OBITUARIO

Almudena Grandes, la escritora de la memoria y la libertad que siempre defendió el toreo


sábado 27 noviembre, 2021

"Los taurinos, antes que a decir olé, aprendemos a ser elegantes", decía con plena sabiduría la escritora fallecida hoy a los 61 años. Hasta siempre, Almudena Grandes.

Almudena Grandes Toros
Almudena Grandes. © Twitter

Paco March

Almudena Grandes, que ha fallecido este sábado, fue hasta el final una defensora de causas perdidas y, con ellas, la tauromaquia.

La escritora madrileña, de prolífica obra, ha muerto demasiado joven y se echará en falta, tanto en los libros como en su colaboraciones en El País. La última la tengo en mis manos, en El País Semanal del pasado domingo, escrita el 9 de noviembre, precisamente día de la Almudena.

Almudena Grandes dedicó muchas de sus obras al rescate y reivindicación de la memoria moral de los perdedores de tantas batallas, también de  la Guerra Civil (los distintos libros que componía los ‘Episodios de una Guerra interminable‘). Compañera de vida de Luis García Montero, escritor, poeta y actual director del Instituto Cervantes, sus posicionamientos políticos  (de ambos) siempre se han identificado con la izquierda pero sin rehuir cuestionarla. Así lo hizo cuando de defender la tauromaquia se trató.

En su libro de relatos ‘Estaciones de paso’, la adolescencia era el hilo conductor, también en uno de ellos, de inequívoco título: ‘Tabaco y negro’.

En él, Almudena Grandes narra la intensa relación entre una joven y su abuelo, hasta que este muere y ella afronta la vida sin ese referente. El abuelo, sastre de toreros, llevaba a su nieta a los toros y es allí donde la niña aprende a mirar y ver lo que otros son incapaces. Mirar no es lo mismo que ver, como escuchar no es lo mismo que entender. Por eso, Almudena decía que «la gente que no se emociona en una corrida de toros, sólo sabe ver tortura en ella«.

Consciente del devenir de los tiempos y los usos sociales, Almudena Grandes reflexionaba sobre el fin de la tauromaquia y decía que, de llegar el fin del toreo, que preferiría no ver:  «No descompondré la figura, porque los taurinos, antes que a decir olé, aprendemos a ser elegantes».

Almudena Grandes no dudó en alzar su voz contra la prohibición taurina catalana. Y lo hizo porque siempre defendió la Fiesta como hecho cultural, admitiendo la sangre y el sufrimiento, porque- decía- «es la única liturgia que respeto, la emoción incomparable del único milagro al que he asistido jamás, 600 kilos y dos pitones en punta, un hombre desarmado, una muleta y el arte que salva de la muerte».

Y, volviendo a ‘Tabaco y negro’, se reconocía en lo que el abuelo le decía a la nieta: «cualquiera día prohibirán los toros y hasta será lógico, pero mientras no lo hagan no hay nada que se parezca a esto».

Al empezar a escribir este pequeño tributo de homenaje a un escritora que me ha deparado, en la lectura de sus libros, tantos momentos de emoción, he cogido al azar en las estanterías uno de ellos, “Las tres bodas de Manolita”. Al abrirlo, una dedicatoria y al leerla, una lágrima: «Para Paco, camarada en tantas luchas. Con un beso». Sant Jordi 2014.

Almudena Grandes, camarada, va por ti.