Ayer la plaza de toros de Bayona tenía una cita con la historia al doctorar en su ruedo a un nuevo matador de toros. Se trataba de Alejandro Mora, sobrino de Juan Mora, el cual tenía la oportunidad de hacerse matador de toros en una de las plazas con mayor solera del país galo. Se trataba de una corrida donde actuaría como padrino Manuel Escribano -en sustitución de Luque-, y como testigo Emilio de Justo.
Para la ocasión se había elegido una corrida del hierro madrileño de Zacarías Moreno, una divisa que en poco tiempo ha conseguido meter la cabeza en plazas de gran importancia tras sus buenos resultados con las novilladas. Una ganadería con un sello muy particular por la cual siempre ha apostado un empresario como Carlos Zúñiga. Una interesante corrida que permitió la salida en hombros de padrino y ahijado.
Pero la nota curiosa del festejo lo pusieron algunos de los animales del hierro madrileño. Dos de los seis toros evidenciaron un problema en su piel con la caída de parte de su pelo, algo que extrañó muchísimo a los asistentes al festejo. Su piel se caía como si fuera una postilla, algo que pocas veces se había visto. Debido a esta problemática se tuvo que informar por megafonía a los aficionados que simplemente se trataba de un tema estético, el cual no afectaba a la lidia de los animales, algo que se pudo constatar tras en buen juego de los animales lidiados en la plaza.
¿A qué se debió este problema en los toros de Zacarías Moreno?
Es algo que no se acostumbra a ver en una plaza de toros y que para sorpresa de todos pasó ayer en Bayona. Pero, ¿Por qué sucede todo esto? ¿A qué se debe?. Tras ser informado por nuestro corresponsal en tierras francesas, Cultoro quiso saber el origen de este problema y si afectó a los animales lidiados en la plaza. Hay que recordar que para venir a Francia los toros están obligados a pasar unas pruebas PCR por normativa sanitaria.
Al estar España afectada en gran medida por la enfermedad del mosquito, los veterinarios franceses endurecen ciertas restricciones con los animales, no dejando entrar ningún animal positivo. El conocimiento de toros positivos se les notifica a los propios ganaderos poco antes de embarcar al realizarles la citada PCR a los animales una semana antes de poner rumbo a tierras francesas, como exigen las autoridades del país vecino.
Al venir los toros a Bayona con unos 8-10 días de antelación, el mayoral de Zacarías Moreno trajo consigo un producto para la desinfección y desparasitación de los animales, algo que pudo tener que ver con los problemas que presentaron sus toros con esas postillas que caían de su piel. Con este producto se intentaba evitar que sus toros se vieran afectados por la picadura de este mosquito. Una corrida de toros que se lidió sin problemas, saliendo varios animales de triunfo, no acusando estos -en ningún momento- el problema antes citado.
Unos astados lo han acusado -esta caída del pelo- en mayor medida que otros, no afectando para nada en su lidia el haber utilizado este producto, algo obligatorio para evitar que este picotazo le dejara inutilizados para la lidia en ese festejo en concreto. Como bien nos cuentan desde el país vecino, simplemente hubo una reacción alérgica en alguno de los astados, algo que hacía que parte de la piel se les cayera en forma de postilla, un problema que para nada afectó al comportamiento de dichos animales en el ruedo, siendo un tema meramente estético.
Hace cuestión de veinte días, la ganadería de El Parralejo se vio obligada a no poder cargar sus animales debido a esta problemática, siendo sustituidos por astados de la divisa salmantina de El Pilar. Un problema desconocido por la sociedad, una enfermedad de la cual se desconocen sus resultados, de ahí que se quiera tratar con cautela. Esta no se transmite de animal a animal, sino que tiene que ser por la propia picadura de esta animal que está trayendo de cabeza a muchos ganaderos españoles.