La trayectoria de José Tomás Ramón Martínez ha estado vinculada a varios nombres a lo largo de su carrera, apoderados que le ayudaron a evolucionar como torero sin cortar sus alas. Ya en sus inicios en la profesión llamó poderosamente la atención de todos aquellos que lo vieron torear, esos que quedaron prendados ante un novillero que se colocaba en un lugar donde muchos de los matadores de toros en activo no eran capaces de estar.
Santiago López, Antonio Corbacho, Martín Arranz y Salvador Boix han sido esos nombres en los que ha confiado Román Martín durante toda su carrera, esos a los que habría que sumar a Emilio Miranda, el cual puso sus ojos en la figura del madrileño desde que comenzó en su etapa de novillero. Un apoderamiento que llevó junto a Santiago López y que finalizaría al cumplir su ter año de alternativa.
Todos ellos fueron fundamentales en el devenir de un diestro que hoy en día únicamente torea en el campo pese a no haberse retirado de los ruedos. De la mano de Salvador Boix deshoja la margarita de cara a una posible vuelta tras su último paseíllo en Alicante. La relación de amistad entre Boix y José Tomás comenzó a raíz de las primeras veces que fue José Tomás toreó en Barcelona, como dato anecdótico el mismo Balañá -empresario de la Monumental- fue el que sin saberlo los puso en contacto.
“Desde aquellas fechas, mediada la década de los 90 del pasado siglo, en que don Pedro Balañá le pidió que fuese a buscar al aeropuerto al sobrino de Victorino –que ya se había convertido en ídolo de masas- para darle un paseo por Barcelona, se fue fraguando la amistad entre ellos por las faldas de Montserrat”, escribió en un artículo nuestro director Marco Antonio Hierro.
Es así como se forja una relación de amistad que ha perdurado muchos años y que todavía sigue vigente. Hoy en día, José Tomás no da un paso sin la participación de Salvador. Un Boix que es profesional de la música, pero que también trabajó en medios como 6 Toros 6, Mundotoro o La Vanguardia haciendo la información taurina, y que con el tiempo forjaría un vínculo muy estrecho con el de Galapagar que le llevaría con los años a ser su apoderado.