José Tomás, que tomó la alternativa en 1995 en México y la confirmó en Las Ventas un año después, ha sido el torero de Madrid por excelencia de finales del siglo pasado y principios de éste. Salió a hombros por primera vez el 24 de septiembre de 1995 en su debut como novillero, un diestro que siempre ha sido fiel a un concepto, a una forma de ser dentro y fuera a de la plaza.
Su afición por los toros le vino por su abuelo, Celestino, el cual lo llevaba desde muy niño a ver las corridas de Las Ventas. Aquello que comenzó como una afición acabó calando de tal manera que tomó la decisión de querer ser torero. Familiar de Victorino Martín, dio sus primeros pasos en dicha casa ganadera. Actuó por primera vez en público en la localidad de Colmenarejo, con 13 años, y en 1991 vistió por primera vez el traje de luces en el municipio madrileño de Valdemorillo. Decidió entonces trasladarse a México para continuar su formación y adquirir experiencia: sus actuaciones en este país fueron un rotundo éxito.
La carrera de José Tomás ha estado marcada por cuatro hombres que le ayudaron a evolucionar como torero y convertirse en lo que es hoy en día, uno de los toreros más importantes de la historia, para muchos un mito. Santiago López, Antonio Corbacho, Martín Arranz y Salvador Boix son esos nombres en los que ha confiado Román Martín en estos 32 años de alternativa que cumplirá en el mes de diciembre.
Emilio Miranda y su vinculación con José Tomás desde novillero
De todos estos nombres no podemos olvidarnos el de Emilio Miranda, el cual puso sus ojos en la figura del madrileño desde que era novillero. Un camino que duró desde sus inicios como novillero hasta su tercer año como matador de toros. Un apoderamiento que llevó junto a Santiago López en una unión que caló una enormidad en la figura del matador de toros madrileño en una época donde se vivieron grandes triunfos. Esta época fue trascendental en la carrera del madrileño, que pasó de ser una figura en ciernes a figurón máximo del toreo.
Emilio Miranda también fue gerente de la plaza de toros de Valencia en 1963 y 1964 cuando eran empresarios su padre Luis Miranda Dávalos y José Jiménez Blanco. Posteriormente, fue socio en la dirección del coso valenciano con los hermanos Camará y Pedro Martínez Pedrés, de 1979 a 1984. De 1992 a 1995 la Diputación de Valencia le cedió la gerencia de la plaza de toros en la época de autogestión que compartió con Barceló podíamos leer en el Diario de Córdoba.
Este 2023 se cumplieron cuatro lustros del fallecimiento de un Emilio Miranda que cumplió un sueño con el apoderamiento de un torero como José Tomás, un espada al que llevó desde su carrera de novillero hasta finalizar su etapa ya consagrado como máxima figura del toreo, ese que hoy en día sigue siendo venerado por una afición que desea verlo más en los ruedos.
Santiago López , otro hombre fundamental en la carrera del de Galapagar
Uno de estos nombres es el de Santiago López, torero valenciano de los años 70, tomó la alternativa en granada en 1969 cosechando un éxito rotundo. Ates como novillero había cortado tres orejas en La Maestranza en día de su presentación. Como anécdota no pudieron sacarle a hombros por la Puerta del Príncipe porque en aquellos tiempos no se abría para los debutantes. Tras abandonar los ruedos tocó los palos de empresario y apoderado, llevando la carrera de hombres como Campuzano, El Fandi, Luis Francisco Esplá, Dámaso González, Diego Urdiales… entre otros. Según sus palabras, «mi mayor satisfacción ha sido José Tomás y mi gran obra, El Fandi. Con José Tomás, ni él ni yo pensamos nunca que pudiera llegar tan lejos como ha llegado. ¡Pero vaya si lo ha hecho…! Ser figura es casi imposible y él lo ha sido».
Santiago cogió la carrera del madrileño desde su época con caballos junto al citado Emilio Miranda, ahí vinieron sus grandes actuaciones en México y su salto a España como novillero cuajado. De su mano tomó la alternativa en La México a finales de 1995, completando con el torero madrileño las temporadas -ya de matador- de 1996, 1997 y 1998, época en la que llegó a conseguir nada más y nada menos que dos puertas grandes más a la sumada en 1995 como novillero, concretamente el 27 de mayo de 1997 y el 28 de mayo de 1998.
Enrique Martín Arranz, apoderado del diestro tras la temporada de 1998
Tras finalizar su etapa de apoderamiento con Emilio Miranda y Santiago López, José Tomás alcanzó un acuerdo de apoderamiento con Enrique Martín Arranz tras finalizar la temporada de 1998. Enrique Martín Arranz echó un pulso al sistema por el camino de la independencia con el apoderamiento de Joselito y José Tomás, Echó un pulso a los más fuertes y puso en jaque más de una feria en una época en la que sus poderdantes estaban en lo más alto. En unas declaraciones a los compañeros de ABC llegó a comentar: «José Tomás es un punto y aparte en todo, con una rectitud, una forma de ser, de tío, de torero. Decía Belmonte que se torea como se es. Ese le ha dado la razón a Juan Belmonte«. Tras su retirada de los ruedos en 2022 acabó la relación de apoderamiento entre ambos.
Salvador Boix, su actual apoderado
Su último apoderado ha sido y es Salvador Boix, la relación de amistad entre ambos comenzó a raíz de las primeras veces que fue José Tomás toreó en Barcelona, el mismo Balañá -empresario de la Monumental- fue el que sin saberlo los puso en contacto. Le dio un paseo por Barcelona, por Montserrat, a partir de ahí nació el vínculo. Después de que Matilla lo contratase en 2007, llegó el vínculo con Salvador Boix como apoderado.
Antonio Corbacho, nombre clave en la carrera como novillero de José Tomás
Pero dentro de estos tres nombres destaca el de Antonio Corbacho, torero madrileño de mitad de los años 70 que tras sufrir varias cornadas y muchos sinsabores cambió el oro por la plata tras casi diez años como matador de toros. Por su amistad con Victorino Martín hijo, Corbacho comenzó a preparar taurinamente a un becerrista de Galapagar que era pariente del ganadero y que años después acabaría convirtiéndose en la primera figura de los últimos años, José Tomás.
Anduvo junto al torero madrileño hasta su finalización de apoderamiento con el torero valenciano en 1998, ahí Corbacho se desvincularía de la carrera de José Tomás, aunque siguieron manteniendo una estrecha relación hasta el fallecimiento de Antonio en junio de 2013. Corbacho siempre fue el hombre de confianza de José Tomás, fue una persona clave en su evolución como torero y le acompañó durante más de un lustro. Antonio más que un apoderado fue un consejero, un amigo, alguien que caló profundamente en la forma de ser del madrileño, un hombre indispensable en el equipo de José Tomás.