Ayer trenzaban el paseíllo en la plaza de toros de Cuenca tres de los toreros más destacados de la temporada. Se trataba de una corrida con el hierro gaditano de Rehuelga que posibilitó el triunfo de Julián López ‘El Juli’ y Emilio de Justo, dos espadas que conseguirían un triunfo que no logró un Andrés Roca Rey que pechó con el peor lote de una variada corrida del hierro perteneciente a la familia Buendía.
Dentro del festejo hubo un momento que de reinar la mala suerte hubiera sido fatal. Fue en el tercero de la tarde cuando Andrés Roca Rey fue golpeado en la cara por una banderilla mientras estaba comenzando la faena al tercero de la tarde de Rehuelga. Un astado al que le cortaría una oreja tras una faena que describió -in situ- nuestro compañero Javier Fernández Caballero.
‘Tocador’, de 542 kilos, tercero de la tarde para Roca Rey, fue un toro que no se entregó en el capote de Roca Rey y luego empujó con fuerza en la vara. Puso en aprietos a Antonio Chacón palos en mano al hacerle hilo. Brindó al tendido Andrés, que le hizo frente a un toro complejo con el que tampoco debía dudar. Porque se guardaba todo el animal, y no debía ver otra cosa que no fuese muleta en las series. Y eso hizo Roca Rey, que le bajó la mano en un final de obra en el que destacaron los naturales. Lo despenó de una estocada efectiva y le cortó la oreja.
Un impacto que pudo costarle caro al peruano si la banderilla hubiera impactado en uno de sus ojos, afortunadamente el golpe fue en la cara, quedándose todo en un susto. Esto es algo poco usual en la tauromaquia de hoy en día al no quedar tiesa la banderilla en el lomo del animal, algo que dificultaba considerablemente las faenas y que suponían un riesgo añadido para los espadas. Ahora, al tener un muelle, la banderilla cae normalmente al suelo, quedándose únicamente el arpón en el cuerpo del animal.
La única forma de que la banderilla quede recta y moleste es cuando esta queda alojada en el propio puyazo, buscando siempre sacarla del mismo llamando los banderilleros al animal hacia uno de los burladeros. Actualmente, las nuevas tecnologías han avanzado mucho en estos temas, de ahí que rara ven un palitroque golpee a un espada en la cara mientras está toreando. En esta ocasión la banderilla le golpeó de lleno cuando andaba sacándose al animal hacia el tercio con tal mala suerte que la base de la empuñadura de madera le dio en la cara.
Afortunadamente Roca Rey se repuso del golpe en la frente, y tras unos segundo visiblemente dolorido comenzó la faena ante este primero de su lote. Una actuación de gran aplomo y serenidad de un Roca Rey que no dudo en hacerle frente a un complejo tercero de la tarde, un astado que no debía ver otra cosa que no fuese muleta, de lo contrario siempre tendía a meterse por dentro con la cara a media altura.