El primer toro de la tarde en Zaragoza cogió de forma aparatosa a Enrique Ponce esta tarde de jueves. Fue a la hora de entrar a matar al ejemplar de Juan Pedro Domecq cuando el diestro valenciano fue volteado en un momento de apuro, lanzándolo el animal varios metros por el albero tras resbalarse el matador. Visiblemente dolorido, el torero cogió de nuevo la espada para matar a la segunda al animal. Este golpe en la zona de las costillas y el pecho llegó después de una faena en la que el diestro de Chiva dejó tandas de trazo plenamente estético por la mano derecha, el pitón más potable del animal. Cortó oreja.
Enrique Ponce señaló al micrófono de Toros que “el toro me ha tocado justo en el costado izquierdo, donde he sentido el pitonazo y por donde me ha cogido. Lo he empapado siempre muy bien con la muleta. Por el izquierdo era más tardo, para ligar los muletazos era más difícil y he toreado con el alma. De principio a fin, ya con el capote, ha sido una faena cuajada pero el pinchado me ha evitado la segunda oreja. Me he encontrado muy bien y sintiendo el toreo, que es lo más importante”, ha dicho.