde no se había contado con su presencia. Este año entró en Valdemorillo por la vía de la sustitución y se le anunciaba en la Feria de San Isidro en un cartel conformado por José María Manzanares y Tomás Rufo, una confirmación de altos vuelos con la corrida de Puerto de San Lorenzo.
Alejandro Marcos, con las miras ya puestas en la confirmación en Madrid
Ahora le queda seguir trabajando para llegar a esa cita de Madrid en las mejores condiciones. Alejandro es un torero de corte clásico, con una personalidad que le hace ser diferente al resto de sus compañeros. Poco a poco va puliendo defectos y afianzando virtudes para muy pronto dejar de ser un ilusión para convertirse en una realidad. Esa que necesita como agua de mayo una Salamanca que quiere ver como su paisano se asienta en las principales ferias del panorama taurino.
Así es la historia de Alejandro Marcos, un torero que aún sabiendo que no llegaba en las mejores condiciones no quiso quitarse de un cartel que ilusionaba tanto a los dos toreros como a una afición ávida de nuevas caras. El futuro paso a paso se va ganando ese hueco que tanto anhelaba. Ahora toca no bajar el pie del acelerador y seguir dando argumentos para verse anunciado en las ferias.