Alfonso Cadaval (Sevilla, 1995), tuvo que trasladarse a Utrera para seguir persiguiendo su sueño de ser torero. Allí prepara su día a día desde hace siete años y allí se vestirá de luces el próximo sábado 19 de junio junto a Rafael Serna y Ángel Jiménez en un cartel que aúna las ilusiones más recientes de la afición de Sevilla. La pandemia le ha servido para evolucionar como persona y como torero y ahora espera plasmarlo en la plaza tras casi dos años sin vestirse de luces. Con las ideas claras y siguiendo el camino de la pureza en su concepto, Cadaval no tiene prisa y espera su momento, pues es consciente de que el día menos pensado en una plaza importante puede cambiarle la vida. Y para eso, se prepara cada día.
El de Utrera es un cartel muy del gusto de la afición de Sevilla. ¿Cómo lo afrontas?
Hace casi dos años que no me visto de luces, por lo que la tarde de Utrera es un reto ilusionante para que los jóvenes podamos demostrar que nos hemos hecho en estos dos años de pandemia. Además, Utrera es mi segunda casa y poder torear allí es una ilusión grandísima.
Es tu segunda casa porque vives allí…
Llevo ya siete años viviendo en Utrera, mi vida y mi día a día están en Utrera. Soy sevillano, pero Utrera es mi segunda casa porque mis amigos y mi gente están allí.
Los toros son de «El Torero», una ganadería a la que ya te has medido en otras ocasiones…
He matado dos festivales de «El Torero» y la verdad que los he disfrutado mucho. Es una ganadería que me gusta y creo que es una oportunidad magnífica para toreros jóvenes que quieren dar un paso adelante.
«Somos los tres últimos toreros sevillanos en tomar la alternativa. El anterior era Pablo Aguado y eso es muy motivador. Cuajar un toro un día en un sitio importante te cambia la vida»
Los tres sois las ilusiones más recientes de la afición de Sevilla. ¿Lo sientes así?
Sí, Ángel fue el último en tomar la alternativa y dejó buenas sensaciones y Rafa Serna demostró el momento que atraviesa en Ubrique. En cuanto a mí, desde la última vez que pude torear en Sevilla en 2019, creo que ha cambiado mucho mi manera de estar en la plaza. Somos los tres últimos en tomar la alternativa y el anterior era Pablo Aguado, eso es muy motivador porque sabemos que cuajar un toro un día en un sitio importante te cambia la vida.
Este año no has podido entrar en Sevilla…
Es muy difícil poder entrar en la feria de Sevilla porque hay mucha competencia. Es una pena que este año no pueda entrar en los carteles, pero espero que cuando vuelva a Sevilla la gente pueda disfrutar de mí. Sevilla está ahí, es mi tierra y cuando vuelva, lo haré con un buen ambiente y el aficionado estará deseando verme.
«Quiero torear, pero con un mínimo de categoría, así que si salen cosas que están a la altura, allí estaré»
¿Cómo has vivido todos estos meses tan difíciles sin poder torear?
Creo que la pandemia ha sido muy dura para el mundo del toro, pero para mí ha sido positiva y he ganado tiempo al tiempo. Estos dos años me han servido mucho porque considero que soy otro como persona y como torero.
¿Cuál es el planteamiento de esta temporada a partir de Utrera?
Yo ahora sólo tengo la cabeza en Utrera y de lo que allí pase dependerá mi temporada. Habrá muchos aficionados y lo que pase allí va a tener mucha importancia. La idea es torear todo lo posible siempre que sea dentro de las condiciones que considero, yo quiero torear, pero hacerlo con un mínimo de categoría, así que si salen cosas que estén a la altura, allí estaré.
«Quiero ser fiel a mí mismo. Busco torear con pureza y con los chismes muy cuadrados»
Has perseguido siempre en tus formas el toreo clásico. ¿Es el concepto que te define y que quieres seguir?
Lo que quiero es ser fiel a mí mismo. Lo que parecía muy difícil de plasmar, poco a poco lo voy plasmando cada día más. Eso es lo que busco en mi toreo, torear con pureza y con los chismes muy cuadrados y sobre todo busco la pureza.