Activistas del movimiento 269 Life organizaron hace unos años una manifestación de protesta en París -que ha vuelto a hacerse viral ahora- en la que varios de los manifestantes se marcaron la piel al rojo vivo con hierros ardientes para pedir la liberación de todos los animales de granja en el mundo y «concienciar del sufrimiento que conlleva el comercio y consumo de carne», según exponían.
En plena Plaza de la República, con sus cuerpos manchados de sangre, los miembros de la organización eran conducidos con una cadena hacia una carpa donde varios compañeros los echaban al suelo; después, uno de los miembros cogía un hierro candente y los marcaba con el número 269 como si fueran una res.
Este número, que dichas personas han decidido marcarse a fuego o tatuarse, representa el número de etiquetas de un becerro israelí que iba a ser sacrificado en una granja y qué activistas anónimos consiguieron rescatar. Un acto reivindicativo que tuvo eco en la prensa internacional, un paso más para hacer ver a la sociedad el apoyo que necesita este movimiento en pos de salvar a animales indefensos destinados al consumo humano.
Los activistas de este movimiento de liberación animal ya habían realizado protestas extremas como las del pasado 2016 en París. El 2 de octubre de 2012, coincidiendo con el día mundial de los animales de granja, los israelíes Zohar Gorelik y Sasha Boojor y el activista ruso Oleg Ozerov se dejaron marcar el 269 en la piel al rojo vivo en Tel Aviv, como bien podemos leer en las páginas de la edición digital de La Vanguardia.
«Al marcar este número en nuestros cuerpos, mostramos nuestra solidaridad con las víctimas del holocausto animal en el mundo, recordando que no los olvidaremos«, explica en su página web el movimiento. Según datos de la misma organización, en el mundo se sacrifican cerca de 150 mil millones de animales cada año. Por esa razón, 269 Life aboga por el veganismo como forma de vida respetuosa «libre de crueldad animal«.