El
novillero Álvaro Lorenzo se
encierra, el próximo domingo, en la plaza de toros de Toledo en solitario con
seis novillos por una buena causa: ayudar a los niños enfermos de cáncer del
Hospital Niño Jesús de Madrid. «Hay que colaborar con la causa porque todos
sabemos que el cáncer está ahora mismo muy cerca de nosotros. Nunca se sabe
quién lo puede tener o a quién le puede tocar esa terrible enfermedad. Lo
importante es ayudar a esos niños inocentes que nacen con esa enfermedad. Sé
que es importante para ellos, para que se pueda avanzar en el estudio del
cáncer infantil y salvar vidas. Eso es mucho más importante que el dinero que
pudiera ganar en la encerrona».
Sobre
la novillada, el toledano afirma que «son seis novillos escogidos por los
apoderados y por los ganaderos. La confianza de los ganaderos también ayudó, y
son seis animales escogidos para que embistan». También sobre su
intensa preparación de cara a este acontecimiento, Álvaro señaló que ésta «viene de mucho tiempo atrás. Desde la
temporada anterior no he dejado de entrenar pensado en que esta tiene que ser
una temporada muy importante para mí. Todo el invierno ha sido duro, entrenando
diariamente y proyectando todo con mucha ilusión y constancia, que es como creo
que se consiguen las cosas. Intento prepararme al máximo y estar a punto para
lo que sea. He llevado a cabo una preparación similar, entrenando diariamente y
preparándome no sólo para esta cita, sino para toda la temporada. Está claro
que cuando se está anunciado con seis novillos la ilusión y motivación es
mayor, por eso hay que triplicar el esfuerzo».
La de
la capital manchega es una afición que ha sufrido, en los últimos años, el
vaivén empresarial al igual que muchos cosos de la geografía española. Según el
novillero «es una plaza con mucha tradición y con mucha afición. Toledo poco
a poco se estaba perdiendo, cada vez tenía menos público y menos afición, y
entre mis apoderados, Manuel Caballero y Manuel Amador están haciendo una labor
muy importante por recuperar ese coso emblemático. Lo pudieron demostrar en el
Corpus y la Fiesta comprobó que esa afición estaba viva, pero todavía queda
mucho trabajo y mucho camino por recorrer».
Álvaro Lorenzo se trata de la joya de la corona de la Casa Lozano, en quien han puesto su
mirada en los últimos años. Su concepto puro, pero sobre todo su gran toreo
capotero, cautivaron a la Vistalegre madrileña hace ahora un mes. Habla de Las
Ventas. «Creo que ellos saben cuál es el momento idóneo para ir a Madrid,
y la verdad es que yo me siento preparado para ir allí como para ir a
otras plazas importantes, pero ellos son los que deciden cuándo es el momento.
Lo que sí está claro es que hay que ir con la garantía de saberse preparado y
con un hierro de garantía».