CAMPO BRAVO

La recuperación de un tesoro genético en la ganadería sevillana de Sampedro: renace la histórica rama de las ‘Olivareras’


sábado 7 diciembre, 2024

Se trata de un pelaje que, gracias a la reata de las "Olivareras", se ha mantenido vivo dentro de la divisa sevillana

Toro
Toro berrendo de Sampedro.

Muchas son las vacadas de bravo que esconden tesoros genéticos que pocos aficionados conocen, líneas y ramas que guardan celosamente unos hombres de campo que saben de la importancia de no perder esa sangre que lleva regando su ganadería desde hace varios lustros. Una de esas vacadas es la de D. Fernando Sampedro, antes a nombre de D. Ángel y D. Juan Antonio Sampedro. Un hierro que desde 1970 está en manos de una familia que cuida con mimo a unos animales que conviven en los cercados de ‘La Cepera’ junto a cochinos ibéricos, caballos y ganado manso.

Desde la adquisición del ganado a D. Honorato Jordá hace más de 50 años, la ganadería ha pasado por varias manos -siempre dentro de la familia-, los cuales han buscado seguir manteniendo la calidad, una de las señas de identidad de la divisa que pasta en el término municipal del Castillo de las Guardas. En las onduladas lomas o en la parte más baja de ‘La Cepera’ corretean becerros, erales y añojos marcados a juego con el hierro de la casa, animales donde el pelo berrendo aparejado en negro emerge entre las otras capas características de este hierro.

Pese a la reducción del hato de vaca que realizó durante la pandemia, este pelaje no ha menguado en la ganadería, pese a no ser usual verlo dentro de las vacadas de este encaste. Un pelaje proveniente de la sangre Veragua, que da animales de gran bravura en su lidia y dota de gran personalidad a la ganadería sevillana. Fue en el programa Por las Rutas del Toro donde el propio Fernando Sampedro Abascal habló sobre la llegada de esta capa tan particular a esta casa ganadera.

“El berrendo en negro viene de una vaca con el hierro de Salvador Domecq que mis tíos adquirieron en 1970 a D. Antonio Honorato Jordá cuando compraron la ganadería” explicaba. “Un año antes de la muerte de mi tío Antonio en 2010, este me dijo que no podíamos perder el pelo de la 70 Olivarera, de ahí que viendo que podíamos quedarnos sin esa genética metiéramos en la plaza a un hijo de esta. El novillo fue extraordinario y lo dejamos para padrear, es más, fue el último semental que él aprobó en casa”, señalaba el ganadero.

Una ganadería que siempre se ha caracterizado por mantener ese toro puro Juan Pedro Domecq y Díez, un animal con unas características muy particulares tanto en su fenotipo como en su genotipo. El mulato es la capa característica de un hierro donde también saltan coloraos, castaños, jaboneros y los citados berrendos: “En casa siempre habíamos tenido este pelo de forma testimonial, es decir, no pasábamos de dos o tres vacas del total de la piara y gracias a dejar este eral como semental el número ha ido aumentando progresivamente. Recuerdo que lidiamos uno berrendo en castaño hace unos años, pero fue algo puntual, aquí en casa se da el berrendo aparejado en negro” comentó Fernando Sampedro en la citada entrevista.

Son muchas las divisas que no son muy amigas de dejar determinadas capas en su ganadería, ya que de no embestir los animales o salir alguno con complicaciones, luego es muy difícil colocarlos, una reflexión que comparte el propio Fernando Sampedro: “Mi tío siempre tuvo la ilusión de lidiar una novillada con seis animales berrendos, pero yo le quité en cierto modo la idea de la cabeza, de salirle mal las cosas tendría que mandar al matadero las vacas, y es una joya genética que no se puede perder”.