Con la temporada ya finalizada son muchos los movimientos que se vienen haciendo en el campo bravo de cara a la temporada venidera. En vista de la falta de toros, muchos empresarios están mandando a sus veedores para que peinen en campo y así adelantarse a sus potenciales competidores. Para 2024 ya hay encierros reseñados para plazas como Madrid, Sevilla, Valencia, Pamplona, Vic-Fezensac o San Agustín de Guadalix entre otras.
Pero el campo bravo no vive únicamente del festejo en la plaza; también distintas peñas, comisiones y Ayuntamientos se están acercando a este lugar para reseñar animales de cara a la temporada venidera. Una serie de toros por los que apuestan en los festejos populares, pagando cifras muy importantes por animales de ganaderías que no se encuentran en primera fila. Pero amén de la venta directa a empresarios -para festejos en plaza- o para las calles, hay empresarios que adquieren una o varias corridas nada más terminar la temporada, llevándoselas a otras fincas que funcionan como cebaderos, vendiendo luego a un tercero estos animales ya rematados.
Hablamos de Jorge G.R. quien aglutina a un buen número de toros en la finca «El Trapío», lugar donde el año pasado se llevó la totalidad de los sobreros que quedaron en las Ventas una vez finalizada la temporada. De los 65 animales que han llegado a esta finca situada en Moncada (Valencia), varios ya han salido a la venta, se trata de animales de una impecable presencia y con una seriedad que quita el hipo.

Este criador y tratante de toros bravos tiene por delante varios meses para rematar unos animales que tendrán como destino las calles de varios de los municipios más importantes del levante español, un lugar donde se dará suelta a los mismos para disfrute del aficionado. «Ahora mismo tenemos unos 65 toros en casa. Hemos superado en caras los del año pasado: hay 50 toros muy fuertes, ejemplares de plaza de primera. Esta temporada hemos vendido a las calles unos 70 en todo el año«.

Ahora queda esperar para ver quién o quienes se hacen con estos imponentes animales, dos ejemplares de un enorme trapío, ejemplares que quitan el hipo por su seriedad, tanto en su arboladura como en su mirada. Poco a poco los astados se van haciendo a su nuevo hábitat, un cebadero donde volverán a recuperar su remate de cara a un 2024 de gran exigencia para ellos. Son animales de hierros importantes, astados, que en muchos casos cumplen los seis años en pocas fechas, de ahí que su única salida sea el festejo popular.
Un proyecto que comenzó antes de la pandemia cuando se percató del auge de los festejos populares y la cantidad de toros que se quedaban en el campo: «Comencé hace seis años cuando vi que podía meter la cabeza en este mundo. Las peñas taurinas buscan seriedad y facilidades a la hora de adquirir sus animales, y eso es lo que ofrecemos nosotros desde hace seis años. Las instalaciones se nos están quedando pequeñas de toda la demanda que tenemos, porque en cuanto salen toros, entran otros para servir a las peñas de la comunidad«, añadía el propietario de la finca.
