CAMPO BRAVO

Los ‘galaches’ sevillanos que Ferrera vendió a Antonio Carrillo: Borja Jiménez ‘se rompe’ con su bravura en Bucaré


lunes 30 octubre, 2023

Con la finalización de la temporada empiezan a realizarse los primeros tentaderos de un otoño que se presenta ilusionante para la vacada de 'Cuevas Bajas'

Galaches
Un toro de Vega Villar y, a la derecha, Jiménez tentando. © Pablo Ramos

Caminar por los pagos de la hacienda Bucaré es hacerlo por un lugar que mítico del campo bravo, un lugar donde siempre se le rindió culto al encaste Santa Coloma, una finca cuyas lindes -como ya subrayó Jesús Bayort en las páginas de ABC- fueron bautizadas en el siglo XIX por la aristócrata familia italiana Bucarelli, como San José de Bucaré. Una finca de más de 1.000 donde la familia Buendía creó y moldeó un encaste propio, ese que con los años se ganó el respeto y la admiración de profesionales y aficionados.

Un proyecto que comenzó a darle forma Joaquín Buendía Peña, aunque el origen de esta línea ganadera puede remontarse años atrás; su padre Juan Buendía y el socio de éste, el soriano Felipe Bartolomé Sanz se harían tanto con la hacienda San José como la ganadería que en 1905 había adquirido El Conde de Santa Coloma. De esta compra realizada a comienzo de los años 30 derivarían las ganaderías de Joaquín Buendía y Felipe Bartolomé.

Los últimos animales de la rama Santa Coloma-Buendía que vivieron en estos pagos sevillanos salieron de esta emblemática finca rumbo a Colmenar Viejo allá por 2008, cuando Carlos Aragón Cancela adquirió gran parte del ganado, así como el hierro y la divisa de la ganadería de Bucaré puesta en venta por parte de la familia Buendía. Atrás quedaron años y años donde los cárdenos animales de la rama Buendía correteaban salvajes por una de las fincas más señeras de la provincia.

Este verano, varios lustros después de la salida del ganado de esta finca, el empresario cordobés Antonio Carrillo, fundador y propietario de PTV Telecom, compraba San José de Bucaré tras más de 70 años en manos de la familia Buendía para llevar allí a esa vacada que había adquirido al matador de toros Antonio Ferrera, antes La Peregrina, ahora Cuevas Bajas. Una divisa que tiene procedencia Los Guateles con algún goterón de Fernando Sampedro y El Torreón, aunque Ferrera también poseía ganado de la rama Vega-Villar tras adquirir vacas a Caridad Cobaleda así como de la rama Santa Coloma perteneciente en su día a la ganadería de Río Grande.

Una adquisición, esta de Vega-Villar, que hizo junto al ganadero Victorino Martín en verano de 2018, esa que consistió en la adquisición por sorteo y a partes iguales de aproximadamente un centenar de vacas y cuatro sementales que la ganadera Caridad Cobaleda había heredado de su tío Francisco Galache. Un proyecto ganadero que ahora tendrá continuación en manos de un empresario cordobés que desde el principio siempre ha tenido la romántica idea de devolver el ganado bravo a este lugar: “Ya que estamos en un sitio tan bonito como este, y con tanta historia, vamos a seguir con el ganado bravo aquí” comentó a este medio Antonio Carrillo.

Cabe recordar que este lote de Vega-Villar es el 25% que Caridad Cobaleda heredó 2004 de don Francisco Galache de Hernandinos, por lo tanto, en los pagos de Alcalá de Guadaíra se encuentra aproximadamente un 12,5% de esta rama tan particular, esa que tras sucesivas ventas fue adquirida en 1930 don José María Galache, dividiéndose en 1953 en tres lotes, uno para cada uno de sus hijos, correspondiendo uno de ellos a don Francisco Galache.

Tras su citada muerte en 2004, la ganadería quedó divida en cuatro lotes a repartir entre sus sobrinos: José María Cobaleda Galache y Caridad Cobaleda Galache, estos primeros hijos de Eusebia, amén de otros dos para Manolo y Paco Galache, hijos a su vez de Salustiano, siendo adquirido uno de ellos por Victorino y Antonio Ferrera en el citado 2018, para años después ser vendida, la parte del torero extremeño, al citado empresario cordobés.

El toreo roto de Borja Jiménez se explaya en Bucaré

Ahora, con la temporada recién finalizada, comienza uno de los momentos más esperados por los ganaderos, ese en el que se prueba la bravura de los animales en la plaza de tientas, un momento crucial para el devenir de la ganadería. Y allí estuvo hace unos días uno de los toreros del momento, Borja Jiménez, que se pasó por la hacienda Bucaré para tentar las primeras eralas el encaste Vega-Villar, las galaches sevillanas, como ya se les conoce popularmente en el mundo del toro.