CAMPO BRAVO

Morante ubicará su nueva ganadería en un paraje de leyenda entre las provincias de Sevilla y Cádiz


jueves 9 noviembre, 2023

En el siglo XVIII, tres utreranos fueron los encargados de crear lo que hoy se conoce como el toro bravo en una tierra donde ahora Morante asentará su proyecto ganadero

Morante Finca
Morante de la Puebla, en una faena y, a la derecha, parte del paisaje utrerano. © Luis Sánchez Olmedo

Al sureste de Sevilla, a unos 32 kilómetros de la capital, se encuentra Utrera, un municipio singular repleto de historia, arte y cultura que durante siglos ha dado cobijo al toro bravo en sus más de 651,74 km² de superficie. Una tierra eminentemente ganadera y agrícola donde se asientan actualmente fincas tan importantes como “La Cobatilla”, la cual da cobijo a los animales de la prestigiosa casa Murube, “Ruchena”, finca donde los berrendos de Jódar y Ruchena siguen luciendo lustrosos pese al paso del tiempo de o “El Toruño”, entre otras, finca emblemática donde aún perdura el encaste Villamarta.

Tras Vistahermosa, Cabrera y Vázquez llegaron muchos otros nombres que siguieron con el legado en tierras utreranas, consolidándose la tradición en el siglo XIX con nombres como Juan Domínguez ‘El Barbero de Utrera’ (Utrera, 1778 – 1834). Como podemos leer en La Real Academia de la Historia, Juan se convirtió en uno de los ganaderos más importantes de su época, destacando su ganadería cerril compuesta por casi trescientas vacas de vientre, ciento cuarenta crías hembras y unos doscientos machos, de los que cerca de cincuenta eran toros de plaza que pastaban en una dehesa comprada a tal efecto. Su ganadería estaba formada por el ganado que heredó de sus padres, más una parte considerable de la ganadería de lidia de los condes de Vistahermosa, adquirida, según la tradición no documentada, en 1823.

Pero para conocer la historia del toro bravo y el legado de Utrera es imprescindible escuchar a aquellos que saben del tema, siendo uno de ellos el historiador Antonio Cabrera Carro: “El toro bravo es el resultado de la selección realizada gracias a la inteligencia del ser humano, que da como resultado un animal que es único en el mundo. Y en esa creación Utrera desempeña, sin lugar a dudas, un papel crucial, el toro bravo es patrimonio utrerano”, comentó en los micrófonos de COPE Utrera hace algún tiempo.

«Malvaloca», la finca donde Morante llevará los sementales y vacas de Alcurrucén que ha comprado a la familia Lozano

Alcurrucen Toros
Dos toros de Alcurrucén en imagen de archivo. © Pablo Ramos

A esas ganaderías emblemáticas del campo bravo habría que unir ahora el proyecto ganadero que Morante de la Puebla tiene intención de comenzar en la finca Malvaloca, que está situada entre el triángulo que conforman los términos municipales de Villamartín (Cádiz), Las Cabezas de San Juan (Sevilla) y Utrera (Sevilla), una zona eminentemente agrícola en la que no faltan ganaderías como las citadas anteriormente. Lugar donde el toro bravo ha pastado durante siglos, sin ir más lejos, e “Gómez Cardeña”, el sueño utrerano de Juan Belmonte que dio cobijo a su ganadería, una joya desconocida para la mayoría que guarda celosamente los recuerdos del Pasmo de Triana.

Una ganadería que tendrá sangre Núñez, concretamente del hierro de Alcurrucén, una de las divisas más prestigiosas del campo bravo. Esta nueva adquisición por parte del diestro sevillano tiene tintes de nostalgia, al tener éste la ilusión de comprar animales de la ganadería donde toreó por primera vez. Sin duda, un proyecto que tendrá en el ganado de la familia Lozano la simiente ideal para comenzar esta nueva andadura, la misma que hace años comenzaron otros compañeros como Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, Julián López ‘El Juli’, Miguel Ángel Perera o Alejandro Talavante.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el hierro que utilizará Morante en esta nueva aventura es el de Pérez de la Concha, que ha adquirido Fermín Bohórquez por él -al ser miembro de la Real Unión de Criadores de Lidia- para luego entregárselo.