Morante y Matilla lo dejaron el sábado. Tras dos actuaciones en Vistalegre en las que el diestro cigarrero mostró su cara y su cruz, José Antonio y Antonio García Jiménez anunciaban que rompían su apoderamiento. Que si no me quieres lo suficiente, que si te lo gastas en otros, que si te has apropiado del rosario de mi abuela… En fin, sus cosas.
Pero como parece que las que molan son las cositas que cuentan las lenguas de doble filo -para esto Gabriel y Galán era un genio-, vamos a imaginar que obviásemos el asunto de las liquidaciones, que parece el arma que se usó para perpetrar el divorcio, y que dotamos de cierta lírica a un mundo tan dramático que cuesta encontrarle ya su tradicional épica. Pero hay un denominador común que no cambia, y lo sabía bien La Lupe, para cantar aquellos versos que luego mitificó Falete: «Teatro, lo tuyo es puro teatro / falsedad bien ensayada, estudiado simulacro…». En el toro todos juegan a lo mismo, pero de distinta forma. Y el más diferente de los distintos es, sin duda, el papel que interpreta José Antonio en esta comedia.
Es distinto y punto. Y Morante, con personaje y sin él, con filias y fobias, es diferente. Para bien y para mal, porque José Antonio, el de la Puebla, es cualquier cosa menos anodino. Incluso para dejar un apoderamiento. Porque antes fijó el foco en el ‘rival’ de quien lo apoderaba, de quien se dice, por cierto, que jugó sus cartas en perjuicio del que se quedó sin tele en la plaza de primera.
Llama la atención cómo, hace diez días en Los Califas, José Antonio brindó su primer toro al empresario José María Garzón en uno de los momentos más emotivos de toda la Feria de Córdoba. Dirigiéndose a las tablas, el torero cigarrero entabló una breve pero intensa charla con el empresario de Lances de Futuro antes de hacerle frente a su oponente por haber echado hacia adelante la primera feria de primera categoría de la temporada y por haber sido la plaza de este calibre que abrió únicamente en el año 2020.
Ya entonces -acuérdense los aficionados a las mencionadas lenguas que cortan por ambos lados- se habló de la posible unión entre sevillanos. Semanasanteros los dos, y creyentes. En Dios y en el toreo, que es lo que falta muchas veces entre los que gobiernan el sistema de hoy. ¿Se imaginan que uniesen ahora sus caminos y lo resarciese así Morante de lo que su presencia le quitó en Córdoba…?
Pues hombre, no lo podemos garantizar, pero algo tendrá el agua…