El pasado sábado, la histórica Plaza de Toros de Almadén vivió una tarde cargada de emoción y buen toreo con motivo del festival taurino en el que se anunciaban los matadores Aníbal Ruiz, Fernando Tendero y el novillero Luis Expósito. En un entorno tan singular como este coso manchego, los tres actuantes ofrecieron al público una jornada para el recuerdo.
El fotógrafo Eduardo Porcuna fue testigo de la tarde y firmó un espléndido reportaje gráfico que recoge con sensibilidad y fidelidad los mejores momentos del festejo, y que compartimos con los lectores de este medio.
Una plaza con alma y patrimonio
La Plaza de Toros de Almadén, declarada Bien de Interés Cultural, es una joya arquitectónica del siglo XVIII. Se trata de una construcción única en el mundo por su planta hexagonal y por las veinticuatro viviendas de dos plantas que la rodean, con portadas tradicionales y balcones de rejería. Este conjunto no solo destaca por su belleza, sino por su valor histórico y funcional.
Las viviendas fueron concebidas para ser alquiladas, destinando los ingresos, junto con los procedentes de las corridas de toros, a financiar la construcción del Hospital de Mineros de San Rafael, pieza clave en la historia social y sanitaria de la comarca.
Tras una cuidadosa restauración, hoy la plaza conserva su estructura original y los materiales tradicionales, adaptándose a nuevos usos sin perder su esencia. Actualmente, alberga la Oficina Comarcal de Turismo y diversas dependencias municipales, manteniéndose como un referente cultural y patrimonial para la provincia de Ciudad Real.
